Capítulo 20

135 13 3
                                    

Pietro

-Daisy, tenemos que hablar-.

-¿Estás bien? ¿Te pasó algo?-.

-No, bueno... sí. En realidad, no sé cómo decírtelo-.

-¿Qué hacés?-.

-Daisy, sos muy linda y me gustás mucho-.

-Yo no sé qué decirte. No te lo tomes a mal, pero yo no siento lo mismo-.

-¿Es por él?. Eso es sólo una confusión, pero cuando te des cuenta yo voy a estar esperándote-.

-No, no es una confusión, yo estoy muy segura de lo que siento, no estoy enamorada de vos, creo... que estoy-.

-Dejá, no digas más, ya lo entendí-.

-Bueno, parece que mis servicios ya no son necesarios- dijo Aarón con una sonrisa, dándole una palmada en la espalda.

Era verdad, ¡Daisy sentía lo mismo! Había soñado con esto por mucho tiempo, y sin embargo, ahora se encontraba inmóvil mirando la pantalla sin poder reaccionar.

-Parece que nuestro amigo se convirtió en estatua- proclamó Aarón riendo.

Esto hizo que despertara de su estupor.

-Tengo que llamar a Daisy- fue lo primero que atinó a decir.

-Claro Romeo, te dejamos tranquilo para que arregles tus asuntos con Julieta- dijo Pablo sonriendo.

-¡Mil gracias por todo!- gritó Pietro mientras buscaba a Daisy entre sus contactos, cuando los chicos ya estaban cerca de la puerta.

------------------------------------------------------------------------------------------------

Daisy

Cuando estaba por prepararse un té, sonó su teléfono. Su sorpresa fue grande al ver el nombre que tanto había esperado, y atendió la videollamada sintiendo mariposas en el estómago.

-Hola- dijo respirando agitadamente.

-Hola Daisy... no sé por dónde empezar. Vi el video, los tres videos- respondió Pietro, visiblemente nervioso.

Fue un shock ver su rostro después de tanto tiempo de estar incomunicados, pero al mismo tiempo se sentía aliviada, al menos no seguiría con la incertidumbre. Pero luego analizó sus palabras y se dio cuenta que algo no tenía sentido.

-¿Tres videos? pero si solo hay dos...- preguntó confundida.

-No, son tres, alguien posteó el original del video que subió la Cobra, ¿no sabías?-.

-No, no tenía idea- contestó muy sorprendida.

-Yo... quería decirte que... acepto tus disculpas, pero también te pido que me perdones vos a mí. La verdad es que me tardé en contestarte porque también tuve un momento de dudas. Nunca debí haber desconfiado de vos- dijo cabizbajo.

-Te entiendo, después de cómo te traté, no puedo reprocharte nada. Supongo que estamos a mano- respondió con una risa nerviosa.

-Supongo que sí.-dijo con una pequeña sonrisa, luego tomó aliento y agregó- Daisy, quiero que empecemos desde cero, sin más secretos ni dudas, quiero que reconstruyamos la confianza que siempre hubo entre nosotros. Así que, si todavía sigue en pie... acepto tu propuesta-.

-¿Cómo?- exclamó sin poder creer lo que escuchaba.

-Que acepto tu propuesta, que yo también quiero intentarlo. Yo... te amo y estoy dispuesto a correr cualquier riesgo- declaró sonrojándose un poco.

Daisy comenzó a llorar. Al verla así, él preguntó alarmado:

-¿Estás bien?, ¿dije algo malo?-.

-No, no dijiste nada malo. Todo lo contrario, estoy muy contenta- respondió con la voz entrecortada.

-Yo estoy feliz, lo único que no me gusta es que todavía tengo que estar varios meses acá y no puedo estar ahí para abrazarte y besarte como quisiera-.

-A mí tampoco, pero vamos a hablar todos los días ¿no?-.

-¡Claro!, no vamos a dejar que unos miles de kilómetros nos separen-.

-Te extrañé mucho todo este tiempo, pensé que te había perdido- confesó ella con tristeza.

-Yo también te extrañé, pensé en llamarte muchas veces pero no me animaba. Me daba miedo que sintieras que estaba invadiendo tu espacio-.

-Yo tampoco me animaba, además estaba muy confundida-.

-Te entiendo, pero ¡basta de hablar de cosas feas!. Contáme en qué líos te metiste en todo este tiempo-.

Daisy comenzó a reír y le contó sobre sus clases de Jazz. Él le contó sobre cómo se estaba adaptando al nuevo país y de los amigos que había encontrado. Charlaron por horas, hasta que les dio sueño. En ambos países ya era de madrugada.

-Tengo que colgar, o me voy a quedar dormida en la cocina. Yo te hacía bromas con eso y ahora me va a pasar a mí- dijo Daisy divertida.

-Está bien, espero que descanses bien mi amor- exclamó él con ternura.

Escuchar esa frase la hizo sonrojarse, todavía no salía de su asombro de cómo las cosas habían progresado.

-Gracias, espero que tengas buenas noches... Pietro...-.

-¿Sí?-.

-Te amo-.

Él puso una expresión atónita y luego de una pequeña pausa contestó:

-Yo también te amo-.

Esa noche, ambos tuvieron dulces sueños, la pesadilla había terminado al fin.

------------------------------------------------------------------------------------------------

Nota: ¡Por fín!  😂

Junto a tíWhere stories live. Discover now