Sasuke es un mercenario despiadado y cruel, trabaja para máquinas perfectas, la mejor compañía de asesinos.
Sakura es una mercenario que trabaja en cubierto para el narcotráfico y prostitución.
Naruto es un mercenario sanguinario y trabaja para ases...
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-Sasuke, estas son todas las misiones que tendrás-hizo una pausa con duda- un hombre extraño, te busca en la sala de juntas-dijo esto mientras le entregaba cinco carpetas de diferentes colores.
-Te dijo el nombre Ino?-pregunto Sasuke mientras daba la media vuelta, camino a la sala de juntas.
-No, solo dijo que era el señor D-dijo esto mientras veía como la figura masculina de Sasuke desaparecía de su vista.
Sasuke camino con mayor rapidez y con un poco de temor hacia aquella sala, antes de entrar puso su mano en el arma que se encontraba en la parte de atrás de su pantalón. Abrió lentamente la puerta, hasta que vio a un hombre adulto sin un ojo y dos guardias a sus costados...
-Sasuke!, Qué bueno que llegas- hablo el hombre mientras le sonreía con sus dientes de oro.
Sasuke solo hizo una reverencia y se acercó hasta el sillón que se encontraba enfrenté de el hombre.
-Sasuke, yo soy uno de tus clientes- dijo esto mientras lo veía fijamente- pedí especialmente tu trabajo porque quiero que asesinos a alguien-dijo esto mientras la sonrisa aumentaba en su rostro- se por otros, que estás a la altura del ninja de las mil copias-dijo esto mientras lo veía fijamente.
-Puedes saber el porque su necesidad de hablar conmigo es tan necesaria y no solo me dejó leer su expediente-dijo esto mientras comenzaba a hojear sus carpetas.
-Cierto!, Disculpa mis modales, mi nombre es Danzo-dijo esto mientras la sonrisa aumentaba en su rostro.
Sasuke quedó en un leve shock al encontrar su carpeta, más sin embargo el contrario no logró notarlo ya que este lo disimuló bastantemente bien.
-Y, ¿qué quiere que haga?-dijo esto mientras la abría lentamente mientras no le quitaba la vista de encima.
-Quiero que asesines a Kakashi-dijo esto mientras veía como el joven leía el expediente con cuidado- Te pagare el doble de lo que dice alli-dijo esto mientras su sonrisa disminuía al no ver una reacción en el chico de 18 años.
-Esta bien, señor Danzo-dijo esto mientras resistía a no lanzarse encima del hombre que casi asesina a su maestro.
-Okey, me retiró espero cumplas chico-dijo finalmente mientras salía del lugar.
Sasuke en cuanto vió que el hombre abandono la sala, solamente atino a suspirar pesadamente no podía.
2 horas...
Sasuke llegó a la casa de su maestro apresurado, no comprendía porque pero algo en el interior le decía que tenía que ir, que algo andaba mal. Su respiración se aceleraba cada vez, cuando tomo la puerta de la casa su pulsera de hace 8 años se iluminó de color rojo.
Todo se nublo en la mente de Sasuke.
Entro corriendo a la casa, no lo encontró en la sala, ni en la cocina y tampoco en el baño. Solamente quedaba un lugar que no había revisado su habitación, con la adrenalina corriendo por su cuerpo entro a la habitación de su maestro y lo encontró.
Estaba acostado en su cama, se notaba a kilómetros que lo colocaron allí, se encontraba acostado con su libro favorito entre sus brazos. Manchas de sangre adornaban todo su traje y en su cuello era visible una cortada profunda, fue quizás la causa de su muerte.
Sasuke tenía la mirada pérdida. Solamente atino a cerrar la puerta y bajar a la sala. Solo le quedaba una cosa...esperar a sus demás compañeros.
🌸🌸🌸🌸🌸
-Dime princesa...-susurro una voz masculina- donde te gustaría hacerlo-dijo finalmente mientras tomaba su mentor y lo acercaba lentamente a su boca.
-No lo sé ...-dijo esto mientras tomaba su rostros para intentar profundizar el beso- en la alcoba?-dijo esto tímidamente mientras pegaba su cuerpo un poco más hacia el de el hombre.
-Jodida puta-dijo esto mientras una sonrisa victoriosa salía de su boca-todas son iguales, lo único que buscan es a alguien que las coja-dijo esto mientras apretaba con mayor fuerza su cuerpo hacia el de ella- total es para lo único que sirven-dijo esto mientras la aventaba contra el piso y se subía encima de ella- te haré gritar mi nombre, tanto que pediras clemencia-dijo esto mientras comenzaba a alzarle la falda.
Mientras tanto Sakura estaba esperando un poco más para cortarle la garganta a este hijo de puta, ver cómo la excitación se volvía un rostro aterrado solo provocaba que sus ganas de incendearlo aumenten. Pero todo se fue al caño, cuando vio como su anillo se volvía rojo.
No dudó un segundo más y le corto la garganta al hombre con una navaja que llevaba escondida entre su pelo.
-Joder y yo que quería estar presente mientras te quemas.-dijo finalmente mientras se subía encima de él y con la misma navaja le marcaba dos iniciales.- ahora dime quién es el que llora como una jodida puta-dijo esto mientras se quitaba de encima y caminaba hacia la puerta con una sonrisa de superioridad. Antes de salir lanzó un encendedor encendido logrando que toda la habitación que antes fue mojada con gasolina se incendiara en cuestión de segundos.
-Adios, Deidara-san-dijo finalmente mientras se colgaba en su hombro la bolsa que llevaba todo su equipaje y caminaba a la salida, tenía que llegar rápido.
La angustia y tristeza solamente gobernaban en su corazón, -mis compañeros me necesitan- fue su principal pensamiento de Sakura
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-Cariño, puedo escuchar tu respiración hasta aquí!, ¡Deberas!- exclamó un rubio, que hacia sonar un tubo contra los barrotes de la cama.
Un chillido para nada masculinos se escuchó por toda la habitación.
-Jo!, No te escondas-dijo esto mientras su sonrisa aumentaba- ven a jugar conmigo o si no papá se enojará-dijo esto mientras Comenzaba a caminar hacia el closet.
Justo cuando iba a abrir la puerta del clóset, vió como su collar se iluminó de rojo. La ira e impotencia aumentaron en su cuerpo.
-Joder!-exclamo furioso mientras abría la puerta de golpe y sacaba al hombre adinerado de allí.- tu lo mataste verdad?-grito molesto mientras lo aventaba contra los barrotes de la cama- tu!!!, Lo hiciste!!!-exclamo colérico- qué puedo esperar de un sádico que maltrata mujeres- grito esto mientras sacaba una pistola de su pantalón y le disparó hasta que se gastó las balas.
Después de asesinarlo sin compasión, se tiró al piso pensativo, las voces comenzaban a consumirlo. Hasta que una voz predomino. El ir y buscar a su maestro.
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