Memento Mori -ESP-

CAPITULO II

Hola! Soy la autora de esta historia. Espero que te esté gustando :D me encantaría que ayudaras a su difusión votando y compartiendo! También acepto críticas, por supuesto. Muchas gracias desde ya!
Y ahora, prosigue ~
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DIARIO DE DIANA WESTENRA

Agosto 9

¡Al fin tengo tiempo de escribir!
Llegué hace dos días, y una tormenta terrible conmocionó a todos. Fue la primera noche, y apenas pude pegar un ojo. La tormenta era casi sobrenatural. Desde mi pequeña ventana podía ver las olas furiosas estrellarse contra la arena, los rayos cayendo una y otra vez, tanto a la distancia como cerca de la casa. Era muy peligroso, pero aún así, tenía una inquietante belleza que no es fácil de olvidar. Fascinante, para decirlo en una palabra. Por supuesto que no lo mencioné y nadie estaría de acuerdo conmigo, pero todos estábamos un poco hipnotizados por el violento espectáculo.

Desafortunadamente, al día siguiente se encontró el cuerpo del anciano marinero que mencionó Lucy en su carta, aquel que tenía muchas anécdotas de los hombres enterrados cerca de la costa. Fue encontrado muerto en el banco "de Lucy y Mina". Mi hermana estaba muy angustiada. Aparentemente, el hombre se rompió el cuello al tropezar. La expresión de sus ojos era de terror, de acuerdo a lo que Mina me contó, pues la pobre acudió a verlo.

Justo después de esas noticias, me enteré a través del periódico que un barco - el Deméter, de origen ruso- llegó a puerto sin tripulación alguna, excepto el capitán. El hombre estaba muerto, atado al timón, con un crucifijo enredado entre sus dedos entumecidos.
Un hecho estremecedor, pero muy interesante. Me acerqué luego del desayuno e intenté ver algo, pero los hombres trabajando allí no me dejaron. Debido a que el trato que hice con el Daily es de publicar bajo pseudónimo, tuve que ver a otro periodista subir al barco y llevarse la noticia y la bitácora del capitán. Estaba realmente furiosa, y puede que haya pensado algunas cosas inapropiadas...en voz alta.

Temo que si quería cambiar mi fama de excéntrica, he fallado. De todas maneras estoy muy interesada en saber más, y afectada por el misterio de un barco que no esperábamos en el puerto. Busqué entre mis notas si se produjeron casos así en el pasado, pero solo encontré leyendas para asustar niños traviesos. Nada útil para mi propia crónica del descubrimiento.

Han cambiado algunas cosas en casa también. Lucy y Mina duermen juntas en la habitación que era mía, con el hermoso empapelado azul y blanco que elegí al cumplir quince años. Yo duermo en el vestidor de Madre, así ambas podemos tener privacidad y yo puedo escucharla si necesita algo en la noche.
Aún no nos hemos peleado, pero me temo que no es por falta de oportunidad, sino porque Madre está mucho más débil de lo que aparenta. Lucy, mi dulce hermana Lucy, no se ha dado cuenta todavía. En verdad ella tampoco está en el mejor estado. Su sonambulismo empeora cada día, al menos si tengo en cuenta lo que me relata Mina. Hay círculos oscuros debajo de sus ojos, y su temperamento no está tan alegre como solía serlo. Mina me deja las llaves del cuarto a mí, para que Lucy no salga caminando en sueños, pero la pobre está muy inquieta tanto por mi hermana como por su prometido, así que probablemente duerme mal. Si yo no estuviera tan preocupada por la salud de Mamá, le pediría que se mude al cuarto de invitados y yo vigilaría a Lucy. Soy una criatura nocturna y no es la primera vez que mi hermana camina dormida.

Todo lo demás marcha bien. Aún no he tenido la oportunidad de conocer a Mr. Holmwood, pero Lucy ya me confesó que está comprometida con él, así que no puedo esperar para finalmente hacerle todas las preguntas incómodas que un pretendiente debe superar para casarse con una Westenra. Espero que sea tan bondadoso como mi hermana me ha dicho. Tampoco ha venido el Dr. Seward, pero ha mandado una nota a Lucy diciéndole que está muy ocupado en el manicomio y no puede venir. Esto significa que le propuso casamiento a Lucy el mismo día que Mr. Holmwood y que un americano, - su nombre es Quincey Morris- y ahora está de duelo por el rechazo de ella.
¡Mi pequeña hermana, la mejor de las Westenra, con tres proposiciones diferentes el mismo día!
Apenas puedo creerlo.
Y con respecto a mi libertad de movimiento, he sido autorizada - gracias al cielo- a continuar con mis caminatas al atardecer, chaperona mediante. Era algo que hacía en Francia. Al llegar a un buen punto en mi aprendizaje de esgrima, me sentía lo suficientemente capaz de defenderme en caso de cruzarme con algún hombre de mala vida, y para eso tenía mis alfileres para el cabello. Así salía a caminar todas las tardes por Lyon. Claro que Madre no sabe que aprendí esgrima, y por eso la chaperona.