"Alerta de Amenaza Fugitiva"

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'Awesome City, República de Estados Unitarios e Independientes. 23 de Marzo del 2020.

Hombre que posee un minisúper vive la presencia de posible amenaza fugitiva.

No creí lo que vieron mis ojos. Llegué en la mañana y abrí mi local como de costumbre, era martes, y este día en particular los Acreedores de Paz solían revisar hasta la última esquina de las poblaciones para evitar el riesgo de contener a algún Mob en casa o local. Casi nunca en estos días la gente suele salir de sus hogares, mucho menos a comprar ni por el estilo, pero esta mañana que me encontraba esperando sólo por si acaso, vi algo que me tocó el corazón y jamás olvidaré. Sonó la campanilla que indicaba el ingreso de alguna persona en la puerta del abarrotes, yo despreocupado seguí viendo las redes sociales en mi celular y decidí no prestar atención. Escuché la fricción de unas botas con tierra en el suelo de granito, de igual manera no presté atención mínima al sonido. De reojo, entre los estantes pude ver caminar una silueta vestida de color negro y una capucha que le cubría el rostro. Ahí sentí que algo no andaba bien. La silueta se paseaba de un lado a otro, como simulando buscar algo pero también se demostraba atenta a la ventana del local, justo como si buscara que no la vieran. Ya para ese instante no le quitaba los ojos de encima, con mucha discreción observaba todas sus características. Bajo esa túnica negra exterior llevaba unos jeans de mezclilla negros, rasgados de algunas partes y un poco de sangre saliendo de su piel, sangre de un tono muy profundo. Ella notó que la estaba mirando, y volteó su cara hacia mi. "¿Se le ofrece algo?" le pregunté lo más normal posible. Ella respondió secamente "No" y siguió buscando. La seguí remirando hasta que llegó a una estantería y tomó vendas con alcohol. Se dirigió rápidamente a la puerta y salí corriendo para tomarla de la cintura. Ella me golpeó en los bajos y logró soltarse de mis brazos. Logré ponerme enfrente de la puerta y ella sacó un arma de una bolsa que su sudadera tenía, y me apuntó a la cara. "Por favor, déjame ayudarte, estás sangrando, pero por favor, no me robes" le dije mientras tenía mis manos en el aire. Ella respiraba agitada, su mano apuntando temblaba y ella se mostraba desesperada. "No necesito ayuda, sólo déjame ir" me decía gritando. "Por favor, déjame llamar una ambulancia" le decía para poder lograr que la cámara captara por suficiencia su figura. Ella bajó el arma y se agarró la cabeza con desesperación, gimió de dolor y regresó a apuntarme. Se escuchó como alguien intentaba entrar por la puerta trasera del establecimiento, eran los Acreedores de Paz. Apuntó a la ventana de cristal, disparó y salió corriendo por la ventana. Los Acreedores me pidieron explicaciones y les comenté la situación anterior. Ya algunos días después, nos avisaron a todos los residentes de la ciudad que tuviéramos cuidado con una mujer de 20 años que podría haber escapado de algún hospital psiquiátrico. La verdad, hay algo que todavía no me queda claro, ¿por qué los acreedores la siguen buscando con tanta apuración?'


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