Capítulo 02

5K 680 86
                                    

Abrió los ojos poco a poco, tratando de sentarse completamente de ese pequeño sofá, pero fallando en el intento al sentir inmediatamente un dolor bastante fuerte de cabeza.

Se sentía confundido, al parecer se encontraba en la oficina de la cafetería, supuso que después de haberse desmayado lo habían llevado ahí. Aún no recuperaba del todo la conciencia, observó como una pequeña botella de agua estaba en la mesa, como había unos papeles totalmente desordenados en el escritorio y como el chico sin aquel hilo estaba sentado en la silla de enfrente en un profundo sueño.

¿Qué?

San se asustó de nuevo y se sentó rápidamente en el sillón —Nope, mala idea —se dijo al sentir un fuerte mareo por la repentina acción. Se fijó en el reloj que colgaba de la pared y al parecer había estado inconsciente solo por unos 20 minutos, al menos no había sido tanto.

Muchísimas preguntas rondaban en la cabeza del rubio, ¿qué hacía ese chico ahí? ¿Acaso se había quedado todo el rato? Y para empezar, ¿por qué demonios se había quedado él y no Yunho? Estaba tan absorto en sus pensamientos que no se dio cuenta que el pelinegro había despertado, hasta que escuchó que alguien se dirigía a él con una voz bastante dulce.

—Hey, despertaste. ¿Te sientes mal? ¿Quieres ir al hospital?

¿Acaso estaba muerto? Choi San aseguraba que había escuchado hablar a un ángel, su voz era tranquila y armoniosa, hasta podía asegurar que podría escucharla todo el día y no se enfadaría.

No. ¿Pero qué demonios estás pensando, maldito psicópata? —Debe ser el golpe y por eso estoy pensando tonterías —dijo el recién desmayado en un susurro casi inaudible.

Volvió a perderse en su lío de ideas hasta que una mano se posaba en su cabeza y unos ojos curiosos lo miraban muy de cerca. Automáticamente, se sonrojó hasta las orejas y esa era otra pregunta más para él.

—¿Te duele la cabeza? Yunho me encargó que me quedara contigo porque él fue a comprar unas medicinas y solo está Yeosang cubriendo el puesto, espero que no te incomode mi presencia.

—E-estoy bien, s-solo me duele un poco por el g-golpe —y Choi se quiso dar un golpe en la cara por lucir exageradamente nervioso en ese momento, hasta que algo en su cerebro hizo click —Espera, ¿dijiste Yunho y Yeosang? ¿Los conoces?

—Ah, si. Yeosang y yo somos mejores amigos desde la infancia, y conocimos a Yunho en la universidad y hemos sido amigos desde entonces —respondió el chico con una risa nerviosa.

—Entonces, ¿por qué nunca te había visto? D-digo, si son tus amigos, es raro que no vinieses a la cafetería antes —debía parar antes de decir alguna otra tontería, pero su curiosidad le estaba ganando por mucho en esos momentos.

—Es porque suelo trabajar desde muy temprano y no suele darme tiempo para venir a pedir un café, pero hoy tenía día libre y decidí acompañar a Yeosang a su trabajo, entonces pasó eso y yo te traje hasta acá.

Estaba tan ocupado limpiando la barra que ni siquiera se había percatado de que Yeosang había llegado al trabajo, de seguro el otro había entrado básicamente corriendo por llegar tarde de nuevo y ni había saludado.

San se sentía extremadamente avergonzado de haberse desmayado y que además la persona que fue la razón por la cual se desmayó lo había ayudado. Quería hablar, siquiera agradecerle a aquel chico por su preocupación, pero las palabras no lograban salir de su boca.

Tampoco se culpaba, toda su vida había observado estos curiosos cordones carmesí y después de tanto tiempo se había encontrado con ese caso tan extraño, su mente era un caos que no podía ni siquiera formar una oración decente.

Y como si fuese algún tipo de broma, cuando por fin iba a preguntarle el nombre a su "salvador", Yunho llegó a la habitación con una bolsa llena de pastillas y suero.

—Por Dios, Choi San, ¿ya estás bien? ¿Quieres ir al hospital?

—Estoy bien, tampoco exageres, no tengo que ir al hospital —le respondió un poco molesto el rubio porque su amigo había interrumpido su conversación, pero ese tono molesto no le importó al castaño porque ya lo estaba abrazando mientras lloriqueaba dramáticamente.

Mientras Jeong abrazaba a Choi, el pelinegro se levantó de la silla, con intenciones de irse para no interrumpir.

—Oh, ¿ya te vas? —le preguntó el castaño.

—Si, le prometí a mi madre acompañarla en sus compras hoy.

El más alto asintió pronunciando un "salúdame a tu madre, dile que me vuelva a mandar galletas caseras, las adoré". Cuando el misterioso chico por fin iba a salir de la habitación, una voz que salió casi en un gritó lo hizo detenerse.

—M-muchas gracias por ayudarme, e-este, ¿y t-tú eres? —tonto, tonto, tonto, era lo único que se decía el rubio en ese momento por tartamudear más de lo normal.

Y entonces, con una pequeña y adorable sonrisa, aquel chico le respondió una de las tantas preguntas que surgieron en San desde el primer momento en que lo vió.

—Jung Wooyoung, y no fue nada, San.

Woo salió de la tienda, sin saber que dejó a cierto rubio sonrojado mientras su corazón latía mil veces por segundo, sin saber realmente el por qué.



͙⁺˚*・༓☾ 💛 ☽༓・*˚⁺‧͙

¡PÉTALOS DE NARCISO TIENE MÁS DE 600 LECTURAS Y TIENE EL 7º LUGAR EN HANAHAKI!
Estoy que lloro, fue mi primera fic y ver que su visualización está creciendo me hace re feliz, muchas gracias a todxs lxs que la leyeron y siguen esta historia por igual 🥺💗

P.D.: La multimedia me tiene re soft, adoro a esos dos con mi alma 😔✊🏽

¡Nos vemos en el siguiente cap!

- Ren 💛

Musubi | woosanWhere stories live. Discover now