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Me resulta increíble que hoy en día hay muchas cosas a nuestro alcance que estén dadas por hecho. No nos cuestionamos su funcionamiento o su origen. Huxley acertó sobre el control que el gobierno ejercería sobre nosotros para caer en un estado de pasividad, porque la gente está contenta y conforme con los productos y servicios que están o que podrían estar a su alcance, sin cuestionarse o ambicionar mejores cosas. Por su parte, me he preguntado muchas veces como es que funcionan las cosas, pero dado a la amplitud de estas, he encontrado respuesta y en otras no tanto. Lo que me ha obligado a cuestionar a otras personas sobre las preguntas que no pude resolver y la tarea que he desarrollado me ha revelado que muchas personas (al menos de mi país, de mi ciudad) ignorar las causas primeras de los fenómenos.

Muchas personas ignoran que es la electricidad o como se obtiene, solo saben que se necesita para que ciertos aparatos funcionen. O el agua potable, ignoran cual es el proceso de purificación que se lleva acabo (aun que en esto ultimo no los culpo porque es un poco mas complejo de lo que parece y se necesita un conocimiento previo de algunas de las ciencias para poder entender bien) o dando por hecho que solo por girar una llave tenga que salir agua. Un ejemplo mas de esto es con la salud, conozco mucha gente que ignora el comer bien o le es indiferente, noto en su actitud que ellos solo buscan saciar sus deseos y esperan a que la enfermedad no llegue por cuestión de suerte. Este tipo de actitudes que he visto en la gente ha despertado en mi un lado investigador para saciar mis dudas, porque me gusta tener el control de mi y siempre me he considerado adversario de la ignorancia, puesto que la compararía al caminar en un edificio absolutamente oscuro buscando la salida, cosa que no suena muy sensato porque ni siquiera se tendría noción del nivel en el que me encontraria o de las dirección, los muebles o las habitaciones que tendría dicho espacio, mucho menos las dimensiones del mismo. Para eso yo tendría una linterna para guiarme (que seria el conocimiento, la explicación).

Desde pequeño siempre me he considerado curioso, desde que se me presentaba una maquina compleja o un producto que en verdad me gustaba solía preguntarme como se obtenía y justo como acabo de exponer, mis actitudes alimentaban mi carácter científico, puesto que el asombro, la fascinación y la excitación siempre venían acompañadas. Debo de reconocer que fue una cosa inusual en mí, porque mis padres no están relacionados con algunas ciencias naturales y exactas con profundidad como lo es la física, la química, la biología o las matemáticas, materiales claves para poder explicar las cosas. Ellos en mi niñez se limitaban a hablarme sobre mis sentimientos, la moral y la ética cosa que yo encontraba perfectamente normal en unos padres promedios. Técnicamente así fue durante toda mi infancia.

Mis primeros recuerdos los tengo del prescolar, mis dos padres trabajaban desde temprano y mi abuela materna se encargaba de mi y de uno de mis primos (Juanjo, que desde temprano se convirtió en mi mejor amigo). En ese entonces todos mis tíos y la gran mayoría de los adultos se encontraban en la misma situación. Eran empleados de una gran empresa que les fijaba un horario de entrada y salida. Por lo regular no había quien se quedará en casa pues la economía del país empujaba a ambos padres a trabajar. Aún no había mucha cultura emprendedora. Mi abuela por su parte siempre había sido ama de casa y mi abuelo había sido zapatero en su juventud. Cuando los años le empezaban a cobrar factura y noto las primeras señales de su estado senil provoco que ya no trabajara largas jornadas o de una forma extenuante, por lo que encontraban satisfactorio el tenerme a mí y a mi primo en su cuidado. Los hacía sentirse importantes y ocupados. Creo que mi abuela lo disfrutaba más, pues podía notar en su mirada como recordaba sus años de maternidad y hacia todas las cosas con mucho cuidado y cariño; lo notaba porque a veces nos cambiaba el nombre a mi o a mi primo con uno de mis tíos, haciendo creer que los años no han pasado y con el deber que una madre tiene ante sus hijos seguía. Este sentido de maternidad se hacia en mi mas notorio porque antes de yo y Juanjo ya había cuidado a en primer lugar a mis primas Lula, Claudia, Diana y Berenice; después en segundo lugar a mi hermano Miguel, Alan, Goretti, Laura y Martin; y después de mi acepto por cuarta vez cuidar a mi hermano menor Cesar, Omar, Paula, Jesús. Todos ellos primos hermanos diferenciados entre el primero y el menor con veintisiete años de edad, teniendo el mismo cuidado y amor con el primero que con el ultimo.

La rutina la recuerdo bien, me levantaba y todo el mundo se cambiada y se alistaba para salir, después bajamos a comer cualquier cosa. Nos subíamos al coche y arrancábamos rumbo a la escuela de mi hermano mayor (que después sería mi escuela). La escuela tenía varios accesos y solo dos eran importantes. Uno por su parte de atrás que se encontraba sobre un andador y otra sobre la calle principal, donde los autos se solían parar para que sus hijos bajen de forma directa y entren a la escuela atravesando un patio. Esta segunda era nuestro caso. Después de dejarlo mi papa conducía a la casa de mi abuela que estaba muy cercas, alrededor de unas siete cuadras. Al llegar, mi papa me sacaba envuelto en una cobija y me sentaba en la sala con las caricaturas encendidas, para eso mi abuela ya se encontraba despierta y nos esperaba mientras que mi abuelo por lo general se quedaba más tiempo dormido. Mi papa volvía al auto no sin despedirse de mis abuelos y partia camino a dejar a mi mama en su trabajo para después ir al suyo.

Yo me quedaba alrededor de quince o veinte minutos solo antes de que mi primo Juanjo me hiciera compañía. Después de que Juanjo llegara a la casa de nuestra abuela, ella nos solía hacer de desayunar huevos con frijoles, a veces chorizo o bistec y otras veces mas un churro con un jugo natural, mi favorito siempre fue el de zanahoria y el de Juanjo el de naranja. A veces mi abuela nos consentía y nos dejaba comer en la sala enfrente del televisor y otras veces nos hacía comer en la cocina porque a mi abuelo no le gustaba que comiéramos en la sala. Acabando el desayuno mi abuela nos llevaba al kínder que se encontraba a dos calles, ahí nos dejaba no sin antes darnos la bendición persignándonos para después recogernos más tarde para comer y esperar a nuestros padres.

Toda mi familia especialmente mis tías, son muy devotos a su religión gracias a mi abuela. Ella fue víctima del machismo que se vivió tiempo atrás en mi país y no le permitieron estudiar. Conocía muy poco sobre las cosas que hoy en día se enseñan en la escuela. Creo que mi mama una vez me comento que solo pudo cursar hasta la primaria, después se casó y de inmediato tuvo a su primogénito; mi tío Antonio y después a mi tía María y al resto de mis tíos. Por sus cuidados ya no tuvo la oportunidad de volver a la escuela. Esta nupcia temprana le tendía preparada muchos momentos en donde la vida le imitaba a una montaña rusa teniendo valles y crestas muy pronunciadas, porque veces mi abuelo tenía mucho trabajo mientras que otras veces no tanto; y en los tiempos donde no tenía trabajo era una desesperación total porque tuvieron en total doce hijos aunado a esto, todas las travesuras cometidas por los mismos. Por lo que mi abuela desde temprano encontró apoyo y refugio en la fe, porque el dinero fallaba y no lo podía garantizar todo, mientras Dios escuchaba sus rezos y le respondía. Mi abuela supo leer las señales que Dios le enviaba y desde la primera que leyó se convirtió en una creyente ideal. Intento con todas sus fuerzas inculcar las virtudes que están plasmadas en la biblia y logro erradicar casi todo vicio de mis tíos. Digo que casi todo porque la bebida fue una actividad que se vio recurrente entre mis tíos, unos con más frecuencia que otros, pero no pecaban de ningún vicio perecedero como lo es la lujuria, la gula o la ambición.

Ernesto QuirogaWhere stories live. Discover now