Capitulo 19

1.5K 66 9
                                    

[ Es un total de 1467 palabras amigas, me inspire]

—¿Confías en mi?— susurro contra sus labios

—Sí.-Se retiró despacio.

—Date la vuelta.

Cuando ella lo complació, él se levantó y camino a través del cuarto hacia el baño. Revolvió el cajón hasta hallar un tubo de lubricante y volvió al cuarto.

Él puso una mano sobre sus nalgas.

—He vuelto.-murmuro él

Él la coloco en el borde de la cama, en cuatro patas, su trasero hacía él. Exprimió un poco del lubricante en sus dedos, y con cuidado, deslizó la mano entre sus mejillas de su trasero. Ella gimió suavemente cuando él puso un dedo en la apretada apertura.

Los ojos de Andrea se abrieron de repente, cuando el dedo penetró en su ano. Una multitud de sensaciones la invadieron. Un poco de miedo, mucho deseo, un pequeño dolor, y un lote entero de placer.

Ella se llevó una mano sobre su estómago hasta su pelvis. Los dedos hallaron su clítoris, y ella empezó a moverlos con un movimiento circular. El placer se esparció por su abdomen.

Los dedos de él la dejaron, y ella sintió la cabeza del pene contra su ano. Lentamente, muy despacio, él empujo hacia delante, permitiéndole adaptarse a la sensación.

Los dedos acariciaron mas fuerte su clítoris, cuando ella buscó compensar la quemadura. Ella gimió profundamente. Entonces, con un suave movimiento, lo sintió entrando.

Lo oyó decir algo ininteligible y entonces se hundió totalmente en ella. Ella nunca había sentido tan exquisita plenitud. Recordó las palabras de Peter. Shawn en tu ano, yo en tu vagina. ¿Dios, que sentiría cuando los tuviera a los dos profundamente dentro de ella?

Shawn empezó a empujar hacia dentro y hacia fuera. Ella no conseguía describir, ni para si misma, el insoportable placer que la invadió. Era en parte dolor, en parte delicioso éxtasis, y esa combinación la llevaba hacia una esperial, la mas terrible y maravillosa agonía que podía aguantar.

Sentía las caderas apretada contra sus nalgas, y sabía que él estaba tan profundamente como era posible, y aun así, ella quería mas. Se empujó contra él, meciendo las caderas al ritmo de sus empujes. Su orgasmo floreció y creció, hasta que la consumió. Lo necesitaba. Iba a volar.

Detrás de ella, Shawn grito, y sintió la inundación de su orgasmo. Y entonces ella se desplomó. Enterró el rostro en el edredón, para impedirse gritar. Las manos de Shawn agarraron sus caderas con firmeza, sosteniéndola contra él, hasta que acabó.

Todo su cuerpo temblaba, tiritaba y se convulsionaba. Se cayó lánguidamente sobre la cama mientras él se retiraba. Cerró los ojos, respiraba en jadeos agudos. Entonces sintió un paño templado enjugando su carne sensible.

—¿Estas bien?.-pregunto Shawn suavemente.

Movió la cabeza, incapaz de formar una respuesta coherente.

La cama se movió y Shawn la sostuvo entre sus brazos. Besó la cima de su cabeza y la agarró firmemente contra su pecho. El corazón golpeaba salvajemente contra su mejilla.

Los Trillizos MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora