«Drowned»

350 37 11
                                    

Pelear contra el Dracon ya no representaba un reto para Percy.

De hecho ya casi nada lo hacia.

Aun tenía la bendición de Aquiles sobre él, además que ahora era una especie de Dios. Pero él realmente no se sentía así.

¿Como había llegado hasta ese lugar?
Percy se lo preguntaba también.

Había estado corriendo por el bosque, huyendo de Annabeth y de sus amigos.

No, ellos no necesitaban lidiar con él, ellos estarían mejor sin él.
Un hijo de los tres grandes, dos profecías sobre su cabeza y muchas otras cosas que hacian que estar cerca de él no fuera precisamente lo más seguro del mundo.

Pero él quería cuidarlos, ver por ellos.
Usualmente se quedaba alrededor observando lo que ellos hacían, veía a Annabeth correr de aquí para allá organizando la construcción de las nuevas cabañas.

También había visto a Nico ir y venir del Campamento Júpiter. Alguna vez también pasaba por ahí para ver como estaban Jason y Frank.

Verlos desde una distancia segura, ayudarlos un poco sin que ellos se dieran cuenta.

Así había estado gastando su tiempo los últimos meses.

También hacia visitas a su madre, eso no podía dejar de hacerlo. Muy pronto tendría una hermana así que tenía que estar mucho más pendiente de ellas, y de Paul también.

Pero ese día había sido diferente. Estaban los seis ahí, Annabeth, Jason, Leo, Frank, Piper y Hazel, además de Nico y Grover.

No sabia que hacían reunidos todos ahí. ¿Había pasado algo? ¿Una nueva profecía?

Estaba preocupado, hasta que se dio cuenta de que Annabeth miraba fijamente hacia donde estaba él, como si supiera, como si le estuviera viendo directamente al alma.

Y así era, Annabeth no despegó la mirada de él, toco en el hombro a Jason y murmuró algo. Entonces todos se giraron y Percy decidió que era hora de correr.

Y corrió, hasta que los perdió de vista.
Corrió hasta que los árboles se fueron.
Corrió hasta dejar atrás todo lo que le atormentaba.

Corrió tanto que terminó en ese otro bosque, ese bosque oscuro y del cual ya no había salida.

Las Ninfas de ese lugar le advirtieron sobre una Bestia, la cual asesinaba personas y las convertía en árboles, pata luego utilizar esa leña para mantener cierta linterna con vida.

Percy no conocía ninguna historia Griega o Romana que hablara sobre algo así.

Pero si esa cosa tenía tan asustadas a las ninfas tendría que hacer algo.

Siguió el camino que le habían indicado las ninfas hasta encontrarse, para su sorpresa, con un lugar demasiado parecido al campamento mestizo.

Se asustó al principio.
Creyó que de alguna manera había regresado al campamento y que huir era imposible.

Pero no. Eso no era el campamento Mestizo.

Caminó por los alrededores mientras buscaba a alguien a quien poder preguntar, pero nadie parecía muy preocupado por su presencia.

Hasta que se encontró con el chico de los ojos de gato.

—Oye, tu. — le encaró el chico caminando hacia él —¿eres nuevo?

—Eh... Yo... —Percy se sentía repentinamente nervioso.

—Entiendo, llegaste tu solo.—El chico de los ojos de gato era más bajo que él, incluso parecía ser menor, pero aun así Percy sabia que él era peligroso. —No debes quedarte aquí, aun no lo sabe, nadie lo sabe.

—¿Quien?— Percy estaba perdido, más de lo usual. No entendía nada.

—Él. Solo vete, te encontraré allá.— El chico sonrió y Percy sintió un escalofrío de miedo que recorría su espalda.—Además, tus amigos no te encontraran ahí.

—¿Cual es tu nombre?— La voz profunda del chico de los cuernos lo sacó de su ensoñación.

Percy lo miró de arriba a abajo, su apariencia era inquietante, pero en sus 18 años había visto prácticamente de todo, no le daba miedo, le parecía interesante.

—Percy, Percy Jackson. Hijo de Poseidón, Ex praetor de el campamento Júpiter y salvador del Olimpo. —Clavó su espada en el suelo con fuerza y con expresión seria miro a todos. — Y ustedes quienes son.

—Yo soy...—Wirt había estado a punto de presentarse, pero vio que tan mal estaba Morty y cambió totalmente su expresión. —Alguien haga algo, Morty se muere.

Todos giraron la cabeza hacia Morty, quien yacía ya sobre un charco de sangre y se veía pálido como el papel.

Percy sabia que no tenía que ayudarle, pero algo dentro de él quería saltar y curarlo con un poco de ambrosía o con el agua.

De cualquier manera todo había sido su culpa.

Pero se mantuvo firme en su lugar, no cometería más errores, tenía una misión.

—Deben llevarlo rápido a un hospital o algo, aunque dudo que puedan hacer mucho, el veneno del Drakon es mortal incluso para los dioses menores.— Dijo Percy, como dictando sentencia de muerte para Morty.

Wirt se le quedó mirando, Percy pensó que realmente sabia que estaba haciendo, pero era imposible. Nadie podría saberlo.

—Tu pareces saber mucho— Wirt le miro fijamente a los ojos, Percy no desvío la mirada, había pasado por cosas peores— ¿Hay algo que podamos hacer?

Percy sonrió, era justo las palabras que esperaba. Aunque por un momento temió que dejaran morir al chico.

—Deben ir a buscar a Asclepio, es un dios, él podrá curarlo.

Wirt miró a un punto en el bosque. Estaba claro que los habían traído aquí a una trampa y que su amigo Bipper no estaba aquí.
Rogó a cualquier fuerza sobrenatural que lo ayudará, al menos que su amigo siguiera vivo.

No podía dejar morir a Morty, pero Bipper era más importante que él.

Wirt se estaba partiendo a la mitad, sabia que debía ayudar a Morty, pero algo dentro de él, una voz más fuerte, le decía que Bipper estaba en peligro y que ir a buscar a un dios solo le quitaría tiempo valioso para rescatar a su amigo.

Se puso una mano en la frente, no podía creer que había considerado dejar morir a Morty. Así que tuvo una idea.

—Chat, Marinette. Ustedes irán a buscar al dios ese. Marco, Tom, vendrán conmigo, aun debemos encontrar a Bipper.

Percy se quedó muy quieto, no lo habían incluido en los planes.

—Wirt, deberías pedirle a Percy que venga con nosotros.—Sugirió Tom—Ya viste con que facilidad derrotó a esa cosa.

Wirt asintió con la cabeza, perfecto, ahora percy era parte de la misión también.

—Un momento.— Exclamó Marco— ¿Donde esta Star?

Un silencio incomodo cubrió el lugar, no habían visto a Star desde que el Drakon había aparecido.

Ahora también tendrían que buscarla a ella.

Percy se sentía nervioso, pero gracias a los dioses todo estaba saliendo según el plan.

Flowers «Bad end friends»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora