Capítulo 8

65 11 1
                                    

Fue día y noche, luego otro y otro, hasta así llegar ya a una semana desde que Kaito vivía con los Hatsune, parecía un poco extraño el como había llegado a tal situación tan... ¿Comprometedora?... Es decir... ¿Desde cuándo Kaito era el "Padre" de Rin? Y por sobre todo... ¿Por qué lo llamaban a él en lugar de a Miku quien sí era la madre de la niña?.

—Entonces Sr.Shion, la Srta.Kagamine debería de comportarse, no puede ir de allá para acá o saltarse clases—. La mujer parecía por sobre todo calmada y muy fribola en sus palabras casi como si tratara de transmitir otra cosa.

—¡ESE NO ES EL CASO!—Gritó otra alumna que se encontraba en la habitación, parecía una de tantas niñas malcriadas y sumamente mimadas—. ¡ESA CHICA ME GOLPEO!.

—¡Calmada Srta.Kasane!—Le regañó la mayor mientras se acomodaba los lentes luego de pulirlos.

—¡PUEDO HACER QUE LA DESPIDAN CON SÓLO LLAMAR A MAMÁ!—Gritó nuevamente la niña.

La mujer volteó hacia Rin quien permanecía sentada sobre si silla con los ojos abiertos del miedo y terror, parecía tener pánico.

—¿Estás bien Rin?—Preguntó Kaito un poco alarmado por la actitud tan asustada de la niña, talves porque le recordaba... ¿A él?.

—Yo... Yo—La pequeña ni siquiera podía terminar su frase, parecía sufrir un ataque de pánico.

—¡LO HE DICHO YA UNA VEZ!—Repitío con insolencia la menor—. ¡Y usted cómo padre de esa estúpida pagará las consecuencias, me aseguraré de que mi mamá le haga la vida miserable sea donde sea que trabaje!.

—Vuida tus palabras hija de la Sra.Ayumi Kasane dueña de una pequeña empresa que nos patrocina a cambio de tener el doble de su contribución, b334—. Le dijo Látigo en son de amenaza a la menor—Yo puedo hacerle la vida miserable a tu madre, ella a mí difícilmente.

La menor de cabello rojo rizado calló su afilada lengua precipitadamente.

—¿Ocurre algo Rin?—Preguntó el hombre a la menor.

Rin tragó secó, observó a la niña a su lado y luego a la directora. Rin apretó con más fuerza su brazo derecho en cierto punto...:—No, nada.

—Bueno, dicho todo ésto...

El resto de la charla que la mujer mayor dió no fue de importancia para el hombre. Sino más bien otra cosa pues a pesar de todo, él era muy perspicaz de las acciones de los otros y estaba consciente de ellas.

Los tres esperaban en un silencio incómodo que sólo les daba anciedad a qué llegara alguno de los otros habitantes de la casa. Kaito fue el primero en suspirar tratando de romper la tensión entre los dos menores y él pues era una de las cosas que más odiaba.

—Deberias de defender más a tu hermana—Criticó Kaito al menor.

—Señor Kaito...—Le trató de decir la niña.

—¡Deja hablar Rin!—Le gritó Len con furia y enojo—. ¡Ésto es una estupidez!, Él no es nadie más que un imparcial... ¡No debería de decirme que hacer!.

Len parecía seriamente alterado ¿Qué le pasaría a ese mocoso de apenas 12 años?, pensar en sus preocupaciones de infante le parecía ridículo a Kaito pues a decir verdad esos niños eran demaciado mimados. Parecían ser patéticos y débiles que a la más leve de los roces con gente indispuesta a seguirles la corriente  probablemente sucumbiría y caerían en la desdicha de la debilidad.

—¿Podrías ser un poco más prudente de vez en cuando lo sabes no?—Le respondió Kaito con indiferencia de las palabras del menor.

—Muerete—Le respondió Len en un susurró mezquino en el tono de su voz.

Kaito suspiró. Con una sonrisa socarrona y un tono de voz burlesco le dijo:—No soy tu padre para sentir si quiera un apíce de dolor por esas palabras.

Len estaba estoico ¿Cómo se supone que debería de responder a eso?, Kaito le había ganado sacando la última carta que podría tener el chico y usándola en la contra del mismo.

El mayor tomo a Rin de la mano y la llevo al cuarto de baño. El baño de los Hatsune estaba tan surtido de diferentes productos que bien podría ser fácilmente confundido con una farmacia para gente adinerada.

—¿Qué busca?—Le preguntó Rin confusa pues veía al hombre buscar por doquier algo.

—Una crema para la inchazón, también algo para que no se vea el moretón que saldrá—. Le respondió y siguió con lo suyo.

Rin se acercó a cierto estante pegado en la parte derecha del baño, allí habían diferentes cremas. La niña tomó la que era necesaria y luego se la aplicó ella misma, sonrió y le dijo a Kaito:—No es necesario, mire me la e colocado yo sola. Ella sonreía y en cierto modo le recordaba a Miku quien solía tener una sonrisa tan bonita como la de ella.

Así por lo pronto escucharon la puerta principal abrirse, Miku había llegado, pero no parecía de buen humor en absoluto. Mientras Miku subía las escaleras Kaito salía del baño entonces Rin supó que era hora de irse o incluso ella terminaría dentro de la regañiza que seguro su madre venía a impartirle al hombre.

Kaito alzó una ceja con curiosidad del porque Miku caminaba tan agitada y ¿Molesta?, Más fue aun cuando la niña parecía haberse ido como alma llevada por el propio diablo.

Miku lo observó con furia a los ojos, realmente estaba muy molesta y mientras te daba un poco los puños preguntó:—¿Cuándo planeaba explicarme todo ese asunto?.

Kaito captó bien a lo que se refería la mujer, no tenía ni pelo de tonto.

—¿Puedo saber de qué hablas?—Preguntó haciéndose el desentendido.

—¡SABES BIEN DE LO QUE HABLO!—Ladró con rudeza la mujer.

—¿Cómo puedo saber si no te explicas mujer?—Siguió haciéndose del tonto.

Entonces Miku le tomó del cuello de la camisa y lo acercó hacia sí misma, parecía tan molesta como sorprendida y asqueada:—¿Cuándo planeabas decirme que vas a tener un hijo?.

Gracias por leer.

Desatino (KaiMiku)Where stories live. Discover now