A partir de aquel día soleado muchos más se sumaron.
Emma solía acompañarme a mi trabajo, el cual era ser pastelero en la tienda que mi madre fundó.
Era extraño que Emma siempre pasaba por allí. Descubrí que es una joven de veinte años, estudia derecho y le gustan las galletas de vainilla que horneo en las tardes.
El día está nublado y está cayendo una leve llovizna, pero en mi tienda sigue tibio y acogedor.
Escucho la campana de la puerta de la tienda sonar y con ello anuncia la entrada de Emma, quien sonriente y entusiasta entra dejando mi paraguas en la entrada y luego se dirige frente al mostrador donde me encuentro y apoyar sus codos sobre este, poniendo su cara cerca de la mía.
- ¿Galletas de vainilla? - Le pregunto, sabiendo la respuesta.
Ella asiente y se ríe - ¿No estas horneando hoy? - Me pregunta mientras tomo un plato y le sirvo una ración de galletas.
- No, esta mercancía es de ayer. No hubo tanta clientela como lo habitual así que esperaré a que se agote un poco más. - Le explico mientras salgo de desde atrás de los mostradores y coloco el plato de galletas en una de las mesas. - ¿Quieres café? Invita la Casa.
Ella asiente y se sienta en la mesa donde he colocado su pedido - ¿Puedes sentarte conmigo hoy?
Tomo dos tazas de café de la máquina y con una sonrisa tonta me dirijo hacia ella para sentarme justo enfrente.
- ¿Te fue bien en tus clases hoy?
- Sí, en realidad estoy cerca de tomar mi examen final de derecho civil. Estoy ansiosa pero creo que lo haré bien. - Toma una galleta - Estas galletas calman mi ansiedad.
- Eso me alegra - Tomo un sorbo de café - Deberías probar otras, ya sabes, tengo una gran variedad.
- ¡Es que me gustan tanto que temo que si pruebo otras estas dejarán de ser mis favoritas!
Me rio levemente de su exclamación, me gusta que admiren mi cocina.
- Oye, Ray. Tengo algo que preguntarte.
La escucho.
- ¿Quieres salir conmigo? ¡E-es una salida con mis amigos! ¡Grupal! ¡¡Grupal!!
Suelto una carcajada - ¿Tienes que hacer énfasis en que es grupal?
- Solo por si a caso...
- Ya, está bien. Depende que día sea, sabes que trabajo de-
- De lunes a sábado, con la excepción de que los sábados cierras a las tres de la tarde para ir a hacer otras cosas.
Sonrio - Eso es correcto.
- Sería el sábado a las cinco de la tarde ¿Puedes asistir?
- Claro. - Acepto, y le robo una galleta del plato - Esta no te la voy a cobrar.
- ¡Galletas gratis! - Y ella toma otra.
- ¿A dónde iríamos?
- Parque de diversiones ¿Te gusta?
- Nunca he ido a uno. - Le confieso algo avergonzado. Soy de pocos amigos...
- ¡Bueno, no pasa nada! ¡Irás conmigo!
- Querrás decir: Con ustedes.
Ella se ríe y me golpea suavemente la cabeza.
Fuera de la tienda la lluvia ya se había detenido y un hermoso sol secaba los charcos de las calles.
Después de la lluvia el cielo me regaló un arco iris.
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under raindrops | rayemma
Fanfictionbajo la lluvia empezó un sonido a yacer en mi como nunca lo hizo ¿Es este mi corazón? ¿O caso son las gotas de lluvias que retumban sobre mi paraguas?