04. Carousel Lights

43 7 2
                                    

Una tarde de sábado, donde simplemente fui sacado de la rutina.

El sol bañaba el día de un lindo color naranja, su luz era suave y no te quemaba. Era un agradable día para salir.

Emma👒
¡Ray! ¿Ya vienes?

Ray🍰
Casi llego, una cuadra más.

Emma👒
Te esperaré fuera del parque para entrar juntos😚

Ray🍰
Gracias.

Finalmente cruzo la última calle y veo a Emma con un overall azul en forma de short, una blusa de rayas naranjas y amarillas y un lindo broche de una margarita en su alborotado cabello.

- Buenas tardes - La saludo, tocando el broche que tiene en su cabeza - Me gusta esto, te queda bonito.

Ella sonríe y toca con sus propias manos el broche - Me lo ha obsequiado mi amiga Gilda, te gustará conocerla. - Me toma de la mano y me hala mientras caminamos - ¡Entremos de una vez!

Cuando entro al parque lo primero que noto es que sin duda alguna es un lugar popular, hay muchas personas más de las que alguna vez vi juntas en todo Londres. Incluso llegué a pensar que toda la población londinense estaba reunida en este amplio y colorido lugar. Mientras la mano de Emma me conducía a través de las personas yo no paraba de mirar todo alrededor, los algodones de azúcar, globos llenos de helio en forma de animales, peluches de felpa ¡Un paraíso muy bonito!

- Parece que te está gustando el lugar, eso me alegra - Me dice Emma mientras nos detenemos en unas bancas.

- Es bastante único, lo único que me gustaría es que hubiera un poco menos de personas...

- ¿No te gustan las multitudes?

Niego - Me causan un poco de ansiedad.

- ¡Estarás bien, solo no me sueltes!

- ¡Emma! - Escucho la voz de una chica que corre en dirección a mi compañera - ¡Qué lindo te ha quedado el broche!

- Gracias, Gilda - Sonríe - Oh, Gilda este es Ray.

- Oh vaya, es muy diferente a lo que me imaginé - Susurra, pero logro escucharla.- Gilda Monigot, estudio literatura en la misma universidad que Emma. Somos amigas hace unos dos años.

- Ray Gracefield, solo nos conocimos un día lluvioso hace unas semanas. Tengo una pastelería en el centro de Londres. - Le respondo cortés - ¿Vienes sola?

- Mi novio está allí - Señala a un chico haciendo animales de globos - Es un poco infantil así que se puso a hacer animales de globo con los payasos. -Explica - ¡Don, ven ya!

El chico moreno deja su labor y se dirige a nosotros - ¡Emma! - La saluda - O-oh ¿él es...?

- Les dije que traería a un amigo.

- ¿No era Norman? - Susurra el moreno, de nuevo, puedo escucharlos

- ¿Qué? No. ¿Cuándo dije que era Norman?

- Oh pero yo... -El moreno se pone algo nervioso - Tal vez le dije a Norman...

- ¿Qué? ¿Por qué hiciste eso? - Emma le reprocha.

- Disculpen - Interrumpo - ¿Hay alguna incomodidad con mi presencia? - Pregunto directamente, no me gusta que susurren delante de mi.

- ¡No! Ray, no hagas caso solo que Don es un poco tonto y ha hecho una estupidez.

- Ah sí, no te preocupes hermano - Pone una mano sobre mi hombro y la quito suavemente - Uh-Yo... Soy Don.

- Ray - Respondo a secas.

- ¡Emma! ¡Gilda! ¡Don! - Veo ahora un chico albino caminar hacia nosotros. - ¡Me ha costado encontrarlos! ¡El parque está muy lleno los fines de semana!

El chico tiene una sonrisa genuina, se ve agradable e interesante además de ser carismático.

- ¡Emma, luces muy bonita hoy! - Le dice acercándose a ella, pero Emma retrocede y se coloca a mi lado, tomando mi brazo.

- Gracias, Norman. - Le responde - Él es Ray, lo traje conmigo hoy. -Me presenta

Él me observa aún conservando esa agradable sonrisa - ¡Un gusto, Ray! Soy Norman Ratri.

- Ray Gracefield - Respondo.

- ¿Gracefield? Es un apellido un poco extraño...

- Nunca lo consideré.

- Vamos a los juegos de una buena vez - Me susurró Emma, halandome de nuevo.

Sus amigos, a primera impresión no parecían encantados conmigo. Suele ocurrir, tengo una apariencia tal vez un poco... ¿Oscura?. Tienden a tener una imagen poco agradable de mi y eso, a veces me deprime.

Emma, a pesar de todo, deja atrás a sus amigos y me hala a un carrusel. Subimos a un caballo cada uno.

La máquina comienza a girar y todas las luces y decoraciones brillantes se notan aún más despampanantes ante mis ojos. No evito soltar una risa y sin querer llamo la atención de Emma.

- ¿Te gusta el carrusel? - Me dice sobre el caballo a mi lado, yo asiento.

- Me alegra que te guste...- Ella me sonríe devuelta - Lo de Norman y mis amigos... Finjamos que no pasó, ¿sí?

Asiento, sé que no fue su intención hacerme sentir incómodo.

- ¿Podemos subir de nuevo? - Le preguntó, aún cuando la atracción no acaba.

Ella empieza a reír fuerte, de forma que el sonido llega a mis oídos claramente a pesar de la música del carrusel.

Ella asiente y me responde - Podemos estar aquí en este carrusel todo el día.

En medio de luces y música ligera, reímos hasta que nos cansamos.

Fin.

under raindrops | rayemmaWhere stories live. Discover now