Los protectores de la reserva corrían por el bosque persiguiendo un grupo de vampiros invasores, dos de ellos olían diferente a uno tradicional, por lo que debían saber quienes son y que querían, y en caso de una amenaza, eliminarlos, pero el payaso...
No puedo creerlo!, Embry y yo estábamos besándonos. Al fin!! Y después de tanto. Es decir, yo ya lo había besado a él en el avión mientras viajábamos de vuelta a Forks. Pero no se compara en nada a esto.
-Woow.-Susurró Embry al separarnos.-Eso fue maravilloso.-Sonreí ante su actitud.
-Estoy de acuerdo.
-Después de tanto.
-Lo se, y lamento que tardará tanto.
-No te disculpes, no es tu culpa.-Aseguro el.-Aún así, ha valido completamente la espera.-Volvió a susurrar, pero esta vez acariciando mi mejilla con sus dedos.Un millón de mariposas danzaban en mi estomago gracias a su acción. Hasta juraría que me sonroje.-Eres hermosa.
-No lo soy.-Comenté con vergüenza.
-Claro que si, eres lo más hermoso que he visto.
-Ya basta.-Dije con pena por sus palabras. Embry simplemente rio y tomo mi cara en sus manos, acercándome a él.
-Disculpa...
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Volvió a besarme, acercándome a él con sus manos en mis mejillas, estaba encantada con sus besos, no puedo creer que me los perdí todo este tiempo. Pero creo que eso ya no volverá a pasar.
-Entonces.-Dijo el al separarnos. Sin alejarnos.-¿Que somos?
-No lo sé.-El asintió.
-Muy bien. Diamond Storm, ¿me harías el honor de ser mi novia?-Yo sonreí ampliamente.
-Claro que si Embry!.-Me abalancé hacia él y lo abracé, él me recibió gustoso. Lo que quedaba de tarde la pasamos entre mimos y besos. Había pasado una de las tardes más hermosas de mi vida, y junto a mi chico ideal.
-¿Tienes frío?.-Preguntó el tomando mi mano. Pero yo negué.
-No, estoy perfectamente. Aunque si quiero que me abraces.-El sonrió.
-Esa era mi idea.-Comentó el con gracia. Pasó uno de sus brazos al alrededor de mi, estaba encantada con su acción, así que me acerqué más a él. Si es que eso era posible. En esta posición Embry y yo disfrutamos del atardecer, era un espectáculo hermoso, y que mejor que gozarlo con mi lobo. Cuando el sol ya casi se había ocultado Embry comenzó a guardar las cosas.-Listo, todo guardado.-Dijo el volviendo a mi lado, lo único que faltaba era guardar la manta en la que yo estaba sentada, supuse que ya era tiempo de irnos. Mi sonrisa se borro. Al parecer Embry lo noto.-¿Que sucede hermosa?.-Preguntó el sentándose a mi lado. Dude si decirlo.
-Nada.
-Anda. Dímelo.
-Es solo que...Todo fue tan hermoso hoy, que no quería regresar.-Embry me miro con dulzura y tomo mi rostro con su mano para que lo mirara.
