Francotirador (En Edición)

IX

"No seas así, no es verdad, dime que has mentido, el llanto no es como tú, ¿Qué demonios hice?
Cariño, ¿No te vas a retractar? Dime que todo es mentira, sólo dilo.

Deseo que pudieras sentir lo que dices
mostrar, nunca decir, pero te conozco demasiado bien, tienes un estado de animo que desearías poder vender.

Por nunca oír consejos, me enamore. Te gusta el dinero y la comodidad, siempre lo supe, te olvidaste de lo sentimental, por un puño de metal, te gustó más de lo que yo te he ofrecido.

¿Puedes darme un poco de tu corazón? Sólo un poco es todo lo que estoy pidiendo.

No te voy a decir cómo me siento realmente por que no puedo encontrar las palabras para decir lo que pienso y nunca nada fue fácil, eso es lo que ellos dicen.

Sé que no soy tu único, pero seguiré siendo un tonto, porque soy un tonto por ti.

Sé que no soy tu único, pero al menos soy algo, escuché que un pequeño amor, es mejor que ninguno. "

¿Cómo se supone que debía sentirse luego de saber todo? ¿Qué iba a pasar de ahora en adelante? La forma amarga en la que el pelirrojo se encargo de hacérselo saber fue cruel, hiriente e imprudente, ese no era el momento, y el hecho de haberle deseado la muerte fue lo que más le había dolido.

¿Por qué? Esa era la pregunta que daba vueltas en su cabeza, ¿Por qué lo estaba haciendo? ¿Cuál era la razón precisa por la cuál Iori lo había envuelto en una farsa? ¿Rugal? ¿Qué tenía que ver Rugal en todo eso? ¿Es que a caso él estaba detrás de ello? Pero nuevamente se preguntaba el ¿Por qué?

Kyo conocía a Rugal, siempre había oído hablar de él por los medios de comunicación, la policía, por ser uno de los narcos más poderosos y más peligrosos del mundo. Aún no terminaba de procesar por qué ese hombre lo había puesto en el ojo del huracán. Más no sabía que el del problema no era él, si no con Saisyu. Kyo era la víctima que enmendaría los errores de su padre, tristemente.

¿Qué iba hacer ahora que lo sabía todo? ¿Reclamarle? ¿Gritarle? ¿Odiarlo? ¿Entregarlo a su padre?
Ninguna de las anteriores. Aún estaba confundido por todo ese lío que aún no terminaba de procesar.

1 hora después.

No supo cuánto tiempo se quedó pensando analizando las cosas, sus ojos estaban un poco humedecidos por las lágrimas que nunca secó mientras llegaba a su mente la voz del pelirrojo hiriendolo con sus palabras que se incrustaron como balas en su pecho. Con la vista perdida en algún punto de la habitación, fue sacado de su trance al escuchar la puerta abrirse.

Eran sus padres, quienes a paso veloz se acercaron junto a él, el médico entre ellos, quien se acercó al castaño para revisarlo. La madre del castaño casi llorando, mientras su padre mantenía una expresión preocupada, aunque tuviera diferencias con su hijo, el amor de padre seguía intacto y le preocupaba el hecho de saber que le había pasado algo.

—Kyo, ¿Qué te ha pasado? — preguntó su padre.

—¿Cómo te sientes? Acabamos de llegar por qué apenas nos han avisado, ¿Qué ocurrió en tu brazo? — inquirió Shizuka también.

—Tranquilos, el paciente sufrió un accidente en carretera mientras manejaba su motocicleta, los para médicos lo atendieron de camino al hospital, cuando llegó a urgencias se atendió de inmediato, sufrió una breve fractura en su brazo pero no se preocupen, no fue tan grave, en un par de meses estará totalmente recuperado, ahora está estable, afortunadamente llegó a tiempo antes de que su situación se tornará más grave, lo que necesita ahora es reposar. — habló el médico mientras revisaba el suero, luego procedió a revisar las pupilas del castaño alucinandolo con una pequeña luz blanca. Se aseguró que todo estuviera en orden con su paciente, luego volvió a su postura normal, metiendo su manos a los bolsillos de su bata blanca. — Esta fuera de peligro. — dijo, luego volteo hacia Kyo, quien no había dicho palabra alguna desde que despertó. —¿Hace cuanto estas despierto?