Convencidos que son almas gemelas unidas por la Fuerza, no aceptan que Luke Skywalker haya intentado separarlos.
El mayor problema de Cam, una Jedi Gris, fue tomar la mano del adolescente Ben cuando él le ofreció las sombras.
Les presento a lo...
Mi respiración se corta cuando damos el salto, arribando a Exegol. Asustada, mis facciones se tensan, mirando la lucha en el aire frente a nosotros. Son tantas naves y de gran tamaño contra pequeños X-Wings. Mi corazón da un vuelco, y un pensamiento pasa por mi cabeza a medida que mi expresión decae. Ben, a mi lado, estrecha su mano con la mía, quiere darme ánimos.
—Si detenemos a Palpatine, podremos darle fin a esta guerra, tus amigos estarán bien —asiento, Poe cruzando por mi mente. Recuerdo lo feliz que se puso al verme en Pasaana, creyendo que estaba de vuelta.
"Te esperé tanto tiempo..." mi piel se eriza y todos nuestros sentidos se alertan, miramos a todos lados, buscando a Palpatine. Es Ben quien se da cuenta que no está con nosotros, sino que con Rey. "a que mi nieta regresara por fin. Yo nunca quise matarte, te quería aquí, Emperatriz Palpatine."
Ben y yo nos removemos incómodos, y le insto a que acelere la nave para rescatarla. Me hace caso, sin embargo, tenemos que pasar entre toda la batalla y no será fácil.
"Tú asumirás el trono, es tu derecho de nacimiento gobernar aquí, lo traes en tu sangre. Nuestra sangre."
Mi pelinegro esquiva varios disparos que venían directo a nosotros, y varias naves de la Resistencia quieren contactarse con nosotros al vernos disparar hacia la Primera Orden. Cierro los ojos, asustada, no creo que logremos cruzar.
"Tu odio, tu ira, quieres asesinarme... eso es lo que yo quiero, mátame y mi espíritu será parte de ti, como todos los Sith viven en mí. Te convertirás en Emperatriz, nos volveremos uno."
En un acto de valentía, aprieto el intercomunicador y abro la boca.
—Poe, soy Cam... —por un momento, todos en las naves dejan de gritar. Dentro de la nave lo único que se escuchan son nuestras respiraciones agitadas. Fijo mi vista a lo lejos, observando la nave de mi mejor amigo, y noto que hasta ha dejado de disparar.
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—Hola, mi pequeña y dulce baya —murmura suave como una caricia del sol apenas amanece, arrancándome una sonrisa melancólica. Ben a mi lado frunce el ceño por un microsegundo, creyendo que no lo noto—. Te he extrañado demasiado.
—Y yo a ti, tontito —por un momento, solo somos Poe y yo, me olvido que estamos en medio de una guerra. Sacudo la cabeza, recordando por qué lo contacté—. ¿Crees que puedes cuidarnos las espaldas a mí y a Ben? Intentamos alcanzar a Rey...
Su nave comienza a acercarse, y mi amado da una vuelta en trescientos sesenta grados esquivando un disparo mortal que le termina dando a un caza de la Primera Orden, el cual estalla a nuestro lado.
—¡Ben Solo! —grita Poe por el intercomunicador, aplaudiendo y soltando carcajadas histéricas ante la forma de volar—. Tu chica no mentía cuando dijo que eras el mejor piloto que había conocido, ¡me siento agredido! Recuérdame correr una carrera contigo si salimos vivos de aquí.
