UNA MAS (CAP 5)

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Al llegar a la fiesta Bankotsu se dirigió con Kagura, Aome se quedó ahí parada sin saber que hacer, todos ahí eran completos desconocidos para ella.
La casa de Kagura era muy grande y espaciosa, la azabache caminó por el enorme jardín rumbo a la piscina. Fue ahí donde se encontró con una escena tan desagradable, Kagura tratando de introducir su lengua para lograr tocar la campanilla del moreno..... — Son repugnantes — se dijo así misma en voz alta.
—Si lo son — dijo una voz a su espalda.
—Sango, Miroku ¿Ustedes qué hacen aquí?— dijo Aome saludando a sus amigos, estaba muy contenta de que ellos estuvieran ahí.
— Bankotsu nos invitó, insistió en que debíamos venir para que tú no te sintieras tan sola — contestó Sango, ella era la novia de Miroku un joven con antigua fama de mujeriego pero desde que Sango lo había aceptado había cambiado sus malos hábitos, por el momento era fiel.
—Bueno creo que le agradeceré más tarde — sonrió Aome, Bankotsu volteo a mirarla dedicándole una sonrisa que hubiera derretido un iceberg completo, lo bueno era qué ella no era un iceberg.
Aome agradecería más tarde por ahora tenía ahí a sus amigos a si que ahora solo disfrutaría la fiesta.
Al trío de amigos la fiesta se les pasó volando, no tenían ni idea de cuánto tiempo habían estado bailando.
—¡Aome que gusto encontrarte aqui! —una chica se acercó y muy efusivamente saludo a la azabache con un cálido abrazo.
— ¿Ayumi? ¡Que bien ! ¿Cómo estás? — la azabache no podía creer que si antigua amiga estuviera frente a ella.
—¡Oh muy bien!— contestó Ayumi — tenemos mucho que contarnos, vamos a sentarnos.
Ayumi era su amiga desde la infancia, era además de Kikio su confidente, por esa misma razón se sentía muy feliz de haberla encontrado.
La azabache la siguió, tenía tanto que platicar con su vieja amiga, un poco más de dos años sin verse, demasiada cosas que contarse . Sango y Miroku no querían molestar, así que se quedaron bailando. Después de sentarse Aome fue la primera en hablar.
— ¿Y dime Ayumi, cómo están todos por allá?.
— Bien, nada que merezca la pena contar — contestó Ayumi dandole un sorbo a su bebida — veo que tú has superado todo, te noto muy feliz.
La azabache bajó la mirada, no le gustaba hablar del tema, así que intentó evadir la conversación.
— Si, me divierto mucho con mis amigos, después te los presentaré — contestó sonriendo Aome.
— ¿Y cómo van las cosas en el amor? — otra pregunta incómoda.
— Pues veras yo...— la azabache estaba apunto de contar su triste vida amorosa....
— Aome nos vamos en una hora — dijo el moreno sosteniendo sus hombros y dedicándole una hermosa sonrisa a las dos mujeres.
— Si no te preocupes estaré aquí — le contestó Aome.
El moreno se fue mientras Ayumi lo comía  con la mirada, pensó en lo apuesto que era, y al ver la confianza con la que se acercó y habló con Aome sacó una conclusión....era el novio de Aome.
— Aome tienes unos excelentes gustos, ahora me doy cuenta el por qué ya no extrañas a Sesshumaru, me preguntó si será de bueno como el en la cama, también debo admitir que tú estás hermosa.
Ayumi siguió hablando sin darse cuenta de lo que había dicho.
La azabache por su parte se quedó muda, no podía creer las palabras que habían salido de la boca de amiga ¡De su mejor amiga!
—Disculpa Ayumi ¿Puedes repetir lo que dijiste?
— Yo....yo...¡Perdóname Aome! — dijo ella sin levantar el rostro, no quería ver la cara de desilusión que su amiga debía de tener en ese momento.
— ¡Cállate! Solo dime una cosa, fue antes o después de nuestra separación.
— Aome, yo lo siento de verdad perdóname.
— ¡Te pregunté! ¿Antes o después? — dijo Aome no quería escuchar sus disculpas.
— Antes — dijo Ayumi, las lágrimas comenzaron a caer por su rostro.
Aome se puso de pie, no quería seguir al lado de esa falsa amiga, se dirigió hacía Bankotsu, lo único que quería en ese momento era salir literalmente huyendo de ahí.
— Bankotsu — dijo acercándose a él, estaba con un grupo de amigos pero a ella no le importó.
Aome ignoraba los comentarios de cada uno de ellos « Solo son estúpidos» pensó Aome.
— Bankotsu — volvió a llamarlo ya que el no había respondido a su primer llamado — me quiero ir a casa, ¿Puedes llevarme?
El moreno volteo a mirarla,antes de decir algo alguien se le adelantó.
—Vamos muñeca si quieres yo te puedo llevar — contestó un joven alto y musculoso.
— ¿Que? No gracias — dijo Aome sin prestar demasiada atención al joven — Tomaré un taxi.
Aome se dió media vuelta muy molesta, la conversación con Ayumi y ahora Bankotsu ignorandola fue demasiado para un día. Salió de la casa de Kagura tan enojada que ni siquiera se despidió de Sango y Miroku lo único que quería era largarse de ahí y encerrarse en su habitación, pediría un taxi, una mano detuvo su andar.
— Por favor solo espera en lo que me despido de Kagura — dijo Bankotsu que la mirada con sus penetrantes ojos azules, Aome solo asintió era mejor regresar con el que regresar sola.
Unos minutos después el salió.
— Bien vámonos — dijo avanzando hacia su auto.
— No tienes que llevarme, me puedo ir sola — contestó Aome intentando sonar indiferente aunque, muy en el fondo agradecía la amabilidad de su hermanastro.
— Claro que tengo que llevarte, ¿ Que crees que dirían nuestros padres si llegas tú sola? Además eres mi hermanita.
— ¡¡Que!! Yo no soy tu hermanita— contestó Aome al ver la cara de diversión de Bankotsu.
— Cálmate lo sé, gracias a Dios que no eres mi hermana.
— ¡¿Cómo que gracias a Dios!? ¿ Que quieres decir con eso?
— No te ofendas — contestó el moreno — pero eres una mujer muy molesta, testaruda y desesperante — al decir esto avanzó y entro al auto —¿Que, no piensas entrar?— dijo mientras esperaba a la petrificada Aome que simplemente no pudo responder nada en ese momento.
— Pues tu tampoco eres un amor — hablo Aome intentando defender un poco de su honor, el enojo podía detectarse en cada palabra pronunciada, subió al auto sin poder creer que Bankotsu en dos años no había hablado con ella y ahora soltaba la lengua de una manera tan grosera — Necesito ir a casa, quiero descansar.
— Iremos a otro lugar — contestó el.
— ¡No! Quiero ir a casa.
— Al menos que quieras aventarte de un auto en movimiento no te queda otra que acompañarme.
Aome soltó un suspiro, su hermanito era muy molesto no entendía porque razón todas las chicas literalmente se morían por el.  La ciudad donde vivían era muy grande, Aome observaba a travez de un cristal, Bankotsu solo se dedicó a conducir sin decir ni una palabra, Aome volteo a mirarlo la comisura de sus labios se alzó en una hermosa sonrisa.
— ¿Que tengo algo en la cara o no puedes dejar de admirarme.
— Eres un idiota — contestó ella volviendo su mirada a la ventanilla.

Vivir sin ti.(Completa)Where stories live. Discover now