8. LA CITA

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La amistad entre Bankotsu y Aome se hacía cada vez mejor, si el moreno salia a alguna fiesta no dudaba en llevarla con el.

Le gustaba su compañía, le gustaba verla bailar, sonreír y le encanta verla cantar a todo pulmón como una loca.
No perdían oportunidad para reunirse en la habitación de alguno de los dos para dar el informe de como había sido su día, esa era la hora favorita de ambos.

Tres años pasaron, el cariño que sentían por el otro se hizo más grande, cosa que ambos intentaban ocultar. Aome ya no recordaba tanto al peliplata, ahora sus pensamientos eran invadidos por un moreno de ojos azules.

Durante ese tiempo había tenido un par de novios, nada realmente serio solamente un par de citas para después darse cuenta que no se sentía bien con ellos así que terminaban.

Lo que más le gustaba a Aome era ver la reacción de Bankotsu al enterarse que ella estrenaba novio, su actitud cambiaba por completo, era tan divertido escucharlo haciendo esas tontas preguntas ¿Quien es? ¿Te ha faltado el respeto? ¿Desde cuándo lo conoces? Era tan divertido verlo tan celoso, siempre se encontraba al pendiente de ella.

—Aome — la voz de Bankotsu se escuchó del otro lado de su puerta —¿Puedo pasar?

— Solo dame un minuto — contestó ella, acababa de tomar un baño, estaba envuelta en una toalla, tenía que vestirse.
¡Rápido! Tomó una playera rosa y unos shorts para ahorrar tiempo no se puso ropa interior — Ok, ya puedes pasar.

El moreno abrió la puerta, en sus labios se  formó una sonrisa, Aome se veía tan linda con el pelo mojado, sus ojos bajaron quedando fijos en el pecho de la jóven ¡No traía sostén!.

— Comodidad ante todo.

— ¿De que rayos hablas? — Aome no entendió la indirecta, Bankotsu señalo su pecho, inmediatamente el rostro de Aome se puso rojo, cruzó instintivamente sus brazos sobre su pecho intentando cubrir sus pezones que eran muy notorios por lo delgado de la tela.

—¡Oh! Eso, no me dió tiempo, solo evita mirar en esa dirección — Bankotsu elevó la mirada se veía tan tierna así de avergonzada.

— Terminé con Kagura — soltó de pronto así como si nada.

— ¡Que! ¿Porque?

— Porque no la amo — dijo el moreno con toda la calma del mundo.

— ¿Y hasta ahora tuviste el valor de hacerlo?

— Aome, tu eres mi confidente tienes el deber de consolarme.

— Lo haría, si en verdad estuvieras dolido, pero, tu sufrimiento es tan real como el busto de tu exnovia — el moreno soltó una carcajada, Aome sabía todo sobre el era imposible que creyera su falso dolor.

— Vengo aquí a hablar con mi mejor amiga y hermana, y terminas recordándome el perfecto busto de mi exnovia — dijo volviendo su mirada al busto de Aome.

— Lo siento, solo deja de ver mi imperfecto busto, te dejaría verlo si fuera perfecto como el de Kagura.

— También me gustan de tamaño mediano — dijo el moreno encogiendo los hombros.

Aome lo miró enojada, ¿Acaso el se estaba burlando de la pobreza de su pecho? Tenía que sacarlo de su habitación o terminaría estampando su puño en su hermoso y moreno rostro.

— ¡Largo! Sal de mi habitación.

— Aome, ¿Que hice? ¿Porque me corres?

— Tengo que terminar de vestirme, así que fuera.

— Espera, solo dame un minuto.

— Te lo daré si prometes no volver a mirar mi pecho.

— No puedo prometer eso — contestó el moreno con total sinceridad.

— Entonces, ¡Largo! — gritó Aome.

— Te lo diré mientras estoy de espalda, así no tendré ninguna tentación de ver tu pecho.

— Ok, tienes cinco minutos, di lo que tengas que decir y lárgate.

Aome estaba tan apenada, la confianza en ellos era mucha pero eso no quería decir que el la pudiera ver así de directo sin que ella se sintiera incómoda.

— Te invito a celebrar — dijo el moreno — vamos a celebrar mi libertad.

— ¿Estás loco?

— Estoy feliz — dijo apunto de dar la vuelta.

— ¡Oye, oye! No mires — dijo Aome dándole un golpe en la espalda — ¿Que quieres hacer?

— Vamos al cine y tú escoges la película — Aome guardó silencio— ¿Eso es un si?

— Ok, a las ocho — dijo ella cerrando la puerta en la cara de Bankotsu.

Una sonrisa se formó en el rostro de Aome, estaba feliz, la relación con Bankotsu siempre había sido de amigos y hermanos, pero aún así ella no podía evitar sentirse feliz, había terminado con Kagura una relación tan tóxica.
Era obvio que el no la amaba, y de Kagura, ella solo buscaba su propio bienestar.
Estaba ansiosa de que se llegara la hora de salir con Bankotsu.

Por fin se dieron las ocho, estaba lista, no entendía el por qué pero se encontraba muy nerviosa. Se daba un último vistazo cuando escucho que tocaban su puerta.

— Aome, ¿Estás lista? — dijo Bankotsu asomándose por la puerta.

— Si, solo dame un minuto.

— Tic, toc, tic, toc, ocho cinco pensé que eras más puntual — dijo el moreno burlándose.

— Cállate, ya voy, ya voy, solo tengo que avisar a mi padre.

— No te molestes no están.

— ¿No están? ¿A dónde fueron?

— Cena de aniversario, dijeron que estarían fuera toda la noche.

— ¿Y Souta? No me digas que se lo llevaron, eso no es romántico.

— Está en una pijamada, en la casa de un amigo, así que tenemos toda la noche para divertirnos.

Aome lo miró, era su imaginación o se miraba cada día más guapo, se dió unas cuantas cachetadas mentales, ¡Estaba hablando de su hermanastro! Ese que no se quería enamorar, aquel que siempre tenía un escudo para proteger su corazón, pero ahora estaba indefenso, se había quedado sin escudo, Kagura ya no era su novia así que el tal vez buscaría un escudo nuevo, solo esperaba que no volviera hacer el chico que era antes, aquel que solo tenía amigas con derechos, el tenía una novia por semana.

— Tierra a Aome, ¿En qué estás pensando? — dijo el moreno sacando de sus pensamientos a Aome — Si ya terminaste de ver lo hermoso que soy ¿Podemos irnos ya?

— En tus sueños, no te estaba admirando — contestó Aome pasando por su lado y golpeando su hombro.

— Si, lo que tú digas — el moreno sonrío, para después seguir a la azabache.

Al llegar al cine tuvieron sus diferencias para elegir una película,  pero el moreno se rindió a la insistencia de Aome, era imposible llevarle la contraria, Aome se sentía incomoda con el a su lado de vez en cuando lo miraba esperando que el no se diera cuenta, no podría soportar los comentarios sarcásticos de el.

— Ves que si soy hermoso, no puedes evitar dejar de admirarme

— ¡Ay, ajá! Tu eres un presumido y petulante.

— Y tú eres hermosa Aome, y durante todos estos años he hecho un gran esfuerzo para no besarte.

Aome volteo a mirarlo ¿Acaso había escuchado mal?
Bankotsu había dicho que deseaba besarlo, muy en el fondo Aome tenía los mismos sentimientos ,solo que aún sentía miedo a expresarlos.
Bankotsu busco su mirada, esos hermosos ojos azules tan intensos la miraban, mientras rompían todas las barreras que Aome había construido para no salir nuevamente lastimada, una sonrisa se formó en los labios del moreno, Aome no sabía si besarlo o salir corriendo.

Vivir sin ti.(Completa)Where stories live. Discover now