Tipo: Cute.
Advertencias: Ninguna.
Derek sabía a perfección que la vida tenía un serio interés en cobrarle los errores que había cometido en su pasado. Pero que pasase después de haber encontrado su ancla, su luna, el amor de su vida - y si iba un poco más allá-, su soulmate ; eso, eso realmente era tener un intenso odio por su persona.
Que sí, que la había cagado con Kate, con Jennifer, con Braeden (siendo la primera de estas la principal causante de su letargo y poco interés interpersonal). Pero vamos, que creía haber pagado con creces el karma que sus metidas de pata le habían costado.
Así que no era justo. No después de haber aceptado su profundo amor por el chico de lunares con sonrisa brillante y boca incerrable. No, no era justo que Stiles tuviera que presenciar una vez más cómo se hundía y fracasaba.
- Vamos Der, no es tan malo, es una... ¿una señal? - dudó el menor con una ligera sonrisa decorando su rostro. Stiles se movió despacio hasta el sofá donde se encontraba el azabache y se dejó caer sobre el regazo del mismo con una suavidad y lentitud suprema.
- Lo siento. - Derek agachó la cabeza cual perrito regañado y con timidez se apoderó de las anchas caderas del oji ambarino, quien sin borrar la sonrisa de su angelical rostro enredó sus brazos por detrás de su cuello.
- No empieces con tus cosas deprimentes Derek Hale de Stilinski. Sabes que al bebé no le gusta eso.
- Ugh. - se reprendió Derek sabiendo que tenía razón. - Es solo... no es justo, no en este momento.
- Hemos pasado por peores Der, podemos con esta.
Agazapado en el cuello del menor, Derek se recordó lo mucho que significaban esas palabras. Lo mucho que significaba el solo hecho de tener a Stiles en su vida.
Había sido difícil enamorarlo, sobre todo después de sus constantes fallas amorosas con mujeres que si bien no lo querían para más que sexo, lo querían muerto. Pero Stiles fue otro cuento, fue algo completamente diferente e inesperado. No su amor, ese siempre estuvo ahí, refulgiendo y buscando salida que él por asno no permitió. Al menos hasta que vio a Stiles sonreírle a Lydia para después besarla.
No, eso no lo toleró. Así que manos a la obra y corazón expuesto, Derek se encargó a la labor de reconquistar al chico que por mucho le pertenecía.
Y lo hizo. Con lágrimas incluidas... y tal vez muchos regalos y mensajes cortantes pero que para él significaron todo, y que, gracias a la luna, Stiles también valoró.
Así fue como se reunió con la mitad de alma que le faltaba, para tiempo después y tras mucho amor demostrado, encontrarse con que un pequeño Derek venía en camino.
Y si ese día Derek sonrió más de lo que alguien le hubiese visto en la vida, pues entonces sería un secreto entre su chico y él. Y el bebé, claro. Bebé que cumpliría tres años el mes siguiente y que Stiles había llamado "Matt" en honor al primer hombre que - a pesar de ser un maníaco - les había juntado y les había visto potencial como algo más que amigos.
- Eso es, lo que sea que estés pensando, síguelo pensando porque estás sonriendo y me encanta verte así, amor. - susurró Stiles meneando sus lánguidos dedos por las hebras negras y suaves de su hombre.
- Te amo.
- Y yo a ti Derek. - replicó echando la cabeza para un costado dejándole ver al lobo su cuello en señal de sumisión y entrega. Incluso cuando esta última era obvia por la simétrica marca de una mordida adornando el lugar. Sí, Stiles era todo suyo y él era todo de Stiles y de su hijo.
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STEREK - ONE SHOTS.
FanfictionHistorias random sobre los dos seres más hermosos de la tierra. Situaciones y lugares en donde nunca pensaste leer Sterek. Créditos al autor del fanart. ❤