ℝumors | 𝔼lite

𝑺𝒆𝒈𝒖𝒏𝒅𝒐

—Vos me podés ayudar, ¿no? — le digo a la rubia a mi lado. — A menos que no querás que le pida ayuda a Samuel, ¿No?

—Mira linda, a mi tu no me vas a venir con chantajes, ¿vale?

—No, es que yo no te estoy chantajeando a vos, te estoy pidiendo ayuda nada más. Pero, te estoy advirtiendo de ante mano que si no me ayudás voy y le pido ayuda al pibe de Samu.

—Antes de que te ilusiones... — comienza a decir pero la interrumpo, ya sé con qué cuanto me va a salir la mina.

—... Tiene novia. Pero no sos vos.

Ella se queda callada.

—No, no tiene novia.

— ¡Ay qué joya!

—Igual está coladito por mí asi que dudo mucho que le vaya a prestar atención a alguien más que no sea yo...

—Ah pero... Esa no sos vos, y se le ve muy contento a él. — señalo al Samu que está sentado en una mesa riéndose muy tranquilo con dos chicas de cabello negro y una morena. A una de ellas la reconozco como Roxi Marval, la venezolana que se presentó esta mañana en clase de química conmigo y la mexicana. — Ahora que lo recuerdo, en la mañana venia el entrando al aula de clases con ellas.

Veo el rostro de Carla enrojecerse levemente y sonrió para mis adentros, esta mina sí que está mal. De pronto, se le acerca al pibe y veo como al toque Roxi le forma un lio enorme. Pero que vocabulario tan vulgar el de esta chica.

Miro a un lado y veo a la mexicana de esta mañana, he notado que ella no habla mucho, y eso me perturba un poco, no me gusta la gente que habla poco y mira de más. Ella está observando la escena con los ojos entrecerrados, enfocada en Samuel.

Ay no mexicana, con Samuel no.

— ¿Qué sabéis de todo esto? — pregunta la inspectora mirándonos.

— ¿Por qué precisamente nosotras habríamos de saber algo? — contestó Renata.

—Pregúntele a ella, ella pasaba más tiempo con Lucrecia, ella debe saber algo. — hablé yo para centrar la atención en la mexicana.

— ¿Renata, tienes algo que decir?

—No.

—Vuestra confesión es importante, sois las sospechosas principales, ya que fuisteis las últimas en verlo con vida.

—Coño, vale, ya le dijimos que nosotras no sabemos nada de eso. — Roxana siempre.

— ¿Seguras? — volvió a preguntar la detective.

—Por mi parte, yo le aseguro que no se nada, ellas no sé. — sentí nuevamente la mirada de odio de la mexicana pero no me giré a verla.