Lasagna y clericot

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DARIÉN

Al llegar al departamento me encuentro con Endimión rodeado de varias hojas y su laptop en la sala modular que tenemos, está terminando de mandar un reporte del último caso que ha estado investigando por correo electrónico, un caso que no ha terminado pero que a últimas fechas ha hecho grandes avances por lo que está orgulloso de esto, aparte de que le ha costado mucho esfuerzo.
—¿Cómo vas?—pregunto apenas entrando a la puerta y dejando mi libro en mi recamara.
—Voy, es todo lo que te puedo decir—me dice con una gran sonrisa en su rostro, rasgo inequívoco de que tiene algo bueno entre manos, siempre es muy reservado con sus casos, me dice que de otro modo me expondría pues existen investigaciones un tanto delicadas, que si lo descubren podría ponerlo en peligro a él y a sus seres queridos; es por eso que mejor calla.
—Ya veo, así de confidencial ¿eh?, espero que avances rápido, te veías muy estresado; ¿hoy hamburguesas?—le pregunto mientras tomo el teléfono para marcar al restaurante y pedir a domicilio.
—¿Si se ve mucho?, no, Amy me dijo esta mañana que traería lasagna para cenar, mejor pon a enfriar un vino, no sé si haya lo necesario para un clericot—dice mientras teclea en su laptop; dando los últimos toques a su informe.
—Un poco, ¡lasagna y clericot!, me gusta—contesto mientras reviso en el refrigerador en busca del refresco y agua mineral— Solo haría falta el refresco y manzana, voy por eso, ahora regreso—agarro mi abrigo, pues la noche está fresca, salgo a comprar a la tienda lo que necesitaremos aunque no puedo evitar pensar que en esta velada sobro yo, creo que solo comeré y los dejaré solos, tal vez así se anime mi primo y pase algo con Amy, no sé como mi primo no se da cuenta de los sentimientos de ella, para ser un investigador privado y que no vea las enormes señales de Amy es porque, o no le interesa, o no la quiere demasiado; siempre me ha dicho que a veces su trabajo es un poco peligroso, dependiendo del cliente que tenga atendiendo, eso sería lo único por lo que no se anime abiertamente a conquistar a Amy; sin embargo no me queda claro si él esté interesado en ella; compro y regreso al departamento; Amy aún no llega; tomo las compras y comienzo a preparar el clericot; estoy por terminar cuando Endimión sale de la recamara después de darse un baño.
—Por cierto Darién; tus padres hablaron, dice mi tía que no se nos olvide asistir a su fiesta de cumpleaños este fin de semana, que no quiere un no de respuesta y que será de gala.—me da el recado imitando la voz de mi madre, lo que se le da muy bien, ya que pareciera que escucho a mi madre.
—Cierto, es este fin de semana, no tengo ganas de ir, y escuchar nuevamente a mi madre tratando de que regrese a la casa o que me presione con cortejar a alguna de las hijas de sus amigas, las que no desaprovechan ninguna oportunidad para estar cerca—exclamo tratando de guardar la calma.
—¡Vamos Darién!, no puede ser tan malo, y si te vuelve a decir algo al respecto le dices que ya tienes novia y listo.—me dice decidido a no perderse la fiesta de mi madre.
—Endimión, cuando quiera que se las presente, ¿a quién les llevo?—de pronto pienso en hacerle una broma—a ¿Amy?—pronuncio observándolo; él se pone rígido y tratando de disimular cierto nerviosismo exclama
—¿Amy?, no claro que no, por supuesto que no, digo, en esta vida existen muchas excusas, cada que te pregunten por ella, les dices que anda de viaje o, no sé, ya se nos ocurrirá algo en su momento—me dice tratando de terminar el tema de presentar a Amy como mi novia
—Como la que me acabas de dar, supongo; ¿llevarás a Amy a la fiesta de mi madre?—le digo casi a punto de la risa por el argumento que me acaba de dar.
—¿Excusa?, ¿Cuál excusa?, ¿Te interesa Amy?, solo trato de que no se te compliquen las cosas más adelante, y de llevar a Amy a la fiesta, pues…, si te interesa llévala tu, así tendrías cubiertas dos preocupaciones—me dice tan confuso, molesto y apurado que no puedo resistir y suelto una carcajada; él me mira y también se ríe.
En ese instante se escuchan unos golpes en la puerta y sé que nuestra plática ha terminado, ya que la musa de mi primo llegó
—Y hablando de la reina de Roma…—comento mientras él acude a abrir la puerta.
Los observo un momento cuando ella entra y él la recibe, podrían hacer bonita pareja y confirmo que a mi primo le gusta ella y ella se muere por él; y si, ¿me propongo unirlos?, aunque nunca he intentado hacerla de celestino; me queda claro que Endimion no se le declara, no porque no le interese; pero ¿por qué será?.
—¡Hola Darién!—Amy me saluda llegando a la cocina dejando la lasagna que trae consigo.
—¡Hola Amy!, oye eso huele muy bien—le digo al momento en que el olor impregna mis fosas nasales y mis tripas gruñen.
—Gracias Darién, lo cocine en la cafetería, esperando a que me diera tiempo para poder deleitarlos con un platillo que no sea comida rápida; imagino que han de estar cansados de comer eso siempre—expresa concentrada en buscar los platos y cubiertos para poder servir los platillos y cenar.
—Bueno pues pondré la mesa—contesta Endimión encaminándose a la mesa—De eso puedes estar segura, ¡muchas gracias Amy, eres una mujer maravillosa!—expresa.
Al escuchar esto, un leve rubor rojo se instala en las mejillas de Amy quien intenta hacer como que no le afecta el comentario, pero sus nervios la traicionan al notar que sus manos tiemblan un poco a pesar de que intenta ocultarlo; yo finjo no percatarme de esto mientras busco las copas para servir el clericot y le ayudo a servir las raciones en los platos para empezar a servir en la mesa, poco a poco la mesa queda lista y solo basta que nosotros nos sentemos para que disfrutemos la comida, Endimion pone un poco de música instrumental y todos nos centramos en comer y relatar cómo nos ha ido en el día.
Endimión cuenta que en uno de los casos en los que ahora está trabajando tuvo un gran avance hoy, gracias a información que le llegó de forma extraoficial y a que sus investigaciones al fin están dando frutos; que es un caso bastante complicado y un poco peligroso, pero que no nos podría decir detalles debido a la confidencialidad y la seguridad de ambos; es ahí cuando me doy cuenta de que Endimión investiga varios casos a la vez, cosa que yo no sabía, siempre pensé que solo era uno, además de que quiere a Amy, por lo que mis sospechas son correctas; por seguridad no ha salido con ella; me pregunto si ¿algún día se cansará de estar dándole largas para al fin declararse, o si espera a que pase algo más?; mis pensamientos son interrumpidos cuando escucho nombrar a Serena.
—…Estaba frente a él y le reclamaba por haber ocupado la mesa, la verdad es que esa mesa es muy importante para ella, pero por la forma de ser de ella, nunca pensé que se atreviera a hacer lo que hizo, me sorprendió mucho eso, pero más me sorprendió la quietud de Darién—explica Amy a mi primo— yo esperaba que te enojaras o alguna reacción, no se llorar, enojarte, reir, aunque eso causaría mas indignación por parte de ella—me dice viéndome—pero no fue así, mantuviste la calma y hasta la invitaste a sentarse contigo, serias bueno en un trabajo de atención a clientes.
—Primo ¿sacaste de quicio a una chica y ni te conoce?, eso es tiempo record—me dice riéndose por la anécdota que acaba de contar Amy.
—Ja ja ja, que gracioso, en realidad la mesa, desde ayer que la vi, me gusto mucho y se me ocurrió que hoy podría estar ahí si me esforzaba, pero nunca me imagine esa reacción.—explique mi punto.
—¿Estás hablando de la mesa?—me pregunta mi primo, lo que me obliga a pensar en las palabras que utilice para explicar mi punto de vista y me doy cuenta de que mi subconsciente me traicionó. Los dos me están mirando y necesito salir de esta, no quiero ser tan evidente frente a Amy.
—Claro, ¿de qué más?—le digo serio y opto por buscar la parte de la conversación que me interesó más o de indagar más de ella— ¿esa chica nunca es así?—le pregunto a Amy.
—No, del tiempo que llevo de conocerla, no la había visto así de afectada por ello, que también es la primera vez que no se sienta en esa mesa, puede ser también por la fecha que se acerca.—dice Amy tratando de dar una explicación a la reacción de su amiga.—en general Serena es muy risueña y amable, no es mucho de hacer amigos pero es cordial con las personas, por eso no esperé esa reacción tan espontánea de su parte.
—¿Que fecha se acerca?—pregunta Endimión intrigado e interesado.
—La fecha de la muerte de sus padres, eso fue un golpe muy fuerte para ella, era muy apegada a ellos y más a su padre; es por ese motivo también que cela tanto esa mesa pues en ella vivió muchas cosas con su papá, a veces el Sr. llegaba y le daba alguna sorpresa, ya sea un detalle para ella o la sorprendía con bobadas por la ventana cuando ella estaba triste, la relación era muy apegada, es por ello que cuando ambos fallecieron ella se sintió tan sola, iba a la cafetería y se veía como un zombi, fue algo muy feo, yo la trataba de animar, quizás nuestros lazos se estrecharon en aquella ocasión.—dice Amy recordando con tristeza aquella etapa.— lamentaba tanto verla así de apagada, gracias a Dios hs podido sobrellevar un poco su perdida y ya está volviendo a su vida habitual.
—Ya entiendo un poco su reacción, al hacerlo no pensé en lo que significaba para ella, posiblemente a eso se refería cuando me pidió la mesa.
—¿Qué fue lo que te dijo?—me pregunta Endimión.
—Básicamente nada, en realidad cuando me iba a dar una explicación más detallada o convincente se detuvo y estuvo a punto de irse, antes de ello me dijo que si le podría dar su mesa pues ella llevaba más tiempo visitando el lugar y por ello tenia cierto derecho a ocuparla siempre.—digo esto último y no puedo evitar una leve sonrisa en mis labios al recordar sus motivos y la manera en que llegó a pedirme la mesa.
—Ya veo, te gusta—me dice Endimión sin detenimientos al mencionarlo y yo me quedo estático pues no estamos solos, de reojo veo a Amy y regreso la mirada a él tratando de hacerle ver el error, pero creo que no me entiende—y si para ella es tan importante esa mesa deberías dejar que se siga sentandose en ella, tú eres el invasor en su entorno primito, me preocupa si fue falta de cortesía—me dice Endimión metiendo cada vez más profundo la pata.
—No, nada de eso Endimión, simplemente me gusto la ubicación de la mesa, es todo, solo que no me imagine todo lo que significaba para ella ese lugar, estoy muy apenado—Esta última parte se la digo a Amy.
Terminamos de comer, levantamos la mesa y busco cualquier excusa para ausentarme, ya que deseo dejarlos solos, espero que algo pase entre ellos pues el ambiente es propicio para ello.
—Voy a la tienda, ¿necesitan algo?—pregunto a ambos pero creo que he dejado de existir, pues están muy enfrascados en su plática.
Salgo un momento a caminar pensando en ella y en lo que comento Amy hace un rato en la mesa, creo que me debo disculpar, así que pienso en la mejor manera de hacerlo.

SERENA
Llego a mi casa aún pensativa en la osadía que hice en la mañana y en lo bien que se comporto ese chico a pesar de lo grosera que me comporte, ese chico me intriga un poco, o está acostumbrado a que le griten o es sumamente educado y tiene hielo en las venas, pues de otra manera no me explicaría el hecho de que no se haya ni si quiera molestado o peor aún me haya invitado a quedarme con él; ¡Es un chico muy extraño!, pero me cayó bien espero verlo de nuevo.
Llego a mi recamara y me preparo para darme un baño y dormir, mañana me toca escuela y aunque solo voy a dos clases tengo que ir puesto que solo esos créditos me faltan para poder hacer mis prácticas, mientras me alisto y me baño no djeo de pensar en se chico, Darién, Es muy atractivo, y contrario a lo que pensé, me demostró que es diferente, no quiero pensar cosas que no son, pero me gustaría que fuéramos amigos, porque algo más, lo dudo, término de bañarme cuando veo que mi celular tiene la luz que anuncia un mensaje parpadeando, lo checo antes de dormir y veo con gran alegría que es Haruka que me dice que vendrá una temporada a la ciudad, lo que me emociona en sobre manera puesto que estos meses sin nadie a mi alrededor a excepción de Amy me he sentido tan sola y la pérdida de mis padres se acentúa aun más, así que será un bálsamo para mi alma el que él venga aquí, y pensando las cosas mejor, me parece que le pediré que se quede conmigo; escribo esto en un mensaje al responderle y veo que está en línea de inmediato me contesta y nos ponemos de acuerdo para que vaya por él al aeropuerto después de la escuela, por supuesto me dice que estaría encantado de quedarse conmigo, esta casa sin mis padres se siente tan grande, aquí con él no me sentiré tan sola, nos enfrascamos en una larga charla que suspendo debido a que ya es tarde y debo dormir o de lo contrario no querré levantarme mañana para la escuela.
Dejo el teléfono a un lado y me sumerjo en mi sueños aún con un torbellino de confusos sentimientos por la tristeza que me produce el aniversario de la muerte de mis padres que se acerca, más las extrañas sensaciones que me hizo sentir ese chico de la mesa para terminar con la maravillosa noticia de la llegada de Haruka, solo quiero descansar por ahora y pensar que mañana será un día maravilloso, empiezo a hacer planes para llevar a Haruka a varios lugares, hasta que poco a poco el sueño me vence.

Un Cappuccino para dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora