Lagrimas

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SERENA

Un nuevo día comienza y estoy ansiosa por ver a Haruka, tengo grandes planes preparados para cuando estemos juntos, todo el día me la pasé pensando a donde podríamos ir ya que él no es tan ajeno a la ciudad, tal vez podríamos revivir viejos tiempos, con el entusiasmo que siento, las horas en la escuela se me hicieron eternas, por lo que no puse mucha atención a las clases.

Me subo al auto y conduzco rumbo al aeropuerto, me hago poco tiempo el llegar debido a que el tráfico no estuvo tan denso, encuentro un lugar en el estacionamiento y me estaciono, corro hacia la sala de espera y llegó justo a tiempo, ya que los pasajeros del vuelo apenas están saliendo, busco con ahínco a Haruka entre las caras que salen, no tardo mucho en ver aparecer su sedoso cabello rubio, y su inigualable sonrisa, se detiene un momento para buscarme entre la gente por lo que alzo la mano a modo de saludo con lo que él me ubica rápido y se dirige hacia mí con ese caminar desenfadado y sexy a la vez tan suyo, a mi lado está una chica que espera a algún pasajero del avión que de reojo veo que se sonroja al ver la dirección que toma Haruka, y suelta involuntariamente una suspiro entrecortado, no puedo evitar sonreír, pues sin duda ese es el efecto Haruka.

Haruka llega hasta mí y me da un largo abrazo.

—¡Hola mi princesa, te extrañe tanto!—dice mientras me abraza y me transmite lo que dice con palabras, yo correspondo su abrazo e igual intento transmitir lo mucho que lo extrañe; en solo un abrazo comprendo que me ha hecho demasiada falta.

Terminamos el abrazo, sin embargo el deja un brazo por encima de mi cuello y comenzamos a caminar con rumbo al estacionamiento.

—¿Qué planes tienes para hoy?, ¿Qué hacemos?—me dice mientras busca con la mirada un local.

—Eh, pues, en realidad había pensado en revivir viejos tiempos, pero después de comer, supongo que estás cansado y tienes hambre—le contesto captando rápidamente su atención tras la palabra comer.

—Me encanta cuando me lees la mente cabeza de bombón, claro que vamos a comer y después donde tú quieras preciosa, primero ¡aliméntame, por favor! .—me dice con su galantería habitual en él; lo cierto es que si no tuviera el honor de ser su amiga, seguro sería una chica más, enamorada de él.

—¿Quieres comer aquí o vamos a casa?—respondo un poco sonrojada, se me había olvidado que aunque estaba acostumbrada a que me llamara de manera cariñosa y con esa coquetería nata de él no dejaba de sonrojarme pues ya no estoy acostumbrada a ese tipo de trato.

—No quiero molestarte más de lo debido pero me encantaría comer algo casero, estoy aburrido de la comida de restaurantes.—me dice un poco apenado, cosa muy rara en él, puesto que siempre se muestra seguro.

—Claro que no es molestia, tenía pensado hacerte un rico estofado de pollo, como el que hacía mi mamá, recuerdo que te chupabas los dedos, y ya deje todo listo, solo para ponerlo al fuego.—le dijo entre orgullosa de copiar la receta de mi madre y triste por el hecho de que ella ya no está.

—Serena… después juro que me pasaré la tarde platicando, ¿si?, necesitamos platicar, pero ahora vamos a casa—me dice conmovido por los sentimientos que están en juego ahorita, pues me conoce bien y por las atenciones que tengo para con él; pero como no estarlo, el es como mi hermano, uno que nunca tuve.

Llegamos a casa más rápido de lo que pensé pues en el camino Haruka me venía contando cómo le había ido en el viaje y parte de los proyectos que ahora tiene, uno de ellos es realizar su albúm de presentación de fotografía, ya que lo necesita para un trabajo en una de las agencias más prestigiosas de Marketing donde desea trabajar; y según me contó hay un lugar en este sitio que quiere que forme parte de éste.

Un Cappuccino para dosWhere stories live. Discover now