Capítulo 21

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¡Hola! Resurgí de mis heridas con dos noticias, una buena y una mala.
¡La buena es que tenemos maratón! Y la mala es que se trata de un maratón como el Astridz94 así que nos vemos el otro año...
No es cierto 😹, no hay maratón pero les dejo este capítulo bastante extenso al que le continuará, ojalá que pronto, uno de igual forma algo largo. ¡disfruten!

El reloj marcaba las ocho, sin embargo, dentro de la habitación no había siquiera rastros del sol que iluminaba la gran ciudad a esa hora debido a las gruesas cortinas de las que hacía uso su hermana para que ni siquiera la luz del día se atreviera a irrumpir su sueño, porque si existía una persona en el mundo para quien fuera el sueño una especie de ritual sagrado esa era Isabel, pero a pesar de ello y del mal humor que podía llegar a causarle el no disfrutar de sus horas completas de buen dormir no pasaron más de un par de minutos para verla entrar más que despierta a la habitación, vestida con aquella resplandeciente sonrisa que siempre vestía para ella, la necesitara o no. Entre los recuerdos que inevitablemente hacían acto de presencia observó a Isabel acercarse mientras entonaba las mañanitas con la energía y la luz que lo haría aquella niña tan extrovertida que la despertaba cada 14 de noviembre con su dulce voz y con un fuerte abrazo de esos en los que acostumbraban a reencontrarse; y como si el tiempo nunca hubiera pasado los brazos de la niña tímida y reservada que en algún momento fue y de la que a pesar de los muchos años que cumplía ese día seguía encontrando rastros de vez en cuando, la acogieron.

- Óyeme espero que ese deseo se cumpla - mencionó Isabel con una radiante sonrisa, ajena a aquel remolino de emociones que invadían a Mayte hasta el punto de trasmitir la añoranza de mejores aires en el rostro al momento de apagar la vela y pedir su deseo.

- Yo también lo espero gordita - acordó Mayte un poco sensible prendiéndose a ella y a esos brazos reconfortantes que la hacían sentir tan segura cuando el miedo la atrapaba como había sucedido aquella última semana, en la que Isabel como muchas otras veces había sido su ancla a tierra.

- Vamos Chi, hay que subir ese ánimo hermana. Ya se fue otro año biológico y lo bueno de los finales es que todos son un nuevo inicio - comentó con el fin de alentarla y que aquellos ojos que su hermana consideraba sin gracia y que a ella le parecían tan bonitos recuperaran su tan característico brillo.

- Lo sé, es solo que este año... - con la rapidez de la luz la mirada de reprobación de Isabel se posó sobre ella, últimamente se encontraba muy pesimista e Isabel durante su estancia en su casa se había propuesto cambiarle aquel chip - este último mes ha sido muy difícil - se corrigió Mayte.

- Ya lo sé Chi, pero mira todo va tomando nuevos colores, además...

- ¿Además que? - cuestionó Mayte curiosa.

- Además te tengo el mejor regalo que puedas recibir hoy - aseguró Isabel sonriente extendiéndole el teléfono que reposaba sobre la mesa de noche dejando a Mayte un poco desconcertada, sobre todo por su buen ánimo a pesar de la trasnochada del día anterior y aún más de las muchas lágrimas en busca de consuelo derramadas luego de algunas copas de vino - hermana... hay alguien que quiere hablar contigo - y muy a pesar del ánimo tan contagioso que portaba la mayor de la Lascurain, los ojos de la más chica se ensombrecieron un poco más ante un pensamiento fugaz que pasó por su cabeza - ¿Qué pasa?

- De repente me vino un recuerdo de cuando estuve enferma - murmuró con pesadez y no precisamente por los recuerdos de la caótica situación a la que había tenido que enfrentarse hace varios años sino por la agonía latente y asfixiante que actualmente lidiaban, porque a pesar serenidad que había mostrado desde el día uno muy dentro de si se hallaba un poco más rota debido a la situación, aunque prefería responsabilizar a su cumpleaños y ese algo que traía consigo que siempre la removía, haciéndola sentir tan vulnerable de repente - la quiero... la quiero tanto Isabel - expresó y en un intento inútil por retener un sollozo se mordió la parte interna del labio.

CulpablesWhere stories live. Discover now