Capitulo XXII

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Demonios, necesito agua.

Intente abrir los ojos, mi mano choco con el pecho desnudo de alguien. En cuanto mi vista dejó de ser borrosa, retire rápidamente mi mano, el pecho de Landon subía y bajaba lentamente.

Recordé que demonios había pasado y me tranquilice cuando vi los cuerpos de los demás a mi al rededor.

Maddie estaba acostada en el estómago de Lisa, mientras la cabeza de ésta se encuentra bajo el brazo de un Alex que parece que no alcanzo a subir totalmente en el sofa, Jake estaba en un sofa extendido siendo el más cómodo, Derek estaba en el piso echo un ovillo y yo estaba en el otro sofa recargada en Landon.

Corrí a la cocina con cuidado de no pisar ninguna cara, bebí toda el agua que mi cuerpo exigió y me quede mirando la puerta que da al patio trasero de la casa de los chicos. Aún no amanecía, la verdad es que no tengo idea de que hora puede ser.

Regrese al livin donde estaban todos dormidos y busque mi celular, después de una muy difícil tarea de localización pude encontrarlo, el reloj marcaba cuatro veintiséis de la madrugada.

No recuerdo a qué hora nos quedamos dormidos, supongo que no tiene mucho, ellos están prácticamente estaban en coma, como si acabarán de caer.

Quise despertar a Lisa y Maddie para que subieran a las habitaciones pero no funcionó, incluso pensé que estaban muertas hasta que soltaron un quejido.

Me senté en el sofa individual, quería volver a dormir, aun me sentía adormecida por el alcohol así que cerré los ojos tratando de volver a caer dormida.

Pasaron diez minutos con los ojos cerrados y nada, no logré dormir, solo me desespere. Fui por un poco más de agua y perdí el tiempo en el celular, checando Instagram y Facebook pero después de un rato me aburrí.

Analice que tan buena idea sería despertarlos a todos pero estaban plácidamente dormidos así que decidí dar una vuelta por la casa, explorar la gran mansión de los chicos.

Atravece el livin de nuevo a la cocina, pasando la cocina había una puerta así que me dispuse a checar, abrí la puerta deseando que no fuera algo privado.

-Merde- Maldeci al observar la habitación.

Una biblioteca, una hermosa biblioteca. El piso estaba alfombrado de color vino, había tres sofa blancos, dos grandes y uno individual y una mesita de cristal en el centro.

Las paredes son altas y estaban tapizadas de libros, observe los títulos y muchos ni siquiera estaban en ingles, había libros que eran los mismos en distintos idiomas.

Orgullo y Prejuicio estaba en muchas ediciones e idiomas, desde italiano en una presentación totalmente nueva hasta español en una edición que se veía gastada y sospecho que era de las primeras ediciones.

Pasaba lo mismo con Ana Karenina, uno de mis libros favoritos, cabe mencionar, varios idiomas y varias versiones. Había de todo aquí, desde las hermanas Bronte hasta Edgar Allan Poe, pasando por Nabokov llegando a Katzenbach, incluso había libros como Bajo la Misma Estrella.

Parecía mi biblioteca de PDF.

Estuve un rato recorriendo los estantes, claramente los que mi estutura me dejaba observar, después de hacer una lista de todos los libros que les iba a pedir prestado, seguí explorando.

En el garage habían seis autos, tres camionetas y cuatro motos. En la casa de la piscina había una mesa de billar y de ping pong, había una gran pantalla plana y un sistema de audio increíble.

Volví a la casa con la esperanza de que alguien me detuviera, me sentía una chismosa metiéndome en lugares que no me pertenecen pero mi aburrimiento puede ser peligroso.

HIMWhere stories live. Discover now