CAPITULO V

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MARCO

En éste tiempo he estado ayudándole en todo a mi padre, él me ha enseñado todo acerca de finanzas y de negocios, dice que es muy importante que empiece a despertar mi capacidad administrativa, ya que cuando herede toda su fortuna seré yo quien deba manejarla para bien o para mal; depende de mí si saco grandes frutos de ello. Mi padre no confía en nadie, él es personalmente quien maneja todo el dinero de los Burdock, no necesita asesores, contadores ni nada, él y solamente él se asegura de la fortuna de la familia puesto que no confía en nadie más que en él mismo.

-Marco, A mí nadie me enseñó nada.- Me dice  mientras tomamos un descanso después de tantas cuentas y números.

-¿Y como hiciste mientras no sabías de esto padre?

-En mis primeros años, cuando el tío Edgar falleció, me dejo algunos trabajadores, aquellos que manejaban la fortuna Burdock y las empresas cuando habían juntas en el despacho, yo también me unía a ellos, como no entendía nada me fijaba detenidamente en todo lo que hacían y decían, como calculaban todo y eso, ellos no podían oponerse a ello, porque yo era quien les proveía el pan para sus familias, ya sabes, yo era el jefe.- Dice mi padre con una risita.

-Y si ellos eran tu mano derecha, de quienes aprendiste todo, ¿porque no continúan bajo tu servicio?

-Existen muchas personas que están contigo solo por el interés que te tienen hijo y nadie es leal en esta vida, no se puede confiar en nadie, solo en tu familia. Esos hombres nunca quisieron enseñarme nada, yo era quien los asechaba, hasta que cierto día descubrí que los papeles que me entregaban a mí eran falsos, las ventas de la empresa triplicaban los porcentajes que ellos me presentaban, la millonaria cantidad que poseía en los bancos se elevaba día a día por los intereses, que crecían mientras las ganancias aumentaban, pero yo no lo sabía.- Me comentó mirando hacia el escritorio de manera perdida.

-¿Y luego qué hiciste padre?

-Me sentí decepcionado, jure que no confiaría en nadie y que aprendería.- Suspiro y dijo.- Me hice cargo de todo, el trabajo que realizaban esos tres hombres yo lo reemplace, tomé cursos de economía, contabilidad y auditoría y saque mis títulos, hijo, por experiencia te digo, nunca es tarde para aprender, para crecer ni para cambiar.

Existían ocasiones en las que confiaba en mi padre, en que si el decide las cosas por mí, mi camino no sería tan difícil de recorrer, creo que ningún padre desea ver el fracaso en los ojos de sus hijos y aunque se estaba equivocando en imponerme por otro lado me sentía mal por él

-Marco, querido, una chica llamada Fátima te necesita en el teléfono.-Escucho gritar a mi madre desde la sala.

-Ahora voy mamá.

-¿Quién es Fátima?-Pregunta mi padre.

-Una chica que conocí en el curso de verano.

-Marco, recuerda que tienes un compromiso.

-Lo sé papá, pero no por ello voy a quedarme encerrado hasta que me case, necesito un respiro y esa chica me entiende.

-Si el padre de Elena se entera, no hará negocios con nuestra empresa.

-Descuida, no se enterará.- Hubiera preferido irme, antes de escuchar eso, ahora recuerdo que a mi padre lo único que le interesa es su maldito dinero, Me dirijo a la sala donde se encuentra el teléfono en espera, lo tomo y contesto.

>>LLAMADA<<

-¿Si?

-Hola Marck, vamos a tomar un helado, ¿te parece?

-Sí, ¿porque no? Dame diez minutos y estaré en tu casa.

-Listo baby. Adiós, un beso.

-Ok. Un beso para tí también.

>>FIN DE LA LLAMADA<<

&quot;MI FAN Nro 1&quot; (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora