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Angel 1
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Después de la batalla los días pasaron lentos y dolorosos para el rubio. Dormir era difícil y despertar lo era aún más, abrir los ojos y ser consciente de que estaba viviendo sin su otra mitad era físicamente doloroso.

Pero era un nuevo día y la luz del sol se colaba por su ventana llamándole de nuevo a la realidad. El rubio parpadeo girándose en la cama que ahora le parecía innecesariamente inmensa, con desgana abrió los ojos encontrándose con ese lado vacío y frío. Suspiro girándose de nuevo para no tener que ver esa almohada intacta.

-Buenos días-

Susurró bajito viendo la foto sobre su mesita de noche, en ella un sonriente Tony le devolvía la mirada. Suspiro cerrando de nuevo los ojos y deseando una vez más no tener toda esta energía acumulada en el cuerpo y poder dormir más tiempo, poder volver al mundo de los sueños donde a veces Tony aún estaba vivo o simplemente no soñar nada y alejarse de esa cruel realidad.

De nuevo se giró solo para atrapar la almohada de Tony y poder olisquearla un poquito, había comprado la misma loción que solía usar el moreno para rociarlo de vez en cuando sobre la suave almohada y quizá engañar a su corazón... pero su mano se congeló sobre la blanca funda al ver la pequeña pluma blanca, despacio la tomó entre sus dedos para verla con atención, era pequeña y parecía más una pluma de almohada que otra cosa pero ciertamente era raro pues el rubio no tenía nada hecho con plumas en su pequeño refugio.

Con cuidado jugueteo con ella contra los rayitos de sol que ya se colaban a través de la ventana, quizá anoche se había colado en su habitación cuando había abierto la ventana... a veces en la soledad de sus noches Steve se quedaba algunas horas observando el cielo estrellado, preguntándose si Tony en algún rincón del universo era capaz de sentir su amor...

Suspiro al ponerla sobre su mesita de noche, era solo una pluma...

A los pies de la cama el movimiento de el otro ocupante le hizo sonreír.

-Buenos días a ti también amigo-

Susurro y el perro de pelaje dorado de inmediato tomo eso como una invitación a acercarse a saludarlo.

Ahora su único compañero era el precioso cachorro de golden retriever que Clint le había regalado. "Dorito" era el nombre grabado en la pequeña chapita que colgaba del collar en su cuello y aunque a Steve al principio le había causado incomodidad el nombre elegido después simplemente se había acostumbrado y ahora podía decir que ciertamente Dorito era su única ancla.

Dando un último vistazo a la almohada vacía a su lado se desenredó de las sábanas para levantarse.

-vamos chico... es hora de ir al baño-

El perro le meneo la cola y con entusiasmo le siguió por toda la casa hasta la salida, donde Steve le dejó salir para después subir el mismo a asearse y cambiarse para ponerse los tennis y un abrigo.

Si Steve fuese un humano normal habría preferido quedarse en cama todo el día pero el suero le hacía sentir todo el tiempo enérgico y correr siempre le hacía bien para liberar energía así qué pasó las siguiente dos horas corriendo por el bosque con Dorito siguiéndole el paso.

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Pues ya que estamos todos guardados pues vamos a ponernos creativos 😆💕

Poppy 🌻

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