Prólogo.

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Iba a morir.

Quizá  no era el mejor pensamiento de todos pero el más real que tenía desde que había vuelto en si en medio del bosque; no entendía bien lo que estaba pasando -y aunque se lo explicaran quizá jamás lo entendería- El problema ni siquiera era escapar -Estaba acostumbrado a hacerlo, quizá desde siempre-el problema era una mucho peor que ese.

Estaba herido.

Ya ni siquiera sabía cuanta sangre había estado perdiendo desde que quedo inconsciente hasta el momento pero sabía que era demasiada para su propia seguridad, podía sentir la fatiga en sus extremidades, como su mente se alentaba a ratos -como si hubiera tomado una buena dosis de Adderall- y eso era malo, no podía simplemente pedirle al monstruo de turno que lo esperara un poco en lo que terminaba de desangrarse o llegaban a ayudarle -lo que pasara primero-

Este no era cualquier criatura -a veces odiaba su propia suerte- Quizá sería la primera -y única vez, esperaba con la vida- que iba a toparse con él, un hombre que fue lobo en algún momento y ahora no era más que un cascarón que buscaba el poder que tenían las chispas "Era mágico" -según las propias palabras de él- 

Si las cosas fueran diferentes quizá hubiera intentado dialogar con él para que ambos llegaran a un punto muerto en que salieran ganando ambos pero no había sido así, le habían acorralado en cuanto se había alejado de la manada de camino al claro -quería practicar algunas cosas y necesitaba estar lo más alejado de los lobos que fuera posible- ahora y no estaba tan seguro de que eso hubiera sido una buena idea. Podía sentir en el fondo de su cabeza la voz de Derek gruñendo porque tenía que salvar su culo de nuevo -Como si ocurriera muy a menudo-

Dobló en un árbol y se afirmó su costado con un poco más de fuerza, sentía que su sangre se escapaba de entre sus dedos y no estaba seguro de cuanto más podría resistir con lo mismo, necesitaba alejarse de allí lo más que podía, ya se había alejado mucho de la reserva -mucho más de lo que le gustaría- por lo que aunque quisiera llamar a alguno de sus amigos estos ni siquiera tendrían oportunidad de escucharle ¿Por qué siempre los locos le seguían?

-Ya te encontré-

La voz sonó demasiado cerca para su gusto, abrió los ojos -que ni siquiera se había dado cuenta que había cerrado en primer lugar- y observó al frente, como un par de ojos -que quizá en algún momento fueron del amarillo más hermoso y brillante- le devolvían la vista como un caparazón vacío, esto le iba a doler mañana.

"Si alguien me escucha, quiero que sepan que los odio"

No eran palabras sinceras, simplemente su sarcasmo haciendo de la suyas hasta el último, con resignación cerró los ojos y soltó un suspiro, iba a aceptar su destino como a uno; lo siente que sintió fueron un par de colmillos contra su hombro y todo se volvió negro.

Dream it possible.Where stories live. Discover now