Único.

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Taehyung se encontraba escribiendo un mensaje para Jungkook.

"Hoy a las 5p.m. en el parque que nos conocimos"

Si, todavía recuerda ese día, apenas unos meses atrás. Fue corto.

Taehyung se encontraba sentado en un árbol grande el cual le daba sombra y escribía con rapidez lo que parecía ser su tarea de Lenguaje, escribía lo más rápido que su mano le permitía, dio mil gracias a su madre por escoger turno tarde y no en la mañana, no sabría que habría hecho sino.

Se levantó del grass limpiando su trasero con ligeras palmaditas, guardo o tiro, más bien dicho, a su mochila su lapicero y su cuaderno. Estaba listo para correr y dirigirse a su colegio antes de que terminara el tiempo y antes de que sonara la campana, sus manos sudando porque no quería otra amonestación lo que sería traducido a un regaño de su madre.

—¡Estúpido!—mascullo, él cayendo al suelo haciendo heridas en sus manos y rodillas, ¿Quien era ese estúpido? ¿Por qué rayos no miró hacia delante antes de chocar?

Taehyung levantó su mirada y se queda paralizado al ver los ojitos grandes del chico quien decía palabras que él claramente no escuchaba, mariposas volando a su alrededor y el sonido de las pájaros cantando ¿Era él acaso un ángel? Sus facciones tan delicadas, sus labios tan bonitos, delgaditos y un poco rellenitos, su naricita hermosa como conejito, sus ojos, si otra vez sus ojos, eran negros, brillaban, estrellitas yacían allí posadas, lunas ahí, galaxias ahí, sus pestañitas cortas pero lindas, su carita redondita, cachetitos los cuales quería apretar, piel perfecta y nivea. ¡Pero que hermoso niño!

Taehyung se había declarado gay desde entonces.

Disculpame, por favor, no me di cuenta. Lo siento mucho— dijo el chico de cabellos castaños también en el piso, con heridas en sus manitos que Taehyung ahora quería curar más que la suyas, un angelito tan bonito y tan precioso no debía sufrir.

¿Estas bien? Tengo algo de alcohol para limpiarte las heridas.

Y el castañito volvió a negar, parándose él y ayudándole a Taehyung también a pararse. Volvió a confirmar que era un angelito.

Dame tu número, por favor.

Oh.

¿Acaso era esa una nueva técnica de ligue? Para el rubio lo era, claramente.

El de ojitos bonitos sonrió sonrojado sacando su celular y dándoselo al rubio quien alegremente y con una sonrisa cuadrada ponía su número.
Y se dio cuenta de lo bonito que era, sus ojos grandes y brillantes, pestañas largas y curvilineas bonitas color negro. Nariz por donde un juguetón cupido tomaría por resbaladero. Labios grandes, acorazonados, rojos. Su carita en forma de 'v', su piel canela, preciosa. Ese chico era un ángel, estaba seguro.

Jungkook ya era gay, pero ahora estaba segurisimo de que, absolutamente, era más que gay que antes.

Mi nombre es Jeon Jungkook.

Hermoso nombre, hermoso chico.

El mío es Kim Taehyung, un gusto.

Hermoso nombre, perfecto chico.

Y así ambos jóvenes se fueron caminado hacia su escuela que por casualidades hermosas de la vida era la misma, solo que diferentes grados. Jungkook iba a terminar y a Taehyung apenas le faltaban dos años.

Después de eso ambos siguieron hablando hasta el día de hoy, en el que Taehyung confesaria sus sentimientos porque Jungkookie se demoraba demasiado, el pobre TaeTae no quería esperar más.

Love park; kvWhere stories live. Discover now