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Sentía alivio cuando pasaba la media noche y la molestia se convertía en simple plástico. Podía verlo hasta desgastarlo sin que me reprochara por cometer la "osadía de mirarlo a los ojos".

Habían pasado relativamente pocos días desde que decidí que lo más seguro sería dejarlo en casa. Las molestias fueron realmente escasas quitando las preguntas de mi padre por dejar asegurada la puerta de mi cuarto y los extraños comentarios por Mike. Fuera de cotidianos percances y malas caras, parecía que todo marchaba por un camino más seguro, aún incluso sin saber que hacer con él.

Esa madrugada me sentía fatigado y como muchas otras veces preguntándome que soluciones hubiera dado mi madre a este dilema. Sencillamente estaba haciendo lo que me parecía correcto sin tener idea de que es lo que verdaderamente necesitaba.

Eso me molestaba.

Salí de mi pieza para tomar un vaso de agua y tratar de aliviar lo que sea que estuviese apunto de atascarme si seguía en mi habitación observando el pedazo de plástico tendido sobre mi velador.

-¡Ahora que sería de mi vida sin ti! ¡Oh princesa, cuánto te amo!-

Escuché mientras bajaba a la primera planta y los colores de la televisión iluminaban tenuemente el lugar mientras más me acercaba.

-¿Ruth?-

Pregunté cuando en el respaldar del sofá vi unos cuentos cabellos rubios asomarse. Pareció no escucharme así que decidí acercarme solo para ver como se había quedado dormida en el lugar. Realmente no era una sorpresa, solía hacerlo seguido y era un dolor de espaldas tener que llevarla luego por la noche a su alcoba.

Alcé mi vista hasta la pantalla notando el programa transmitiéndose y casi de inmediato pude reconocer esas molestas voces junto con aquellos saturados colores. El programa favorito de Ruth parecía estar en medio de una maratón.

No es que tuviese un interés particular en cómo la magia, la mistada y la esperanza salvan el día a manos de una princesa con una etiqueta de Disney, pero al ver un poco más del aburrido episodio me di cuenta que solían decir muchas cosas sobre John que había podido reconocer.

Uno, cinco, ocho episodios y pasado cada uno iba sintiendo la necesidad de arrojar al principito por la ventana al amanecer.

¿Como es posible ser tan odioso en una caricatura?

No es que no lo sea en la vida real, pero desde cuando se premia por hacer tales estupideces es que seguramente ahora tengo que aguantar a este odioso plástico mal hecho.

Pensé en ver un episodio más antes de irme pero me detuve con el titulo que seguía.

"En lo profundo"

Usualmente los episodios que seguían una secuencia tenían títulos serios, astronómicamente más interesantes que los normales y coloridos. Para dejar más en claro estos inicios suelen llevar una imagen que trata de describir el contenido, esta vez me pareció curioso ver una habitación llena de cuatros dibujados evidentemente más realistas que el resto de la caricatura.

Solía ser normal que en cada inicio apareciese algún chiste sobre hechos ocurridos en algún relato pasado, mas esta vez solo pude notar un ambiente algo gris, uno en el que el azul parecía ser lo único que pudiera resaltar.

Fue curioso ver que sucedía en los cortos once minutos de duración. Parecía que Pepperland no siempre había sido el lugar alegre que parecía como uno de los reinos más felices junto con Diverly (Reino de la princesa Cynthia).

Mi sorpresa era ver un desarrollo inusual que pertenecía al príncipe y a pesar de ser solo una caricatura, es de esas que solo logras entender cuando eres más grande, pero aún cuando el final del episodio me dejaba en la boca un sabor agridulce, podía entender al menos un poco mejor su extraña relación con la rubia protagonista.

Me puse de pie para ir de una vez por mi vaso de agua. Al regresar apagué la televisión y llevé a mi hermana hasta su cuarto y pude tomar entonces rumbo al mío.

Esta noche había podido descubrir muchas cosas sobre John y aunque fuese por solo un momento quería que ya sea temprano para poder llenarlo de preguntas esta vez.




























:( ustedes también odian el hiatus feo?

The plastic prince [Mclennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora