25

797 103 15
                                    

Beam volvió a la casa. Ya se lo imaginaba pero se desanimó al no ver a su pequeña criatura ahí. Incluso abrió la puerta de su cuarto para revisar si estaba allí pero tampoco.

Prosiguió con su rutina de oración a Dios.

Siempre lo hacía pero esta vez abría los ojos cada cinco segundos para mirar a su lado. Se sentía tan incómodo estar solo. Por primera vez en mucho se preguntó: «¿Siempre fue así cuando estuve solo?». Ya su mente había reemplazado todos los pensamientos religiosos con pensamientos personales incluso cuando estaba en la cama. Antes podía dormir con tanta facilidad. Lo que creyó que podía hacer mejor en la soledad se convirtió en una pesadilla viviente.

Si no se volteaba a un lado pues abría los ojos sin remedio alguno. Le dio la espalda a su ventana y MiewMao estaba fuera de esta viéndolo con mucha pena. Ella ya no sabía qué pensar sobre los humanos. ¿Cómo tenía por seguro que Beam no se volvería como el científico y la destruiría? Aunque ella ya le había mostrado su verdadera forma..., y él no le había hecho nada en toda una semana.

MiewMao pensó en un plan. Una forma de estar segura. Dejó de mirar por la ventana para sentarse en el suelo. Se abrazo de sus rodillas para hundir su rostro en sus brazos con el fin de dormir.

Pues ya había oscurecido. No eran horas tardías de la noche pero Beam se había acostado tan temprano que ella decidió hacer lo mismo. No tenía planes de recurrir a Gulf de todos modos aún.

El sol se levantó acompañado de un manto mucho más claro que la noche.

MiewMao despertó por el grito de un gallo. Claro, ella lo quiso matar. Pero ella sólo se levantó con un respingo para correr a la ventana a la otra esquina de la casa. Esa daba a la cocina.

Beam siempre se levanta temprano a hacer desayuno.

Cuando ella asomó su rostro, la sala se encontró vacía. Por más que ella mirara dentro de esta no había rastro de Beam.

Decidió volver a la otra ventana y casi se desmaya con terror. Hasta se cayó y todo con furor.

Encontró las fuerzas para levantarse de su recién trauma para ver la escena de terror frente a ella.

¡Beam seguía en la cama!

Ella se alejó para correr gritando. Volvió aún gritando con terror pero brincando varias veces como una indígena conmocionada. Se pegó a la ventana sin gritar. No sólo le había aterrado que él no se levantara sino que no había desayunado.

-¡¿Está loco?! Su estómago.

Ella se toca su propio estómago con su mano. Hace un puchero mirándose la pancita.

-Aunque yo también...- Ella dice. Mirando a todos lados por la injusticia de la vida. Vuelve a mirar a Beam quién no quiere despertar. Está muy desanimado.

MiewMao baja la cabeza.

-Definitivamente. Debo seguir mi plan.

Ella se decide con ambos puños alzados contra su pecho para irse.

-Aunque primero...- Ella detiene los pocos pasos que ha dado para mirar tentada a la puerta de la casa.

Beam despierta, yendo a la sala. Se resbala con una lata vacía. El pobre cae en su espalda con un jadeo intenso.

Él se sienta en su trasero extrañado. Y se exalta.

Toda su cocina es un desastre. Hay donas glaseadas mordidas en la mesa, muchas latas de refresco vacías por la mesa y fuera de esta. Para concluir el desastre, hay un sándwich encima de la mesa con palabras escritas en kétchup y escarcha por todo el kétchup:

Ven a verme en el parque cerca del parque de linternas
>:c Y COME.

Beam ríe por el mensaje. Él toma el sándwich en su mano.

-No lo puedo comer,- Él dice mirando el sándwich. -porque le pusiste escarcha, dama tonta.

Él ríe. Feliz de que ella al menos le dio un sándwich. En la mesa también estaba el pote de escarcha.

-Seguro te encontró en mi gaveta porque eres muy brilloso.- Beam dijo, negando con su cabeza a los lados.

MiewMao caminaba contenta por las calles brincando en sus piecitos hasta que se sintió intimidada por las miradas de muchas chicas hacia cómo estaba vestida.

Ella no dejó ver su intimidez pues les devolvía la mirada de mal gusto. Pero en cierto punto, MiewMao detuvo sus pasos para tocar su camisón.

-Quiero vestir como ellas.- MiewMao se queja mirando sobre su hombro el vestuario de las chicas. -¿Cómo se puede hacer eso? Beam nunca me ha dado ropa como la de ellas.

-Oye, chica,- Una señora en un kiosko de al lado llama su atención. MiewMao la mira. -¿Te interesa comprar ropa de aquí?

MiewMao mira la mesa.

-¡Oh! Ahí está eso que ellas usan.

-Ah, te refieres a las faldas. ¿Quieres una?

-N--No tengo dinero.

-¡Entonces vete! ¡Sal de aquí! Go away.

-LOS HUMANOS ANCIANOS DAN MIEDO.

MiewMao chilla al recordar que el científico también era anciano.

Ella busca en las basuras a ver si hay ropa e inesperadamente... Saca una bolsa con un vestido hermoso protegido por la bolsa.

-¡¿Quién tiraría esto?!- Ella grita.

El vestido era un hermoso vestido de top negro con tiras. Una falda crema con un patrón de triángulos arriba de un borde marrón claro.

Ella coloca el vestido a un lado con delicadeza (Sí, justo en la basura) para alzarse la camisa con total inocencia.

Un hombre va corriendo su auto por ahí. Él mira la espalda desnuda de MiewMao y choca contra otro auto.

MiewMao escucha el estruendo con un respingo para irse corriendo. Claramente, tomó el vestido antes para ponérselo cuando tuviera la oportunidad.

La Sirenita Tiene Un Amigo • MewGulfOnde histórias criam vida. Descubra agora