Dreizehnte

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Oh, dulce niño mío, ¿qué podría hacer sin ti?

Tu voz para mí es un bálsamo nutritivo que hace desaparecer todas mis heridas.

Freddy, eres como mi Sol personal. Cada cosa gira a tu alrededor y cuando te vas sólo hay oscuridad y hielo.

Antes de conocerte, mi mundo era blanco y negro, y tú le diste color a todo.

Siento como si siempre hubiera estado entumecido hasta que te besé por primera vez: ahora puedo oír la música, saborear la comida y ver al mundo con una intensidad que nunca antes había tenido.

Mi amor por ti es casi desesperado: eres la cama en la que duermo por las noches, el tenedor que uso para comer, el vino que bebo, los cigarrillos que fumo, la ropa que uso... Eres mi todo.

Estoy ebrio de tu amor.

Por eso, ahora que te he perdido, nada volverá a ser igual.

Los pájaros no volverán a cantar, las flores no florecerán, las estrellas no brillarán y la primavera no llegará nunca; porque no estarás aquí para presenciarlo.

Ahora todo llora tu pérdida.

Yo lloro por tu pérdida.

Todo lo que puedo pensar ahora es en tu carne podrida, enterrada en algún lugar de los campos con los otros cientos de soldados que murieron durante la batalla.

Ahora sólo los gusanos conocerán tu sabor, mientras se dan un festín con tu cuerpo frío y sin vida: un cuerpo que nunca fue realmente mío.

Los recuerdos que he guardado de ti no son suficientes para aliviar mi agonía.

He sido torturado y perseguido por sueños sobre ti, de cómo te he perdido.

Repito una y otra vez ese instante en mi mente, atormentándome; pensando en cómo podría haberte salvado.

Ahora soy un hombre desesperado, que sólo quiere volver a unirse a ti en la otra vida.

Espero que mis atroces acciones nos unan; debo decirte, mi amor, que cualquiera que sea el resultado, aunque no haya nada para mí en el otro lado, sé que el vacío será más soportable que esto.

Ahora, por favor, no mires, cariño.


Por siempre tuyo,

K.

oh, sweet boy of mine // finkeldorfWhere stories live. Discover now