Epílogo [Parte IV]

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CINCO AÑOS DESPUÉS

—¡Ugh! Está muy apretada, amor —se quejó YoonGi, contagiándose de la risilla traviesa de su adorable JiMin.

El tiempo pasó volando. Fueron los tres meses de prueba más extenuantes de su vida y los más confortantes por tener ahí a su JiMin. Ese muchacho que se había vuelto más y más hermoso conforme el tiempo transcurría. El tinte rosado se había caído con el tiempo y ese plateado encantador adornaba su cabeza. Sus ojos azules como el zafiro mismo seguían hipnotizándolo, calmándolo y recordándole a quién le pertenecía.

Fueron meses para poder llenar aquellos requisitos para ser considerado un alfa propio para la manada Zafiro. El día que le anunciaron su completo éxito en los meses de prueba, recibió una noticia que por poco y le causa un desmayo.

Iba a ser papá.

No se lo creyó cuando JiMin se lo dijo al llegar a casa. Pensó que era una broma, de esas que el menor se encarga de tornarlas todo menos graciosas, adquiriendo un rubor encantador en sus mejillas rellenitas por la vergüenza.

Fue hasta que sintió el abdomen abultado de su pareja, el aroma dulzón que despedía y el sentimiento de saber que había un pequeñín formándose en el interior del chico que amaba, que se dio cuenta que todo era real.

El tiempo siguió. Hubo peleas, llantos, enojos, regaños, felicidad, sonrisas... Hasta que nació el primogénito. Un lindo varón que por nombre le pusieron MinYong. El chiquillo nació con los ojos zafiro y el cabello castaño. Fiesta hubo, manadas reunidas y viejos amigos y conocidos asistieron.

Para YoonGi fue duro comenzar la crianza de su hijo. A veces se sentía muy estricto con él por lo que se volvía más blando siendo regañado por su pareja. Batallaron para ser buenos padres y no cometer errores graves. Gracias a la madre de JiMin, no estuvieron tan solos y perdidos en cuanto al cuidado. Lo cierto es que a YoonGi le hacía feliz volver a casa luego de un día de trabajo y encontrarse con su pareja y su pequeño. Sólo con verles él podía asegurar que su esfuerzo valía la pena.

¿Así se siente ser padre?

—Eres un exagerado, Gi-nie —sentenció juguetón JiMin, plantando un beso en los labios a su ya esposo desde hace tres años.

De sólo recordar cómo fue que le pidió matrimonio, se muere de risa. Nunca había visto a YoonGi completamente empapado de champaña y con expresión de sorpresa. Desde ahí tomó nota de nunca dejar que el mayor abriera una botella de alcohol: todo termina empapado.

—Claro, como tú no llevas corbata —ironizó YoonGi, sonriendo divertido al ver la expresión de «Sí, ajá» del menor.

—Bueno, resulta que yo no soy un alfa —atacó el menor, alejándose hacia la cuna de uno de los gemelos que había comenzado a llorar.

—¿Qué insinúas?

—¡Papi! ¡Papi! —gritó un inquieto MinYong que había entrado a la habitación de sus padres vistiendo un traje beige, como el de JiMin.

—¿Qué ocurre, campeón? —inquirió paternal YoonGi, tomando en brazos a su hijo de ya casi seis años.

—¡Min-ssi! —gritó la madre de JiMin.

—¡Abu me quiere poner una corona de flores y yo no quiero! —dramatizó el chiquillo, abrazándose al cuello de su papá.

—¿Qué tiene tu madre con las coronas de flores? —preguntó intrigado YoonGi a JiMin, quien tenía cargando a Gemelo 1 —le resultaba más fácil recordarlos así a sus nombres, ya que siempre se confundía— quien bebía energéticamente del biberón que le había preparado.

Dudando a amarte ~Editado~Where stories live. Discover now