1- SOLO NEGOCIOS

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Capítulo 1
Para mayores de 18 (repito)

Se me eriza la piel cuando recuerdo que después del sexo me acariciaba la espalda y me la besaba, luego se quedaba dormido, yo me giraba para admirar su hermoso rostro y cuando se daba cuenta, él sonreía y empezaba a llenarme el rostro de besitos mientras encima de mi se subía y empezaba la segunda sesión. Gemía fuerte y enloquecía cuando sus hermosos labios me señalaban silencio.
El sexo con él, solía ser salvaje y romántico a la vez, y es lamentable que aún se me palpita cuando recuerdo como me miraba de la manera más sensual que haya visto mientras me ahorcaba y me la clavaba.

Bueno, vamos al principio de todo, un día estaba cenando con una amiga y apareció un chico alto con el pelo recogido hacia atrás, una mirada profunda y una sonrisa que enamoraba.

—Hola, mi nombre es Álvaro y me gustaría mostrarles unas delicias que tendremos en nuestra próxima sucursal.— fue lo primero que dijo y colocó un folleto en nuestra mesa, mientras se apoyaba de sus palmadas, ¡su rostro lucía tan perfecto!

No podía dejar de admirar su sonrisa, la verdad, no escuché lo que dijo después sobre su trabajo, mi amiga se hizo cargo.

Luego antes de marcharse nos tendió la mano, sentí que iba estallar por su hermosura, fue inevitable ver su trasero redondo y perfecto alejarse.

—¡Oh por los santos! ¡Que ricote está!— se me adelantó mi amiga

—¡Joder! sus labios son perfectos. Hasta me entró el cosquilleo—agregué mordiéndome el labio inferior.

Pues nada, la verdad fue un día normal en los que me encuentro un chico súper guapo, pero la diferencia es que nunca son amables por eso quedé loca y con ganas de volverlo a ver.

Unos 15 días después

Estaba caminando y paseaba mi perrita "karla" y ¿¡adivinen quién me saludó de repente!? sí, fue Álvaro.

—Hola, ¡qué gusto verte! ¿Vives por aquí?—me preguntó con su sonrisa enloquecedora que por poco me causaba un orgasmo.

—Sí, ¿y tú, qué haces por aquí? —se me temblaban los labios y era inevitable no verle los suyos, y creo que se notaba en mi rostro lo abobada que estaba.

—Ammm, yo estoy promocionando nuevamente ¿Podrías dejarme tu número de teléfono? y así mantenerte informada de nuestras ofertas—ya tenía su celular fuera y no podía creer que estaba sucediéndome eso, entre tantas chicas hermosas, estoy muy lejos de ser una; pero ¿qué mierda estoy pensando? Sólo es para negocios...pensé.

—Ehhhh sí, claro—tragué grueso. Cuando me pasó su móvil para anotarlo, no podía creer que habíamos tenido algún tipo de contacto.

—Entonces te llamas Rebecca ¡muy lindo nombre!—sacudí la cabeza para indicar que sí, una vez más me sonrió y me tendió la mano para despedirse, sentí ese calor en el abdomen que luego bajaba a mi vagina, hasta mi perrita se orinó por la excitación creo y era increíble que alguien me causaba esto con tan sólo una sonrisa.
¡Dios, no era normal! yo ya había estado hasta besándome con otros chicos y no sentía esa mierda.

Más tarde en la noche me escribe.

°Hola, ya te envié algunas disponibles

°¿Algunas qué?

°Pues ni modo, ¡las ofertas!

° Ah vale, soy un poco distraída.

°Okey.

Bueno, la verdad es que no podía parecer estar tan interesada y decidí no escribirle más; lo más gracioso fue que tenía de perfil una foto de su mano firmando algo y me imaginé tantas tonterías morbosas con tan sólo su mano que me dan pena mencionar.

Nota de la autora: ¡No te vayas! Más adelante hay cosas mejores, te van a encantar.
Pero debes votar primero, así puedo saber si te gusta...

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