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"¡Matthew!" Una voz conocida gritó su nombre a lo lejos. Sus orejas parecieron vibrar, su boca se entre abrió y su piel se erizó... Esa sensación en su estómago... Park Jae Beom. Venía corriendo en su dirección, con una gran sonrisa y una mochila negra colgando de sus hombros, probablemente acababa de salir de la escuela. Matthew y sus compañeros estaban por tomar su hora libre para comer, así que justo salían del edificio...dónde Matthew trabajaba... ¿Cómo Jae Beom se enteró de en dónde trabajaba? Suspiró... Se dirigió hacía él sin darle explicacion a sus compañeros, dejándolos algo desconcertados y expectantes a sus acciones, sin emabrgo, él se alejó lo suficiente como para que ellos no pudieran escuchar la conversación entre él y el chico. "¡Esperé como por media hora, ya era tiempo de que salieras!" comentó animado. Matthew hizo un gesto al ver su rostro ligeramente enrojecido y un poco sudado por el calor que hacía. Su piercing en la nariz jamás lo terminó por convencer. "¿Qué haces aquí?" en ningún momento sacó sus manos de sus bolsillos. Jae Beom se quedó en silencio. Luego alzó su hombros y los dejó caer de regreso a su lugar. "Supongo que quería verte, sin tener que estar con So Min" balbuceó rezando por qué Matthew no lo volviera a golpear. "No hables conmigo, sólo para restregarme el cómo juegas con So Min. Madura, Park " Sentenció para después darse media vuelta. Estaba dispuesto a marcharse, pero Jae se aferró a su manga. Ninguno dijo nada.
