A casa.

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El viernes de aquella semana como acordaron por el grupo decidieron salir con la excusa de celebrar ¿La navidad? Aunque aún quedaban un par de semanas para aquellas señaladas fechas. cualquier excusa es buena para salir de fiesta, había dicho la Gaditana por un audio que terminó de convencer al resto de integrantes del grupo, de igual manera la morena se había decidido junto a Damion a dar la noticia de la inminente expansión de su obra de teatro por otras ciudades aprovechando que la mayoría de sus amigos iban a estar presentes aquel día.

La Gaditana simplemente aprovecharía la noche para desfasar un poco, pues desde que se había divorciado del que fuera su marido- Carlos- el cuál también formaba parte del grupo de amigos de Alba. Julia no había tenido apenas momentos para ella misma, el divorcio la había hecho volcarse de lleno en su hija, Alba sabía que aquella noche le vendría muy bien a su amiga para soltarse la melena y olvidarse un poco de todo.

La menor de las Reche había declinado la tentadora oferta de salir aquella noche y poder observar en directo los avances que habían hecho Natalia y Alba, pues hacía bastante que nos las veía en conjunto. La de ojos azules aprovecharía aquel fin de semana que tenía libre para subir a Pamplona y ver a su querida Ici, la cuál no podía ir aquel finde a Madrid por temas de agenda. Aquellas dos si que estaban más encoñadas que Alba y Natalia, al menos eso le repetía constantemente la rubia a su hermana pequeña.

Natalia había conseguido que su hermana Elena se quedará aquel viernes con los niños, en plural, porque también se quedaría con Olivia. No sin esfuerzo, pues la menor de las Lacunza le había chantajeado, consiguiendo finalmente en llevarla de compras en cuánto estuviera de vacaciones.

Las dos madres en cuanto dejaron a los niños con Elena se fueron juntas al domicilio de la morena, siendo este el más cercano a la discoteca donde habían quedado.

Aprovecharon una ducha conjunta para darse algunas caricias bajo el agua y posteriormente algunos mimos bajo la calidez del albornoz de la más alta.

-Ay Albi, déjame hacerte una foto- le dijo al verla tan pequeña dentro de su enorme albornoz.

-Nooo, Nat- se quejó tapándose el rostro con el sobrante de las largas mangas de la prenda.

-Toma- extendió el brazo cuando la rubia destapó su rostro- Es el albornoz de Álvaro, seguro que este es de tu talla- se mofó ganándose un par de puñetazos sin fuerza en el torso.

-peor es lo tuyo...- murmuró enfurruñada mientras se colocaba la prenda mejor al rededor del cuerpo.

-¿Qué?

-Nada, que a ti ni siquiera te tapa las piernas... seguro que siempre te pones mala ¡chopo!- la morena soltó una sonora carcajada antes de envolver el cuerpo de Alba entre sus largos brazos.

-¿Qué tenemos? ¿Quince años?

-A veces lo parecemos- siguió con la cara de fastidio.

-¿Sabes lo que hacen las parejas de quinceañeras?- se separó para mirar el rostro ligeramente sonrojado de la rubia.

-¿El qué?

-hmm- la besó cortamente- follar todo el día- susurró sobre sus labios juguetonamente.

-¡Nat!- se escandalizó ligeramente- que bruta eres.

-Sisi lo que tu digas rubia- salió del baño mientras seguía hablando- pero en la ducha no te importaba tanto que sea una bruta.

Jodido chopo.

Al final entre piques y besos ligeramente subidos de tono se terminaron de arreglar para salir aquella noche ¿los outfits? Se decantaron por lo más cómodo posible para perrear que encontraron. Los labios sin pintar, pues sabían que acabarían borrándoselo mutuamente, tenían el día tonto y no paraban de provocarse mutuamente y besarse a la mínima oportunidad. Julia iba a tener contenido para rato.

ABC  |  AlbaliaWhere stories live. Discover now