UN AMOR GRIEGO

Mi hermosa princesa

Persefone

Apolo despierta algo confundido al verse desnudo y a mi mostrándole mi mas alegre sonrisa.

-Buenos días dormilón- Digo mientras le doy un vaso con jugo de naranja.

-Buenos dias...¿estas alegre?- Pregunta mientras recibe el vaso.

-Claro que si, anoche hicimos algo especial aunque no parece haberte gustado- Agrego mostrandome triste.

-Lo siento...no recuerdo mucho y me siento algo cansado- Dice para luego soltar un pequeño bostezo.

-Entonces no te importo lo que hicimos anoche- Replicó con enfado.

"Esto es tan divertido".

-No es que no me importe, es solo que no recuerdo bien lo que paso- Dice mientras se levanta para luego tomar mi mano y obligarme a sentarme junto a él.

-No quiero tus excusas Apolo...mejor arreglate tienes que trabajar pronto- Le recuerdo y él asiente para luego encaminarse al baño.

En el momento en que cierra la puerta me llevo la mano a la boca para no soltar una carcajada, "Hades ha hecho algo increíble". Apolo se viste con un traje dorado ya que según él hoy quiere que el sol este mas que resplandeciente.

-Nos vemos en la noche- Dice para luego tratar de besarme pero lo aparto al tiempo que lo observo con enfado.

-Ni creas, ¿como es posible que olvides lo especial que fue para mi estar contigo?- Inquiero y tuve que morderme el labio para no reírme.

-En serio lo siento, prometo compensarlo- Agrega y me da un beso en la mejilla para luego marcharse.

-No pensé que fueras tan maliciosa- Dicen y veo a Ares entrar por la ventana con su estúpida sonrisa que aunque no quiera admitirlo es muy encantadora.

-¿Que haces aquí?- Pregunto mientras me dirijo hacia mi habitación.

-Vine a escuchar las gracias, se nota que disfrutaste la confusión del estúpido de Apolo- Dice y al ver la sonrisa maliciosa que me dedica no logro evitar reírme.

-¡Fue muy divertido!- Exclamo entre risas al tiempo que me siento en la cama.

-Serias una increíble diosa de la discordia lo cual por casualidad va de la mano con la guerra- Dice mientras se sienta a mi lado.

-¿El Dios de la Guerra y la Diosa de la Disacordia?, ¿existe una diosa de la discordia? - Inquiero divertida.

-No lo se pero solo piensa lo que podemos hacer juntos- Agrega mientras atrapa mi rostro entre sus manos. -No seas mal pensada hablo de las guerras- Recalca al ver que me sonrojo ante su tacto.

-No seas tonto, claro que pensé en las guerras- Miento al tiempo que lo aparto.

-¿Si?, bueno, ahora pienso en lo otro que podemos hacer juntos- Suelta en un tono pícaro para luego acostarme en la cama y ponerse sobre mi.

"¿Porque todos los hombres quieren estar arriba?...deberían ser mas como Hades que...".

-¿No has hablado con Hades?- Inquiero al tiempo que lo aparto.

-No pero...¿que importa cuando yo estoy aqui?- Inquiere de manera petulante como suele ser Apolo pero por tratarse de Ares no puedo enfadarme.

Su beso me sorprende aunque por alguna extraña razón también me reconforta, no quiero tener que volver a besar a Apolo por lo que los besos de este apuesto Dios de la Guerra son mas que bienvenidos pero no son los de Hades.