UN AMOR GRIEGO

Matadioses

Despierto gracias a una pequeña mano que acaricia mi mejilla haciéndome sonreír.

-Buenos días amor- Digo mientras la veo entre dormido
Se acaba de bañar y lleva puesto un vestido negro además de que sobre su cabeza lleva una corona de flores.

-Bueno días mi principe- Dice para luego besarme de manera casta.

-Quiero dormir todo el dia, estoy agotado...

-Vamos a pasear, prometiste llevarme a ver a Megera asi que cumple- Me ordena a manera de broma y yo me río mientras me levanto.

-Bien, dejame tomar un baño- Digo mientras me encamino a la ducha y puedo sentir la mirada de Persefone recorriendo mi cuerpo.

Después de un ligero baño y de desayunar frutas ya que Perse tenia antojo de eso, me gusta que sienta antojos aunque puede que no sea el bebé sino ella, el hecho de que me pida cosas es mas que gratificante para alguien que lo tiene todo pero no tenía con quien compartirlo.

-Vamos Hades- Me apresura sacandome a rastras del castillo.

-Dame solo un momento para terminar de despertar- Pido y ella asiente mientras me abraza con fuerza.

Literalmente a penas y consigo hacer o decir cualquier cosa medio lógica ya que estoy demasiado cansado, después de terminar con nuestro abrazo el cual duro casi cinco minutos, llegamos al Tártaro y veo a las tres Furias plantadas ante la inmensa puerta mientras jugaban una partida de póker.

-¡Megera!- Exclama Persefone mientras corre hacia a Furia para abrazarla con fuerza y esta sorprendida tarda unos breves segundos en corresponderle.

-Persefone, estas hermosa- Dice ella mientras la observa de pies a cabeza.

-No ha pasado sino unos días, no es para tanto- Digo y ambas chicas me fulminan con la mirada.

-Ven te mostrare los alrededores- Dice Megera al tiempo que toma a Persefone y se la lleva volando seguidas por Tisifone.

-Pensé que no volverías a este lugar- Dice Alecto mientras me da un breve beso en la mejilla.

-Bueno, Perse extrañaba a Megera y yo también extrañaba ver sus rostros palidos- Confieso y ella sonríe ligeramente.

-¿Has averiguado que es lo que pasa con Tifón?- Inquiere mientras me observa con un poco de preocupación aunque no lo refleja demasiado.

-Eres bastante directa, no, no he sabido de Tifón ni de Apolo- Digo esto ultimo con una ligera trsiteza.

Había visto a Apolo cuando recién había nacido, al lado de su hermana, era un bebé hermoso y debía admitir que sentía un cariño por aquel niño que solía abrazarme cuando iba a visitar a Zeus y Apolo estaba con él. Todavia recuerdo cuando se frustraba porque no podía hacer bien alguna cosa o porque no salían como él queria asi como su matrimonio con Perse.

-¿Cuando le dirás la verdad?- Pregunta ella mientras se sienta en el suelo y yo me siento a su lado.

-¿Cual verdad?- Inquiero confundido.

-No te hagas el tonto Aidoneo, sabes bien que si le dices la verdad a Apolo, él cambiaría ese odio y esa obsecion que tienen por ustedes- Dice como si fuera muy facil.

-Si le digo eso, le voy a herir el orgullo además hemos hecho todo para que él no llegue a enterarse de nada- Agrego y ella me mira como diciendo, "estúpido".

Justo cuando ella se disponía a decir algo escucho unos gritos y vemos a Tisifone volando hacia nosotros con algunas heridades en su cuerpo.

-¡Hades, Alecto!- Grita para luego aterrizar de manera forzosa por lo que antes de que llegue a estrellarse en suelo la atrapo en brazos.