VII

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El sonido apabullante de las ambulancias desconcierta a Anaju. Al entrar en el hospital, se intuye un ambiente apagado y silencioso, solo se escuchan susurros y el sonido de la máquina que llama a los pacientes. Esta vez es la castaña la que arrastra al rubio por los pasillos del hospital, ambos caminan a paso rápido y con la mano entrelazada. Hugo le aprieta la mano derecha; no quiere que en ningún momento se sienta sola. Anaju no es consciente de este hecho, pero aun así, agradece que Hugo no la suelte. Al llegar a la planta que les han indicado abajo en recepción, Ana Julieta comienza a buscar con la mirada alguien que le pueda informar sobre el estado de salud de su hermana. Se acerca a un pequeño mostrador y ve una chica tras él.

-Buenas tardes. -Saluda con la voz entrecortada. Hugo al notarlo, se sitúa tras ella, le suelta la mano y la posa en su nuca, acariciándola. -Mi hermana está ingresada en la unidad de cuidados intensivos, me gustaría saber si puedo verla.

- ¿Me permite el nombre de su hermana?

-Cristina Calavia. -Reacciona inmediatamente Anaju.

-Ahora saldrá el médico a hablar con usted. Si me hace el favor de esperar en la salita que hay aquí al girar la esquina. -La chica se levanta de la silla y les señala con el dedo donde está la sala.

Ambos se dirigen hacia la sala de espera en silencio. Anaju solo piensa en su hermana, en verla, en poder abrazarla cuando todo esto acabe y Hugo por su parte, solo piensa que Anaju esté bien, su cara mostraba preocupación, nunca se había visto en una situación como esa y estaba asustado.

-Anaju-Le dice Hugo parándose a la mitad del pasillo, haciendo que la castaña se voltee para mirarlo.

- ¿Qué pasa?-pregunta con incertidumbre.

-Todo va a salir bien. -Le coge la mano y la atrae hacia su pecho, fundiéndose en un abrazo.

El chico de los tatuajes esconde su cara en el pelo de la castaña e inhala todo su olor. La aprieta contra él, buscando el abrazo perfecto, como en la autopista. Anaju juraría que entre ambos no cabía un alfiler de lo pegados que estaban, y lejos de molestarla, le reconforta y por primera vez en la última hora, no piensa en su hermana, piensa en el chico que tiene frente a ella y que a pesar de conocerla de tan poco tiempo, no dudó ni un segundo en acompañarla. Anaju respira hondo e inhala también el cuello del chico, como si no quisiera olvidar su aroma nunca finalmente se separan quedándose el uno frente al otro.

Hugo retira con su pulgar las lágrimas incipientes que empiezan a brotar de los ojos de Ana Julieta de nuevo.

-Va no llores más, el médico va a salir de ahí y te va a decir que tu hermana estará bien.

Como si Hugo lo hubiera invocado, aparece un señor vestido con una bata blanca y habla en voz alta.

-Familiares de Cristina Calavia

Hugo se aparta de la castaña y se adentra en la sala de espera dejando así espacio a Anaju, que se acerca al doctor y espera a que hable impacientemente.

-Su hermana chocó contra el vehículo de forma frontal. El impactó fue muy grande. Sigue inconsciente, por lo tanto no podemos valorar con seguridad los daños que ha sufrido. Todo dependerá de lo que tarde en despertar y dependiendo de cómo la veamos, la pasaremos a planta o la dejaremos aquí, lo que sea más conveniente para que se evolución sea favorable. Cuando tengamos noticias nuevas, la avisaremos. Esperamos que despierte antes de mañana. -Finaliza el médico.

-De acuerdo, yo me quedaré por aquí hasta que despierte. Muchas gracias.

El médico se marcha dejando a Anaju sola. La chica posa sus dedos en su sien y la masajea, le dolía la cabeza desde que se subió al coche. En cuanto pudiera se tomaría un ibuprofeno. Saca el móvil y visualiza un par de notificaciones de Adri, su compañero de trabajo y Marc, su ex. Ignora ambos mensajes y se va directa al teclado para llamar a sus padres.

- ¿Anaju? ¿Estás ya en el hospital? Nosotros ya hemos cogido el coche, estamos de camino, en tres horas y media estamos ahí. -La castaña se cerciora que su madre está aún más nerviosa que ella y asume el rol de tranquilizarla a pesar de que ella no está bien.

-Mamá, tranquilízate. Estoy ya en el hospital y acabo de hablar con el médico, me ha dicho que espera que despierte antes de mañana, así que no te preocupes y sobretodo que papá conduzca con cuidado.

- ¿Estás sola? ¿Cómo has llegado al hospital?

-No, no estoy sola, me ha traído un amigo. -Anaju cataloga a Hugo como amigo para intentar tranquilizar a su madre, o eso es lo que se dice a sí misma. -He venido en coche.

- ¿Ana Julieta te has subido a un coche? ¿Cómo estás?- La madre de la castaña se altera más si eso era posible y Anaju es consciente de que quizás no debería de haberle dado esa información.

-No me oyes mamá, estoy bien. Va te dejo, os espero en el hospital.

-Adiós Ana. Te quiero

-Y yo mami.

Ana Julieta cuelga el teléfono y vuelve a la sala de espera donde se encuentra con Hugo sentado en una de las sillas. Su cuerpo está totalmente apoyado en la pared y tiene los ojos cerrados. La castaña sonríe, se sienta a su lado y le golpea suavemente el muslo. El rubio reacciona instantáneamente y la mira buscando respuestas en sus ojos negros, sigue siendo incapaz de encontrarle las pupilas.

- ¿Cómo está tu hermana?

-Aún no ha despertado, pero el médico piensa que lo hará antes de mañana.

Hugo respira al oírlo, deja ir el aire que llevaba conteniendo desde que Anaju habló con el hospital por teléfono hacía ya dos horas.

-Eso son buenas noticias. -Sonríe y posa su mano encima de la de Anaju que aún se encontraba apoyada en su muslo.

-Hugo...Si quieres puedes irte, no tienes por qué quedarte. Mis padres llegarán en unas horas y ya has hecho suficiente por mí hoy. -La castaña dice estas palabras aunque las que realmente quería pronunciar eran totalmente las contrarias.

-Anaju, al único sitio que me voy a ir ahora es a fumar un cigarro. Pero dejarte aquí sola, ni loco.

-Te acompaño. -Sonríe al escuchar sus palabras.

- ¿Fumas? -Pregunta sorprendido.

-Apoyo moral-Ya le extrañaba a Hugo.

Ambos recorren los pasillos del hospital de nuevo hacia la salida, esta vez sus dedos no están entrelazados, pero caminan juntos y la distancia entre los dos cuerpos es prácticamente inexistente. El viento les da un golpe en la cara, ninguno de los dos habla, se encuentran en un silencio cómodo. Hugo espera a que ella le explique qué le pasó en la autopista, pero no quiere ser entrometido. ¿Debería preguntarle? Se cuestiona. Saca el paquete de tabaco de la cazadora negra y se enciende el cigarro mirándola de reojo, como si se le fuera a escapar en cualquier momento. Anaju por otro lado mira al frente, pensando en sus cosas, se ha quedado absorta en sus pensamientos y ha omitido la presencia de Hugo. Pero de un momento a otro, el chico de los tatuajes rompe el silencio con una pregunta que sobresalta a Anaju.

-¿Qué te ha pasado antes en el coche?

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¡Hola chicxs!

¿Cómo llevais la cuarentena? Espero ayudaros a desconectar un ratito con el capítulo. Al estar encerrada en casa, tengo más tiempo para escribir y como podéis observar, actualizo más seguido. Deseando que esto pase cuanto antes y podamos volver a la normalidad, pero para que esto suceda, debemos quedarnos en casa.

Nos leemos

Zulter.

Luces de neón || AnahugWhere stories live. Discover now