Día 7

6 0 0
                                    

Comencé a hacer esto con la necesidad de no seguir cayendo en la locura, eso y porque no quería molestar a nadie con mis insomnios. 

Al inicio yo creí que esto iba a ser fácil. No trabajar, ver series, hacer todas esas cosas que nunca terminaba por falta de tiempo, vaya, ser productivo. 

Ha sido todo menos satisfactorio. 

Los primero tres días pasaron como si nada, era productiva al mil. Depuración de ropa, limpieza de mi recámara, lavar ropa, ejercicio, comenzar a hacer cosas nuevas; seguramente lo que casi todo mundo comenzó a hacer. 

Día cuatro. 

YA NO TENÍA NADA MÁS QUE HACER. 

Ya hacía ejercicio hasta cuatro horas al día, limpiaba compulsivamente una y otra y otra vez. Eso sí, me negué rotundamente a ver series nuevas o continuar las viejas. Pasar horas sentada o acostada no alivia mi ansiedad. 

Hoy es sábado. Son las 4:09 am. Es mi día cinco de insomnio. El otro día intente dormirme a las seis de la mañana, al menos para dormir un poco y ser productiva el resto del día. No pude. 

Justo a las dos am decidí comenzar a doblar las bolsas que había guardado para tener algo que hacer, pero de nuevo, eso terminó y necesitaba algo que hacer. En mi casa hay un taller para hacer cosas de carpintería y de ese tipo, pero también, hay un pequeño espacio acondicionado como una oficina. 

Decidí usar ambos y hacer una planeación para tener una rutina y no morir y también, pintar unas cajas para ahí guardar las bolsas y que se vea bien. Y como las capas estaban tardando demasiado, fue ahí cuando decidí subir por la laptop, justo cuando iba por la mitad del camino del pasillo, sentí que alguien me miraba, porque está al aire libre y las casas de enfrente pueden verte, en efecto, mi vecino me observaba mientras yo caminaba tranquilamente. Me dió miedo la intensidad de su mirada, me puso ansiosa y una vez que volví al taller, no quise salir de ahí sin que nadie me confirme que es seguro. ¿Histeria? ¿Ansiedad? Por supuesto.

De manera absurda olvidé mis lentes, solo los uso para cuando estoy mucho tiempo usando la tecnología, que últimamente es más de lo habitual, como era de esperarse. Igual pude volver por ellos, hay demasiado tiempo, pero el miedo sigue ahí. Escucho cualquier ruidito y ya pienso lo peor. 

Creo que lo más gracioso que me ha pasado, fue manchar la funda de mi teléfono, cuando intenté limpiarla manche la pantalla, así una y otra vez. Al final, la funda se dañó por tanto líquido que usé para remover la pintura.  

Estoy siendo muy mala con la cronología. 

Bye. 

Crónica de una cuarentena voluntariaWhere stories live. Discover now