Día 7/ 2.0

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Estoy teniendo un bajón. 

También escribo esto porque no tengo amigos que quieran escucharme hablar sobre todo esto. A veces me siento tan mal que pienso que en realidad no tengo amigos. La mayoría de los que tenía ya no me habla. Me hace pensar que solo lo hacían porque era parte de la convivencia social que había que tener, ahora, cuando les mando mensajes o las pocas veces que nos hemos visto desde entonces, son indiferentes. 

Alguien alguna vez me dijo que yo era el títere de los demás, en un principio me ofendí muchísimo, ni si quiera quise abrirme a la idea de plantearlo, ahora, lo analizo con mayor detenimiento y, poco a poco, caigo en cuenta de que es verdad. Cuando necesitan dinero y, en general, favores, me hablan cínicamente. 

Irónicamente, quien pensé no era mi amigo tan cercano, parece que sí lo es. Aún así, no es suficiente.  

También me dijeron una vez que yo era esa clase de amigo que solo escucha a los demás, pero que al final, nunca expresa nada sobre sí. Negué eso. Obviamente fue autoengaño también. Esa persona me decía que realmente nadie me conocía, tal vez ni yo misma. Y tenía razón. 

Fue curioso porque si se dió el tiempo de conocerme. En parte porque era parte de trabajar juntos y también por voluntad propia. Sigue siendo mi amigo; pero es más de esas amistades que no se hablan en redes, pero en persona, es hablar sin fin. Me enseñó eso. A expresarme sin temor al qué dirán, me hizo saber que mis puntos de vista y opiniones sí son interesantes y, que si alguien me intenta callar porque hablo demasiado, es porque simplemente no tiene la capacidad de seguir una conversación interesante. 

Y le creí. 

Lo hice porque una vez que encontré a las personas correctas para hablar, me dí cuenta de que no había necesidad de cohibirse y callar. 

Pero aquí vuelvo a lo mismo, se me da mejor seguir una conversación en persona que por medio de mensajes. Soy alguien que se explaya bastante y a veces los audios duran siglos y los mensajes son muy largos. Y ojo, no es que tenga algo de malo, es más bien que hay reacciones por parte de la otra persona que deben seguir la fluidez de la conversación y por esos medios simplemente no es igual. 

Y bien podría ser por medio de llamadas, pero tampoco es lo mío. 

Me gusta ver las reacciones de las personas, analizar las emociones que produce lo que estoy diciendo, observar su comportamiento. 

Claramente hay una lucha de emociones, sentir que estoy sola pero al mismo tiempo rodeada de increíbles personas. Es aquí cuando mi mente me hace una mala jugada. 

Acabo de olvidar lo demás que quería poner, he recordado que tal vez todavía pueda ver el amanecer. Son las 5:41 am. Aún no he dormido nada. Sigo sin sentir esa necesidad. Ya veremos cómo me va con el ejercicio matutino. Es por eso que al menos quería dormir unas cuatro horas, de perdida dos. 

Ahora que termine todo esto, definitivamente ya no propondré mi ida al psicólogo o al psiquiatra. Hay días en los que definitivamente pienso que tengo algún tipo de trastorno mental como bipolaridad o un tipo específico de depresión, porque esa de cajón sé que la tengo. 

La ansiedad me esta llevando a querer estar ocupada las veinticuatro horas del día. Literalmente. Hago un uso correcto de la palabra en esta ocasión. :p


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⏰ Last updated: Mar 28, 2020 ⏰

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Crónica de una cuarentena voluntariaWhere stories live. Discover now