Capítulo III

9 0 0
                                    

Evangeline

La noche era un zumbido de actividad, incluso dentro del restaurante lleno de mesas y personas platicando. Teniendo una buena noche.

Era un esfuerzo no mirar a través del cristal las polvorientas piedras de la calle, desde la avenida principal junto al río, llena de artistas, familias y clientes comprando y charlando entre ellos.

Hubo un tiempo en el que mi abuela y yo habíamos puesto un pequeño negocio ahí y vendíamos postres, pero eso fue hace ya un par de años atrás, habíamos tenido buenos clientes el tiempo que duramos, sin embargo, se volvió bastante pesado encargarnos de todo solo entre nosotras dos. Por lo que habíamos decidido dejarlo y ahorrar por más tiempo hasta que pudiéramos contratar a un ayudante.

Respiré hondo, el aire helado me cosquilleó la nariz. Lentamente solté una larga exhalación, viendo cómo se formaba una pequeña nube frente a mí.

Me noté en el reflejo de la vidriera, con mis ojos amplios, sorprendidos y distantes.

Un latido más tarde, advertí que alguien seguía observándome. Esperando una respuesta.

Un momento antes, dentro del restaurante, con no más de diez personas además de Peter y yo, había recibido una propuesta, una pregunta, una promesa.

Mis mejillas se calentaron, mi corazón era un ritmo frenético, le ofrecí a Peter una apretada sonrisa antes de contestar.

-No puedo Peter-. Dije entrecortadamente. –No me puedo casar contigo-.

Continuó un silencio incomodo que parecía extenderse por una eternidad. Bajé la mirada, pues no podía verlo a los ojos. Me sentía fatal. Mi abuela me había advertido continuamente sobre los sentimientos que Peter podría tener hacia mí, sin embargo, yo siempre albergué dudas, él y yo nunca habíamos sido ese tipo de amigos. Nos molestábamos y pensábamos el uno del otro como hermanos. O al menos eso era lo que yo había pensado.

Peter se aclaró la garganta –Yo... entiendo, creo. Es sólo que por un momento pensé que tu podías sentir lo mismo que yo- pausó mientras me miraba a los ojos con unos ojos tristes –Supongo que me precipité demasiado, ¿no es así? - suspiró.

-Lyn... -continuó con el apodo que me había llamado desde pequeños –Sé que después de esto puede llegar a ser incómodo para ti, sin embargo, solamente me gustaría que me dieras la oportunidad de cortejarte, de intentar que me veas de una manera diferente... más que amigos-. terminó mirándome esperanzado, esperando por segunda vez consecutiva una respuesta.

No es que no quisiera a Peter, en realidad, lo amaba. Pero de una manera totalmente distinta a lo que me estaba pidiendo. Sin embargo, al verlo no podía lastimarlo más, además, muchos ya pensaban que estábamos juntos, incluso nos alentaban a comprometernos. Yo siempre me reía de aquellos comentarios, pero... ¿y si era nuestro destino? realmente nos llevábamos de maravilla, y él me entendía, supongo, al tener ambos una vida sencilla y dura, llena de trabajo y Peter era bastante atractivo, con su cabello rubio y ojos azules. Todas las jóvenes de la escuela y que vivían cerca estaban locas por él, siempre pidiéndome ayuda para conquistarlo. Sería una chica afortunada, pensé, Peter podía ser un niño a veces, pero siempre era todo un caballero, gentil y divertido.

Aun así, no podía quitarme de la cabeza el sentimiento de que en realidad no era lo correcto.

-Peter...- estaba lista para decirle que no. Que no podía aceptar. Pero estaba tan esperanzado, merecía por lo menos que lo intentara. –Sí, quiero decir, podemos intentarlo, poco a poco, claro- Sonrió feliz y aliviado, mostrando una sonrisa cariñosa y sincera.

Me tomó de la mano suavemente y no pude evitar sonrojarme, apenas había comenzado y ya sentía que todo era totalmente diferente. 

Yayımlanan bölümlerin sonuna geldiniz.

⏰ Son güncelleme: Mar 28, 2020 ⏰

Yeni bölümlerden haberdar olmak için bu hikayeyi Kütüphanenize ekleyin!

La Nueva CorteHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin