Capitulo 11

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Jhonn se rascaba el cuello no muy convencido. — Marcus tengo que admitir, que todo lo que estás diciendo me parece muy bien y veo que tienes el capital para la inversión. Pero lamento decepcionarte muchacho y decirte que si no tienes un cliente, no podremos hacer negocios— estaba confundido, ¿acaso estaba loco? —Veras no me arriesgaré a que todo este dinero se pierda…

—¿Qué te hace pensar que no tengo clientes? — lo cuestione. —Walter estaba haciendo negocios con unos rusos. Sé perfectamente dónde puedo conseguirlos y hablar con ellos.- la verdad es que sabía dónde conseguirlos, mas no si aceptarían hacer negocios conmigo.

—Pues si logras hablar con los rusos y ellos aceptan hacer negocios contigo, créeme que no tengo problema alguno en venderte toda esa droga. — esas palabras fueron música para mis oídos, luego de haber hablado un poco más y de cerrar nuestro negocio salí en búsqueda de mis futuros compradores y clientes fieles

Estaba algo nervioso, pero no podía arriesgarme, me estaba quedando sin opciones y la verdad es que necesitaba salir del país para poder crecer como la espuma. Llegué al restaurante donde había acompañado antes a Walter y pedí hablar con el dueño, el tipo de la puerta se burló en mi cara.

—No estorbes muchachito.- se burló y suspire intentado no hacer una estupidez.

Respire profundo y finalmente dije— Vengo hacer negocios con él, traigo el capital, necesito…

Lo vi salir aparentemente a preguntarle algo a los de seguridad, al verme el me reconoció y se acercó-— ¿Marcus? — Me saludo — Muchacho, ¿Qué haces aquí?- pregunto curioso y el tipo de la puerta se apartó.

—Señor Kosov, vine  hablar con usted sobre negocios.

Me hizo una seña con su mano para que me callara y lo hice— Hablemos en privado— sugirió y asentí, era lo mejor.

Atravesamos el restaurante, fuimos directo a su oficina, al entrar detalle rápidamente el lugar. No me sorprendió lo elegante del lugar y ver a un par de hombres armados dentro, el señor Kosov, era un criminal respetado y poderoso, todo lo que yo quería ser.

El tomo asiento y me indico que hiciera lo mismo, en una silla frente a su escritorio. — No sé qué haces acá muchacho, sé perfectamente que tu jefe murió y sin él todo nuestro negocio se derrumbó. Ya no hay más que hacer, mis planes en esa organización han caducado, no me interesa en lo absoluto comenzar desde cero una negociación.

En cierto modo, me agradaba el sujeto, era algo mayor y su rostro nunca demostraba alguna emoción— Se equivoca señor, yo le puedo asegurar que el negocio tiene salvación, recuerde que yo acompañe en todo momento a Walter, crea en mi cuando le digo que puedo hacer todo posible.

— No me digas que tienes alguien que pueda venderme tanta coca— estaba seguro de que era más una burla, pero no le di importancia, mi único objetivo era ganar su confianza o simplemente llegar a un acuerdo.

—Déjeme decirle que es así, conseguí un contacto de fiar, usted dígame cuántos kilos necesita. Yo con mucho gusto se los traigo y se los llevó a donde usted me indique.

Note algo de sorpresa en su mirada, era capaz de ver lo que el resto no podía —Pues si logras llevar la droga a donde te indique, no será difícil para mí seguir haciendo negocios constantes contigo. — eso me lleno de alegría.

— ¿A dónde tiene que llevarla? — pregunte emocionado.

— Necesito trasladarla hacia el puerto, ya sabes el que conecta con Venezuela, solo eso.

Sería una tarea algo difícil, pero de cualquier manera la lograría—Eso está a 18 horas de aquí— le dije.

—Exacto. Sé que sabes perfectamente, que esa droga no puede movilizarse vía aérea, pero por tierra es mucho más factible.

Tendría que comprar muchos policías, pero lo conseguiría de igual modo— Cuente conmigo para ello señor.

Había resultado algo difícil poder trasladar toda la mercancía, tuve que comprar algunos policías en el camino y sobornar al gran teniente coronel, que se encargaba de todas las cuadrillas en las carreteras hacia el puerto. En la actualidad no es tan difícil comprar tiempo, una buena cantidad de dólares podían doblegar a cualquiera, había aprendido de Walter, que todos teníamos un precio y era de astutos averiguar cuál era.

Manejaba la camioneta por la oscura noche, la carretera estaba desolada, para mí satisfacción todo estaba saliendo demasiado bien. Cosa que me preocupaba, pues me parecía algo extraño tanta tranquilidad, conduje por varias horas y me topé con un par de personas a mitad de la calle; tenían una especie de barricada en el medio de la vía, que prohibía el paso, al ver sus armas comprendí que se trataba de alguna pandilla. Maldije por lo bajo al ver cómo cargaban sus armas, pero no me quedé atrás e hice lo mismo rápidamente con la mía.

Uno de los sujetos se acercó y tocó mi ventana, baje el vidrio y le observé fijamente el muy cobarde no pudo sostenerme la mirada y comprendí que se trataba de unos principiantes—Si me dejan pasar no les daré problemas— me límite a decir y el chico sonrío de lado escupiendo el piso como si estuviera marcando territorio.

Era un joven moreno, no mayor de 16 años, de esos era que se debía tener, pues creían que tenían el mundo a sus pies y nos les daba miedo disparar—Mejor entrega todo lo que tengas de valor, si no quieres que mis amigos y yo te demos una gran paliza… o quizás acabemos con tu miserable vida.

No pude evitar soltar una carcajada—Te digo muchacho que es mejor que me dejes pasar. No tienes una idea de con quién estás hablando—advertí.

—La verdad es que no y tampoco me interesa saber quién eres. Lo único que estoy diciendo es que te bajes de la puta camioneta y entregues todo lo que tengas de valor…

—Yo te estoy diciendo que no me da la perra gana de hacerlo— saqué mi arma y apunté directamente a la cabeza del muchacho, sus otros tres amigos apuntaron la camioneta y con mi otra mano saque el arma que tenía escondida atrás del asiento y les apunte— Antes de que ustedes me disparen, su amiguito caerá muerto en el suelo tienen diez segundos para darme pasó. Créanme cuando les digo que ninguno de ustedes se irá con vida de aquí.

 Uno de los tres me interrumpió—El chico lindo tiene agallas— bromeo y eso me cabreo, le disparé justo en una pierna, enseguida el resto me apunto mientras veían a su compañero retorcerse del olor en el asfalto.

—No me tiembla el pulso para disparar, se quitan o los quito— repetí.

El moreno no conseguía que hacer, así que me pregunto—¿Qué es eso que llevas en la camioneta?, por lo que serías capaz de perder tu vida.

—No tienes una idea de todo lo que soy capaz de hacer, por lo que poseo. así que mejor quítate o acompañarás a tu amigo a retorcerse en el piso— el chico moreno puso mala cara, pero le hizo unas señas a sus compañeros para que se quitaran del camino, cosa que me tranquilizó bastante.

Antes de arrancar, me detuve frente al herido y le dije—Revisa tu pierna, si la bala salió sólo necesitarás sutura— le aconseje y arranque a toda velocidad.
...

Llegué finalmente al lugar de nuestra reunión, apretaba con fuerza el volante, lo había conseguido. Mi primer negocio estaba casi finalizado, al bajar de la camioneta, el ruso me esperaba con otros hombres y me saludó con un gran apretón de manos— Marcus jamás pensé que fueras a lograrlo— admitió— Me enorgulleces muchacho, unas cuantas cargas más y podrías hacerme de gran ayuda en Rusia.

—Sería un honor para mí señor…

— No me digas señor, vean todos ustedes a este jovencito.- palmo mi espalda. — Si logra traerme más de tres cargamentos, se convertirá en el próximo socio y lo enviaré lejos hacer mucho dinero.

—Espero señor que tenga excelentes planes, porque le puedo asegurar que tiene su próximo socio en frente.

—Me agrada tu manera de pensar y es por eso que no dudé de ti y de sus capacidades, ¡carguen todo!-ordenó y sus hombres se pusieron a trabajar— Ven muchacho tomemos algo, la noche es fría y será larga.

Estaba físicamente agotado, pero me sentía contento conmigo mismo por haber logrado sin ayuda de nadie conseguir un buen negocio. Todos sabían que el ruso era un hombre de palabra y si llegaba a convertirme en su socio, no tardaría mucho en ser la persona que tanto deseaba.

El Mafioso Marcus HawkinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora