capitulo 19

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Pasé los últimos dos años al lado del señor Kosov, administrando y manejando todo su imperio, como a él le gustaba llamarlo. Me sentía muy afortunado por haberme ganado toda su confianza, era gratificante estar donde estaba en estos momentos, Kathy vivía conmigo desde hacían 8 meses, ella ya estaba adaptada a ser la esposa de un criminal. Pues era lo que yo hacía y a lo que me dedicaba al tomar el mandato de toda la organización, me tocaba dirigir desde compras mínimas de droga, hasta masacres entre bandas. 

Tenía mucho poder en mis manos y a mi corta edad ya había podido empezar a sumar muchos enemigos, Kathy vivía resguardada todo el día, meses atrás el señor Kosov había organizado un viaje a Rusia conmigo, para presentarme a sus mano derecha en aquel país,cuando llegué a Rusia me sentí como en casa era un país completamente subreal para mí, ya que sentía que toda la cultura era de otro mundo y eso sin incluir el fuerte frío que hacía estaba emocionado por todo lo que había podido conocer.

Fué un viaje muy interesante, el señor Kosov era un hombre poderoso,  pero su salud cada día se deterioraba más y más, en estos momentos está hospitalizado tenía un cáncer muy delicado ya había hecho metástasis y bueno estamos esperando lo peor.

Aunque no lo demostraba me sentía desmoralizado, ya que le había agarrado bastante afecto, como no hacerlo si estábamos viviendo en la misma casa que él por obvias razones necesitábamos mantenerlo resguardado.

Desde que su salud había empeorado, habíamos recibido muchos ataques, recibí una llamada y no me sorprendió ver que era del hospital. La atendí enseguida y era la doctora pidiéndome que regresara pues él estaba agonizando.

Dejé todo el papeleo sobre el escritorio y me dispuse a salir enseguida a el hospital.

—José ven conmigo.—le pedí, el era uno de mis guardaespaldas.

El asintió acompañándome al estacionamiento, subimos a mi auto y las otras tres camionetas me resguardaron rumbo al hospital.

Al llegar vi a Kathy sentada en una silla con los ojos rojos y se acercó a mí abrazándome con fuerza.—Está muriendo.— chilló y asentí para tranquilizarla, acaricié sus mejillas limpiando sus lágrimas.

Fingi tranquilidad, era mi de el  no quebrarme frente a  nadie, unque me sentía muy afectado, ya que le había agarrado mucho afecto, este señor se hacía respetar y era admirable, él era lo más cercano a un padre que había conocido.

Kathy no paraba de llorar, así que la abracé contra mi pecho.—No te pongas así, sabemos que él está sufriendo mucho.— ella sollozo, y se limpió las lágrimas con un pañuelo que le extendí.

La deje de pie junto con mis guardias y entré a la habitación donde él me esperaba, su pelo canoso y su piel pálida me hacían comprender que ya era el fin de un gran hombre, uno con un pasado difícil y una vida con muchas manchas, que se veían reflejadas en su estado de salud.

—Hola.— lo saludé y él sonrió tranquilo.

—No sabes como me gusta verte aqui.— su voz era casi inaudible y cansada. 

—No te esfuerces sólo vengo a cerciorarme de que esté todo bien.— él sonrió y acarició mi mano estaba frío.

—Lo estoy.— bromeó.

—Si, claro.

—No imaginas cómo lamento no haberte conocido desde mucho tiempo atrás, pero estos últimos años a tu lado me hicieron sentir un amor paternal por tí, me voy a morir sin conocer a tus hijos y me hubiese encantado eso.

—No sé ponga sentimental, usted sabe que yo también me siento como si fuera su hijo.— fue inevitable para mí, no sentir mis lágrimas hacérse presentes en mis ojos húmedos.

—Marcus estoy muriendo.— musitó y negué enseguida.

—No, no morirá.

Esto estaba resultando más difícil de lo que creí.

—Si lo haré muchacho, puedo sentirlo hijo, si él hijo que escogí, quiero que sepas que ya todo está listo para tí. Sé que dejó todo en buenas manos, me da paz saber que no se perderá todo por lo que tanto trabajé y me voy tranquilo de saber que tú vas a arrasar en esta vida.

—Es un honor escucharlo expresarse de  esa  manera.

—Ten presente una sola.— Tosió y expectoro algo de sangre y lo limpié con una servilleta —No confíes en nadie, ni siquiera en quién tienes al lado, sé que tienes una buena mujer contigo y si algún día la dejas debes buscar una mejor.

—Tranquilo yo no dejaré a Kathy jamás.  él sonrió y asintió.

—Yo lo sé, pero debes resguardarla mucho. Todos saben que ella es tu punto débil y van a tratar de hacerle daño, de lastimarla con tal de verte mal a ti.

—No se preocupe yo haré todo por mantenerla a salvo.

—Si, eso espero Marcus, entiende una cosa, cuando se monta el nuevo líder de mi organización, tendrás un enemigo muy fuerte del cual deberás cuidarte...

—Los rojos no se acercarán a nosotros.— dije y él sonrió.

—Están por todas partes, debés liquidarlos o intentar liquidar a la cabecilla para que nos dejen en paz, es un consejo debés hacer lo que yo no hice.

—Lo haré señor, no lo voy a defraudar.— prometí.

 —Cuidate hijo mío.— cerró sus ojos y la mano con la que me sujetaba se dejó caer sobre la camilla.

Solté un par de lágrimas y susurre un “no le fallaré" al salir le hice una seña a los doctores y ellos enteraron tras de mí, ya estaba desconectado de todos los aparatos, así que solo estaban esperando el momento.

 —Marcus, ¿Que pasó?— Kathy se acercó y suspiré antes de decirle.

—Murió.— ella me abrazó con fuerza y comenzó a llorar, la tomé de los hombros y la guíe a la salida mientras lloraba.

Todos mis hombres me siguieron y salimos del hospital. 

—Quédense dos a resguardar el cuerpo.— ordené y dos me obedecieron.

Nos subimos a los autos y condujimos hasta la casa. 

...

Estábamos en el entierro, todos los hombres resguardaban el lugar,  mientras veíamos como lanzaban tierra sobre el ataúd.  Era un momento memorable, estábamos todos afligidos pero atentos a cualquier movimiento extraño. 

Me sentía algo raro, sabía que pasaría algo en cualquier momento así que envié a Kathy a casa, mientras esperábamos que todo terminara.

Fue cuestión de minutos cuando apenas habían terminado de sellar la fosa donde estaba enterrado Kosov, cuando escuchamos el ruido de un parde autos y vimos cómo varios hombres empezaban a disparar.

Todos comenzamos una balacera, disparamos en contra de los usurpadores, que habían venido a interrumpir este momento. Tenía tanta rabia que no me fue difícil acabar con varios de ellos, una hora después la mayoría estaba en el suelo y el resto había logrado escapar.

Hice el conteo de mis hombres y afortunadamente sólo había un par de heridos, estaba asustado, sumamente enojado, todos hablaban como un montón de chiquillos, di un par de disparos al vacío para que todos me escucharán.

— A partir de hoy tiene nuevo jefe, vengaremos esta falta de respeto y acabaremos con todos los estorbos que quieren venir a perjudicarnos. Sepan que a mi lado tendrán los mismos beneficios que con el señor Kosov, pero de ahora en adelante es a mí a quien deberán rendirle cuentas,  ¿Quedo claro?.— todos respondieron con un fuerte “sí señor" y de esta manera comenzó mi nuevo mandato, como cabecilla de toda una organización.

El Mafioso Marcus HawkinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora