10.

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Minho se dejó caer en la cama prefabricada de la cabaña. Estaba frustrado, aunque eso fuese un simple eufemismo.

No sólo había sido prácticamente obligado por su abuela a llevar a Jisung consigo, si no que Chan se había enfermado dos días antes de la salida y lo había dejado totalmente solo en el campamento.

—Al menos no tendré que dar explicaciones —Susurró sacando a Jisung de la mochila, poniéndolo en la litera de arriba. Sólo debía preocuparse de que nadie entrara a la cabaña y listo, no habría preocupaciones. Jisung no haría ruido en las noches y con cerrar las cortinas debía ser suficiente.

—Permiso —El instructor entró a la cabaña con cuidado, provocando que Minho se sobresaltase.

— ¿Pasa algo? —No era por ser maleducado, pero no estaba de humor para socializar. Aún si su abuela le había dicho que debía ser más sociable con Hyunjin por todo lo que había ocurrido hacia años atrás, él ya tenía cosas por las que preocuparse.

— ¿Tú eres Lee Minho? —Hyunjin se apoyó en el marco de la puerta, mirando distraídamente el interior de la cabaña.

—Sí, tú debes conocerme. Soy el nieto de Young Mi —Minho se acercó con una sonrisa que intentaba ser cortés, pero se notaba desde leguas que era forzada. Hyunjin sonrió asintiendo.

— ¿Cómo está tu abuela? —Hyunjin tenía genuina curiosidad por saber cómo se encontraba la mujer a la que le debía su vida, su felicidad.

—Bien, ella ha querido que hable contigo. Tiene curiosidad por saber si te has casado con... —Minho no tenía la más mínima idea del nombre del otro hombre. Era prácticamente imposible que siquiera lo recordase luego de tantos años.

—Kim Seungmin, sí, es mi marido —Hyunjin sonreía jugueteando con el anillo de oro que tenía en su dedo—. Yo quiero que sepas que si necesitas algo, cualquier cosa, no dudes en pedírmelo.

—Gracias —Murmuró Minho, relajado por fin. Ese instructor parecía una buena persona.

Cuando Hyunjin abandonó la cabaña, llamaron a Minho para la primer actividad del campamento.

—Si ha anochecido y aún no llego, espérame en silencio —Ordenó Minho desde la puerta, mirando a Jisung de reojo.

—Me encanta —Susurró Jisung desde la ventana, observando el rio que corría cerca de las cabañas. La noche había caído por fin y Minho se encontraba en la ducha, relajando sus músculos luego de haber hecho actividades sin parar en toda la tarde.

Jisung estaba fascinado, era la primera vez que una ventana le mostraba algo más que solo una calle por donde circulan autos o un patio lleno de flores. Habían animales, luciérnagas, personas y colores nuevos que descubrir.

— ¡Sal de ahí! —Minho apareció con una toalla amarrada a la cintura y tiró de él, cerrando las cortinas — ¿Qué te he dicho? Si te ven estaremos en problemas Jisung —Minho gruñó tomando su ropa antes de meterse otra vez en el cuarto de baño.

Jisung suspiró, dejándose caer en el suelo.

Si bien era cierto que estaba en riesgo allí y que Minho estaba preocupado por él, el mayor no le había mostrado nada de afecto desde que habían llegado.

—Supongo que es diferente —Susurró, jugando con su camiseta.

— ¿Qué cosa? —Por fin la puerta del baño se cerró y Minho se acercó a él, ya vestido.

—Estar fuera de casa —Jisung sonrió de lado, observando las cortinas de la ventana. La luz de la luna las atravesaba, y se veía algo de lo que había del otro lado. Del otro mundo.

—Jisung... —Minho se sentó a su lado, apoyando su espalda contra la madera de la cama, y lo abrazó por la cintura —Amor... —Susurró, besando su cuello.

Jisung sonrió sintiendo su rostro arder, apoyándose en Minho.

—Sólo quiero cuidarte, no quiero que te vuelvan a lastimar —Minho sonaba verdaderamente angustiado, y con razón, el solo imaginarse a su Jisung golpeado o llorando le partía el corazón.

—Lo sé —Susurró el rubio, girando su rostro para mirarlo a los ojos —Minho —Lo llamó, provocando que el morocho lo mirase a los ojos también.

— ¿Uh? —Minho sólo quería besarlo, una vez más.

—No me pediste que fuera tu novio —el reproche lo tomó desprevenido, y frunció el ceño confundido.

— ¿Es necesario? —Jisung rió asintiendo.

—Oh bueno, entonces, ¿Quieres ser mi novio, Hannie? —Minho sonrió recordando el apodo, consiguiendo que Jisung se avergonzase aún más y asintiera antes de que, repentinamente, le diese un beso.

Y otro.

Y otro más.

—No puedo creer que nos mandasen a buscar esto —Ilhoon sonaba tan indignado como ofendido por haber tenido que ir junto Minho a buscar el libro de actas del profesor.

—Al menos pudimos evitar el sermón de media tarde del instructor —Minho estaba más agradecido que otra cosa, las actividades del campamento estaban resultando extremadamente agotadoras y por si fuera poco debían soportar densas explicaciones e historias totalmente innecesarias sobre la creación del lugar.

Pero estaba feliz. La noche anterior junto a Jisung había sido sumamente preciosa, se había sentido libre de besarlo la cantidad de veces que quisiera y, además, oficialmente eran pareja. Estaba saliendo todo absolutamente bien.

— ¿Qué mierda? —Ilhoon se detuvo de golpe a medio camino, con los ojos abiertos de par en par y una sonrisa... ¿Burlona?

Minho miró con atención y casi deja caer el libro por la sorpresa.

Era Jackson.

Mark y Jackson. Juntos. A solas.

Besándose.

Eso lo había tomado demasiado por sorpresa, de verdad que sí, y parpadeó antes de sonreír. Se veían bien juntos.

Ilhoon dio unos pasos hacia atrás antes de salir corriendo, golpeando una piedra en el camino. Mark se separó de golpe de Jackson, mirando a Minho, presa del terror.
Jackson se giró, acercándose a Minho amenazante.

—Tú —Dijo entre dientes, tomándolo por el cuello de la camiseta—. Ni una palabra de esto a nadie, ¿Capichi? —Jackson de verdad que sonaba como un mafioso, y su semblante violento fue suficiente para que Minho frunciese el ceño.

—Yo no diré nada, pero no por ti, por él —Habló fuerte y claro, señalando a Mark antes de zafarse del agarre de Jackson —De todos modos ¿Quién diría nada sobre ustedes? No le hacen daño a nadie —aclaró, girándose, volviendo por donde vino.

Y era cierto, Minho no diría nada.

cuídαndσ α un níñσ dє pєluchє ♡━mínsung ↞αdαpтαcιóɴWhere stories live. Discover now