1

1.8K 160 14
                                    

-¡¡Espera por favor!! ¡¡¡¡¡Por favor, por favor, no te vayas, no me dejes!!!!

Los gritos se hicieron presentes en esa acogedora casa. Un pelinegro impedía el paso a una chica que estaba desesperada por salir de ahí, harta de el que hace unos segundo era su novio.

-Taehyung, ¡apártate de mi camino ahora!

-¡no, no! Por favor, te lo ruego, ¡no me dejes!

Taehyung se arrodilló ante ella, suplicante, empapado en lágrimas.

-¡¡¡¡MALDITA SEA KIM!!!! ¡¡¡¡NO TE AMO, FUISTE SÓLO UNA MALDITA APUESTA!!!! ¡¿NO ENTIENDES?!

No, no quería entender. No quería comprender que nada de lo que habían pasado juntos había sido real. Quería seguir viviendo en esa linda mentira donde ella le amaba y vivían felices, queriéndose.

-no, no, no, no, no... esto es sólo un mal entendido. Tú y yo nos amamos, yo lo sé. Yo te amo, ¡por favor!

Por fin, la chica logró pasar al pelinegro y salió azotando la puerta, mientras el alfa gritaba, rogando por su regreso, sin saber que un pequeño castaño miraba la escena con tristeza. Él quería secar las lágrimas de ese alfa. Quería secar las lágrimas de su alfa. Ante este pensamiento, se dio un pequeño pellizco.

Con delicadeza y sigilo, Jungkook se acercó a Tae y lo abrazó. Inmediatamente el pelinegro correspondió a su gesto y empapó la camisa del maknae con sus lágrimas. El día que había parecido el más glorioso gracias a Army, se vino abajo gracias a la omega de Tae, Ji Hye.

Los demás miembros no tardaron en regresar de sus compras y notaron el amargo olor de Tae. Pronto estuvieron informados de la situación y decididos a ayudar al afectado. En todo ese lapso de tiempo, Jungkook no se alejó ni un segundo de su amigo.

Llegada la noche, Jungkook no podía dormir. No escuchando los sollozos de la habitación contigua. Su lobo aullaba de dolor y suplicaba ir a ver al alfa, así que el castaño tomó su almohada y se dirigió a la habitación de su hyung, tocando la puerta tímidamente. Y es que cómo no estarlo. Iba a pasar una noche con su amor platónico.

-hyung, abra. Por favor.

Ante la voz del menor, Tae secó sus lágrimas y abrió ligeramente la puerta.

-¿qué sucede Kookie?

Un pequeño sonrojo se apoderó de las mejillas del castaño.

-no puedo dormir, hyung. ¿Podría acostarme con usted?

Tae sonrió ante el infantil pedido del menor. Lo dejó pasar, sintiendo la necesidad de ser estrechado entre esos brazos tan familiares y acogedores. Quería olvidarse por un momento el mal rato que había pasado. Y no había mejor manera de hacerlo que teniendo a Jungkook a su lado. Él era el único que podía hacerlo sonreír en sus momentos más grises.

Tan sólo Tardaron unos momentos en acomodarse. Jungkook estaba rojo por la cercanía, pero satisfecho y feliz por poder estar junto a quién más amaba.

Pasaron unos momentos en silencio, hasta que el mayor habló.

-¿qué hay de malo conmigo, Kookie? ¿Qué hice mal?

Jungkook, sin ser capaz de mirar a los ojos al pequeño alfa, fijó su vista en el adorable lunar de la nariz de su hyung.

-no creo que usted sea el problema. Simplemente hay personas que no aprecian la bondad. Usted brilla, hyung. Es la mejor persona que he conocido... no le diga a los demás lo que acabo de decir... - Tae rió - creo que usted es merecedor de alguien mejor. Alguien que le ame mucho...

Alguien como yo...

Contuvo las últimas palabras, haciendo refunfuñar a su lobo.

El pelinegro meditó sus palabras y le sonrió al castaño, mientras una pequeña lágrima bajaba por su mejilla. Sin poder contenerse, el menor borró con cuidado aquel rastro de infelicidad y besó con delicadeza su mejilla. El alfa, enternecido, también le besó la mejilla. El menor tuvo que contenerse con todas sus fuerzas para no desviar ese acto hacia sus labios.

-te quiero mucho Kookie.

El pelinegro se quedó dormido, abrazando la pequeña cintura de Kook. No fue consciente del alboroto de emociones que había provocado en el más pequeño.

-yo lo amo, hyung...


...~

Hola, hola! Aquí empezando toda dramática con Tae y su novia (la historia será Taekook, no se preocupen). Tenía tiempo que quería subir esto y, cómo no, aproveché esta cuarentena y pues aquí está. Dejé de editar por un rato No pares de amarme, pero lo retomaré pronto y bueno pues... Disfruten de la lectura!

¡No soy un alfa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora