2 a.m

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Su sueño en donde era bailarina principal del vídeo de su banda favorita se esfumó cuando sus oídos escucharon que alguien tocaba la puerta de su hogar.

Se levantó tomando una bata de camisón para tapar sus piernas y abdomen ya que dormía en ropa interior, común sabiendo que eran mujeres las que vivían allí y era muy cómodo.

Pasando por el pasillo observo si su pequeña seguía durmiendo y al confirmarlo siguió su camino que al estar en el living sonó nuevamente.

-Encerio Leo que si tengo que...- su frase en donde regañaba a su amigo, ex pareja se atoraron en su garganta al ver a quien en realidad tenía al frente.

Esto debía ser una jodida broma, esque ella sabía que estaba pagando su karma. Lo supo cuando vio a su gran amor entrar con alguien más a la empresa.

Lo supo también cuando se enteró que se casaría.

Lo supo cuando se sintió como una mierda por ver llorar a la futura esposa de su gran amor

Pero esto... Esto era dejarle en claro lo que había causado el reencuentro de dos almas que ni el tiempo las pudo separar.

Ahí estaba aquella persona con una botella en su mano y la otra secándose las lágrimas que caían sin permiso.

-¿Puedo... Puedo pasar?- se tambaleó a lo que Lia solo supo que debía ayudar.

La tomo poniendo su brazo al rededor de su cuello y enteraron hacia su departamento, muchas preguntas invadían su mente mientras caminaban hacia el sillón del living, cómo por ejemplo ¿Cómo mierda sabía dónde vivía?

Sin embargo al verla de reojo supo que esas preguntas deberían esperar...

- Lo- lo siento por venir a estas horas esque...- hipo- eres la única que sabe cómo me estoy sintiendo y- nuevamente hipo- necesito- esta vez el hipo no es la que la interrumpio. Sino que un sollozo que se escapó de lo profundo de su alma, uno de dolor y profunda tristeza. Lia lo noto.
Y Lia se sintió más que culpable

- no tenes que pedir perdón por nada- se acercó hasta rodearla en un abrazo- y no tenes la culpa de nada de lo que está pasando, créeme te entiendo

- ¡No!- se soltó del abrazo, arrugando el seño- no, no me entendés... Estoy perdiendo a la persona que amo justo frente de mis ojos y...- las lágrimas seguían saliendo, Lia podía ver cuánto dolor había en ella- y no puedo hacer nada... Di todo- se tapo la cara con ambas manos dejando que el llanto la consuma por varios segundos- di todo de mí ¿Entiendes?

-Claro que te entiendo- puso su mano en el hombro de aquella mujer ebria y rota- yo lo viví, vi como la persona que ame en algun momento me engañaba con mí compañera de curso- soltó ya no doliendole su pasado, ella lo había tomado como una lección de vida. Sara, por otro lado la miro confundida

-¿Que?... Vos...- soltó no queriendo en realidad escuchar lo que venia

- Pues si...- soltó un suspiro- ¿sabes que es lo más gracioso de mí historia con Sam?- pregunto y al ver la mirada que le estaba dando prosiguió- mí pareja en ese momento se llamaba Leo, estaba comprometida con el... Eramos encerio una pareja buena- sonrió recordando solo los buenos momentos de aquella relación- pero el creo que no lo vio así y bueno ya sabes... Me engaño- solto

- mierda, en serio no era mí intención...- quiso seguir sin embargo Lia la paro

- lo sé- le sonrió- ahora solo es una lección del pasado. Tengo una hermosa hija que amo con Leo y es un buen amigo ahora, pero créeme cuando te digo esto- la miro seriamente- amate como nunca vas a amar a nadie y no entregues todo porque sino te perderás a vos...- sonrió soltando una lágrima por todos los momentos en donde ella no sabía cómo describirse ni tampoco se reconocia cuando se miraba en el espejo- yo lo di todo ¿Sabes? Hasta el punto que me perdí a mí misma, dañe muchas personas y Sam está incluido pero...- ahora lloraba por el... Sus lágrimas eran de el

- Lo sé- sonrió con los ojos brillosos por el cumulto de lagrimas- me acuerdo de ti, eras la del restaurante... Puedo ver en tu mirada que te estás rindiendo con el...

Y ahí estaba la verdad que ella estába aceptando...

Lo tenía que dejar ir, porque ya no quería dañar a más gente

Porque no podía entrar a un nuevo drama... Ya no era solo ella sino que era su hija, era Sara...

Era Sara una persona hermosa, a la cual podría dejarle encargada a la persona que más amaba románticamente

Y lloro, lloro porque dolía como el infierno dejar nuevamente a la persona que amaba

Dolía saber que su historia no tenía un final de princesas en donde el príncipe y la princesa vivían felices por siempre

Porque ella no era una princesa, y esto no era un cuento de hadas...

-Pero te pido que no lo hagas- y esas palabras sonaron en el corazón de Lia y rompieron en el corazón de Sara

se que te vasWhere stories live. Discover now