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Y por eso Levi se plantó en la esquina bajo la ventana de Mikasa. Iba allí cada día y se pasaba horas con la esperanza de que Mikasa's tuviera fuerzas para levantarse de la cama, mirar al exterior y verle.
Y para entretenerse, pintaba el mismo cuadro una y otra vez.

Annie detiene su relato. Se ha dado cuenta de que estoy llorando.
“Dígame que se vieron. Aunque solo fuera un día. Dígame que Mikasa supo que Leví no le había olvidado.” Mis palabras suenan casi como una súplica.

Ella vuelve a sonreír, pero no dice nada. Se levanta y rebusca entre los volúmenes de la librería. Saca un álbum lleno de fotos y documentos. Y enseguida encuentra lo que busca: una carta.

Una carta a Mikasa Ackerman

Escrita por Levi Ackerman (que aquí vuelve a firmar con su nombre catalán).

Días antes de la muerte de Eren

“¿Quieres saber lo que dice?”, pregunta Historia. Yo te la puedo traducir.

Una carta de Levi a Mikasa. Ni en mis sueños más locos habría imaginado encontrar un tesoro así. Pero no puedo evitar preguntarme por qué está en poder de Annie Arlet. ¿Acaso no llegó a su destino?

“Mi abuelo la interceptó,” explica la anciana. Cuando Armin volvió del frente y se encontró con Levi plantado en la calle, se le rompió el corazón. Se dio cuenta de lo que había provocado con su confesión antes de la guerra.

Intentó disculparse, pero Levi no quiso ni escucharle. Se pelearon en plena calle y Levi le rompió la nariz de un puñetazo.

Armin era consciente de que el dolor que sentía en la cara no tenía ni punto de comparación con el de sus viejos amigos. Se propuso enmendar su error y trató de interceder por ellos plantándose en casa de los Ackerman.

Les pidió que permitieran un último encuentro entre los chicos, pero ellos se negaron. Y no solo eso. Le enseñaron la carta de Levi que acababan de recibir y le pidieron que se la devolviera, para que le quedara claro que sus palabras jamás llegarían a oídos de Mikasa.

Armin no les hizo caso. Se guardó la carta y en cuanto tuvo ocasión pidió ver a Mikasa. En la habitación que ya conocemos, Armin pidió perdón a su amiga del instituto y, junto a su lecho, le leyó la carta de Levi en un susurro.

Y es en ese mismo susurro que Historia empieza a traducirme las palabras de Levi:

"Querida Mikasa.
Tus padres no permiten que nos vemos.
Recurro a esta carta para escribir lo que jamás he sido capaz de decirte.
Quiero que sepas que te quiero.
Sí, Mikasa, te quiero.
Nos habían enseñado que lo nuestro no era amor por tu estatus, pero me he dado cuenta de que lo era."

"Lo que tú y yo hemos tenido es el amor más verdadero que he sentido jamás.
Por eso no quiero perderte sin decírtelo.
Te quiero desde el primer día que entramos en el instituto y nos escapamos al cementerio a fumar un cigarrillo."

"Te quiero desde el día que me calentaste las manos con tu aliento porque yo había perdido los guantes.
Te quiero desde ese beso en el establo de los Sander.
Te quiero tanto que la idea de volver a verte fue lo único que me mantuvo vivo en las trincheras serbias."

"Bastaría con mirarme a los ojos para que lo entendieras. Ojalá pudieras.
No harían falta palabras. Nos miraríamos y volveríamos a ser niños en los pasillos del instituto, antes de la muerte, antes de las bombas, antes de los viejos en los que nos ha convertido todo este odio."

"Por eso hace meses que estoy bajo tu ventana, para verte otra vez, aunque solo sea un instante.
Para que tu sonrisa vuelva a hacerme creer que nuestro amor lo significó todo y arrojó algo de luz en este siglo que ha nacido muerto."

"Te quiero y pase lo que pase, siempre estaré contigo.
Tuyo, Levi"

I N M O R T A L (RivaMika)Where stories live. Discover now