Capítulo 3: Asuramaru y Mikaela

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Aquel demonio que poseía una larga cabellera morada junto con unos brillantes ojos rubíes se encontraba parado sobre un tipo de espada de color crema mirándolo. Sintió una leve corriente de aire haciendo mover sus hebras negras, pero eso no hacía que sus nervios disminuyan a pesar de que su mirada decía todo lo contrario.

Mika aún no hacía su aparición. De seguro debe tener un plan, pensó.

—Yuu, ¿qué quieres en realidad? —preguntó el demonio con una sonrisa socarrona.

El azabache quedó confundido, ¿cómo es que aquel demonio que se encontraba al frente suyo sabía su nombre...?

Iba a responder pero de repente se encontró en ese lugar, donde todos sus sueños junto con los de ellos se destrozaron como pisar una hoja seca.

Sus ojos miraron con terror, tristeza y furia, por mirar toda aquella sangre, por perderlos, por no poder salvarlos. En el piso se encontraba su familia muerta, aquellos niños que no merecían morir; no cuando estaban por salir de ese lugar donde los vampiros reinan.

Se quedó quieto aún mirando la escena, con los sentimientos anteriormente dichos a punto de explotar, con su cuerpo ligeramente temblando y sus manos formándose en puños, hasta escuchar una voz infantil bastante conocida.

—Esto es bastante triste, ¿no lo crees, Yuu-chan?

Yuu levantó la mirada para ver a Mika de niño, se sorprendió y quiso preguntar sobre él, pero el rubio habló primero.

—Yo iba a traicionar a los vampiros para poder escapar juntos, como la familia que éramos. —Dijo Mika con una cálida sonrisa.

—Mika... —Yuu se acercó lentamente hacia el pequeño rubio.

—Pero... Nos abandonaste. —La sonrisa cálida desapareció para reemplazarla por una cínica.

El ojiesmeralda detuvo su caminata y la confusión reemplazó la sorpresa en su rostro.

"¿Qué?"

—Mika... yo... —trató de decir algo pero el rubio siguió hablando.

—¿Tú que?, ¿vas a decir que eres un cobarde? Eras, eres y serás un completo cobarde. —Contestó con cinismo en cada palabra dicha.

Yuu se sintió confundido por las palabras del rubio, pero también dolido, a decir verdad nunca esperaba ese tipo de palabras por parte de Mikaela.

—"Si hubiera..." pero el "hubiera" no existe, Yuu-chan.

—¿Por qué?... Mika, tú no eres así... dijiste que me ayudarías... —un nudo se estaba formando en su garganta, se sintió traicionado.

Olvidó por completo que ese era una prueba, que nada lo que dijo era real, pero... con tantos años junto a él, no creía que él era capaz de dañarlo, pero ahí estaba, con esas crueles palabras.

—¿Ayudarte? por favor, ¿después de abandonarme?—. Hizo esas preguntas a la vez que se daba la vuelta para alejarse.

El azabache quiso seguirlo, pero por alguna razón no pudo, solo pudo extender su brazo derecho como si eso fuera a detenerlo. Alguien se acercó detrás de él para luego sentir unos brazos abrazarlo por sus hombros.

—Yo puedo ayudarte a que ese "hubiera" exista, Yuu. —El mencionado sintió un escalofrío recorrerle por todo el cuerpo al escuchar ese susurro en su oído por parte de Asuramaru.

—Yo...

—Solo tienes que entregarte a mí—la conveniencia en su voz resaltó.

El de tez morena vio como la silueta de Mika se alejaba cada vez más, y éste por inercia volteó de lado su cabeza para mirarle sin expresión alguna.

My demon Mikaela [En Edición]Where stories live. Discover now