"LA MORDIDITA DEL AMOR: LA HISTORIA"

Capítulo 21: "Estableciendo contacto: Un trato"

Un vampiro maduro de cabello alborotado sobrevolaba una zona en medio de la oscuridad de la noche, mientras pensaba: ¿Dónde estás hijo?, ¿dónde?

Bardock descendió hacia un acantilado, y empezó a caminar por el borde de este, solo acompañado por la luz de la luna.

En tanto: "Fortaleza"

Un vampiro de cabello de flama se encontraba sentado en la terraza de la fortaleza, mirando el anochecer, mientras pensaba: Kakaroto, amigo ¿dónde puedes estar?

El pensamiento del vampiro cabello de flama fue interrumpido por un vampiro de cabellera larga que dijo: Pensé que no habría nadie aquí a estás horas.

Raditz, respondió Vegueta, al notar la presencia del otro vampiro.

¿Tampoco puedes descansar?, dijo Raditz.

No, me preocupa Kakaroto, respondió Vegueta.

A mí también, si no lo encontramos estará en peligro, esos humanos tienen armas muy poderosas,...., decía Raditz.

Lo sé, Kakaroto no podrá hacer nada solo, además está esa chica, él por protegerla no se protege a él, y ello me preocupa, respondió Vegueta.

Entonces, ¿concuerdas con Cirys con que solo Kakaroto regrese?, acoto Raditz mirando a los ojos al príncipe de los vampiros.

No, claro que no, Kakaroto no sería el mismo, él siente algo especial por ella, dijo Vegueta.

¿Sigues creyendo que ellos pueden ser los de la leyenda?, acoto Raditz.

No puedo afirmar ello, pero tampoco negarlo, solo sé que mi amigo sería muy infeliz si lo separamos de ella, respondió Vegueta con firmeza.

Bosque:

Un vampiro maduro de cabello alborotado caminaba por el espeso bosque, cuando de repente unas voces llamaron su atención.

Tus brazos son muy cálidos, decía una dulce voz, mientras Bardock, con cautela se aproxima más al lugar de donde provenían las voces.

¡Te amo mi niña¡ decía otra voz, al tiempo que se tornó todo silencio.

Son ellos, pensó Bardock, al ver a un par de jovencitos, en medio de la oscuridad de la noche besándose.

Bardock continuó su camino hacia el par de jóvenes, al tiempo que uno de estos al sentir pasos cercanos rompía el beso.

¿Qué pasa?, decía Milk, con temor, mientras se acomodaba su vestido, para ponerse de pie.

Siento pasos, respondió Gokú que ya se había puesto de pie mientras tomaba la mano de su amada, y dirigía su mirada hacia el lugar de donde provenían los pasos.

¡Kakaroto, Milk¡ no huyan nuevamente, escucharon los pelinegros.

¡Padre¡ dijo Gokú sorprendido al reconocer la voz, mientras la pelinegra tomaba con mayor fuerza su mano.

Hijo, vine por ustedes, respondió Bardock posando su mirada en el par de jóvenes.

¿Por nosotros?, dijo Milk con calma.

Si, por ustedes, tienen que volver a la fortaleza, por ahora no tenemos lugar más seguro que ese, cuando todo haya pasado, iremos a otro pueblo, respondía Bardock con la mayor calma posible.

Si volvemos, me separaran de mi angelito, y yo no voy a permitir ello, decía Gokú con firmeza.

¿De dónde sacas eso hijo?, nadie te quiere separar de esta hermosa niña, respondió Bardock con calma.