El club de lunáticos y una Luna

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Harry notó que todos lo miraban algo extraño, claro, era el mentiroso número uno del mundo mágico, según el diario el Profeta.
Caminó detrás de Blake hasta que ella se detuvo y entró en un compartimiento vacío.
Harry agradecía que estuviera vacío, entró y cerró la puerta.
Se sentó y soltó un suspiro.
–¿Que pasa Harry?–preguntó Blake.
–Nada solo...bueno, no quiero ir a Hogwarts por primera vez en mi vida–dice Harry y Blake rodó los ojos.
–Ay Harry, todo estará bien, ya verás–le dice con una sonrisa.
–Tal vez pero...
–¡Golosinas!
–¿Quieres algo?–preguntó Blake sacando dinero de su bolso.
–Sí, pero yo pago–dijo Harry.
Compraron dos ranas de chocolate, unas grageas de todos los sabores y unas varitas de regaliz.
Harry vio a una hermosa chica de cabello negro lacio, facciones asiáticas y una hermosa sonrisa.
Se quedó como bobo cuando ella le sonrió y Harry se quedó ahí parado con lo que había comprado. Las chicas que iban con ella rieron y luego, aquella chica lo saludó con la mano y se fue.
Aquella chica era Cho Chang, una hermosa joven e Ravenclaw, Harry se sonrojó y entró.
Se rascó la frente en donde estaba la cicatriz y Blake lo observó por unos segundos.
Harry le entregó la rana de chocolate y ella seguía viéndolo con atención. Harry aún notaba sus mejillas arder.
–¿Qué?
–¿Cho tiene algo que ver con tu repentino cambio de humor?
–Ahhh...no...no.
–¿Seguro?–le dió un mordisco a su rana de chocolate y Harry sonrió nervioso–. ¡Eso es!
–¿Qué?
–Oh Harry, ¿creíste que no te descubriría?
–No se de que hablas.
–¡Lo descubrí!–exclamó Blake contenta dando saltos.
–¿De que hablas?
–¡A Harry le gusta Cho!–gritó y Harry se levantó y le tapó la boca con la mano mientras veía si alguien había escuchado.
Blake lo golpeó para que la soltara y Harry lo hizo y dijo:
–¡Shhhh!
–¿Entonces si?–pregunta con una sonrisa burlona.–
–No lo se, solo me parece que es muy linda.
–Desde el año pasado–añadió.
–¿Qué? Claro que no.
–¡Duh! Obvio que sí–dijo Blake con una mueca.
–¡Duh! Obvio que no.
–Como quieras–dijo Blake dandole
otro mordisco a la rana de chocolate.

De pronto la puerta se abrió y por ella entró un chico de cabello castaño y un suéter azul, con una planta algo extraña en el brazo.
–Hola Harry.
–Neville, que gusto verte–dijo Harry.
Blake sonrió.
–¿Puedo sentarme chicos? Es que ya ven, nadie me quiere con mi planta–dice señalando a la planta extraña que parece cactus que lleva en el brazo.
–¡Claro Neville!–dice Blake con una sonrisa–. Siéntate.
–Gracias.
Neville se sentó a un lado de Harry y dejo la planta en el suelo de vagón.
–¿Que tal tus vacaciones Neville?
–Pues...verás, Harry, no estuvieron muy buenas–respondió.
–¿Por qué?–preguntó Blake.
–Mi abuela no me dejaba ni salir al patio de la casa–respondió–. Ella creyó todo lo que dijiste.
Harry bajo la mirada.
–¿Y tu no?
–No, no es eso–dijo Neville–. Sí, lo creo. Pero mi abuela se pasó de dramática. Pero así pude terminar la serie muggle que estaba viendo en televisión.
Sonrió y Harry solo hace una mueca.
–¿Lees el profeta?
–Mi abuela me lo prohibió Blake, no pude estar al tanto del mundo mágico aunque sean mentiras.
–Que mal–dijo Harry.
–Pero creo que me hizo muy bien, no me hubiera gustado leer eso y meter en mi cabeza ideas falsas–dijo Neville.
Harry vió con interés la planta que llevaba Neville y preguntó:
–¿Qué planta es esa?
–Oh, es una Mimbleus Mimbletonia–responde sonriendo al hecho de que al fin alguien haya preguntado–. se la enseñaré a la profesora Sprout.
–Buena idea Neville.
–¡Lo sé!–exclama contento.
Harry le dió una varita de regaliz a Neville que sonrió contento.
–¿Con quiénes estabas, antes?–preguntó Blake de repente.
Neville bajo la mirada.
–Con Dean y Seamus y Lavender Brown–responde–, pero Dean no dejaba de decir que no quería estar con Harry en la habitación.
–No me sorprende, seguro es uno de esos ignorantes que se cree lo que el estúpido diario dice.
–De hecho sí, Harry–responde Neville–. ¿Supieron que Ron y Hermione son prefectos?
Ambos asintieron.
–No se por que Dumbledore eligió a Ron, es mi amigo pero...es algo...temperamental–dijo Neville–. Me hubiera gustado que fueras tú Harry. Hermione no se si me guste tampoco para prefecta, es muy perfeccionista y a veces es mala onda.
–Eso ya lo sabemos y hasta de sobra–dijo Blake riendo.
–Lo sé–murmuró Harry.
–¿Quiénes son los prefectos de Slytherin?
–Seguramente Malfoy–dijo Harry con una mueca.
–Es verdad–concluye Neville viendo el techo.
–Seguramente...

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