Insane✔ [Dementia #1]

Capítulo 42

Maratón 3/3
Si Wattpad los trajo directamente aca, sepan que hay otros dos capitulos antes.

Luego de esa emotiva escena, donde ambos confesamos cosas jamás pensé que confesaríamos, Matthew se separó manteniéndose algo distante y yo me puse de pie caminando hacia el pasillo.

— ¿Te vas?

—Voy a buscar algo de beber, estoy sedienta, ¿acaso no puedes estar ni dos segundos sin mí?

Le sonreí con arrogancia mientras él lamía sus labios.

— ¿Tanto así te dejé?

—Si hay que hablar de eso...

Él hizo un gesto de que callara y no pude evitar salir de la habitación riéndome.

Bajé las escaleras, encendiendo una pequeña luz de la cocina y abriendo la heladera para tomar la jarra de agua que había allí. Me la serví en un vaso y tomé un trago, solo que casi lo tiro cuando sentí la puerta del apartamento abriéndose. Dejé todo con rapidez y subí, Matthew me observaba como si estuviera loca mientras buscaba un lugar donde esconderme, abrí su armario y vi un hueco disponible donde me metí haciendo algo de contorsionismo.

—Marvin está aquí —fue lo único que dije antes de cerrar la puerta dejando un poco abierta para poder respirar.

Apoyando la oreja en la puerta pude escuchar los pasos acercándose en el pasillo y a Matthew levantándose de la cama. Moviéndome con sigilo me asomé por el hueco que había dejado para poder ver lo que sucedía fuera. El hermano mayor estaba apoyado en el marco de la puerta de la habitación, asimismo el otro reía y decía cosas inentendibles a mi oído.

—Bueno, me voy a dormir —avisó este subiendo un poco el volumen—. Supongo que te veo en la universidad, Mads.

Mierda.

Avergonzada, abrí el ropero con la mirada acusadora y divertida de ambos hermanos sobre mí. Salí con mis mejillas encendidas.

—Sí, nos vemos en la universidad

—Te queda bien la playera, te la puedes llevar de recuerdo como el buzo.

De a poco la confianza empezó a volver a mí.

—Cierto, debo devolverle ambas a tu hermano, ¿y tú que cuentas? ¿qué haces viniendo aquí a las cuatro de la mañana?

Detallándolo un poco noté su cabello completamente despeinado, sus labios rojos y con una mordida en el inferior. Su ropa y su respiración eran un desastre, y se notaba lo exhausto que estaba.

—Para no ser algo serio parece que se quieren bastante. —Expresé recalcando la palabra quieren, el pelinegro giró su cara riendo como si se avergonzara.

—Touché, rubia —exclamó Matthew.

—Me voy, no me extrañen demasiado.

Dicho esto. salí de la habitación tomando mi ropa en el camino.