One Shot.

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La tarjeta de invitación estaba tirada al lado de su cama, con una mancha del vino tinto que había estado bebiendo la noche anterior. Sabía que ella iba a casarse desde hacía un año atrás, cuando envió al grupo de chat de las Bellas la foto del brillante diamante que reposaba en el dedo anular de su mano izquierda. Chicago se lo había propuesto a la luz de las velas, en la terraza de un edificio de ensueños en Nueva York. El camino de pétalos de rosas que había armado para que ella pudiera encontrarlo, las tarjetas de amor que iba pegando cada cierta cantidad de metros, las fechas de varias de sus primeras veces escritas en la escalera. Chloe les había dado detalles tan finos que nunca podría olvidarlos. Tampoco podría olvidar su rostro, la forma en que sus ojos brillaban, la ilusión que le hacía todo ese cliché del que era fanática. Estaba feliz, y no recordaba una mirada como esa. Beca, en cambio, rogaba no haber recibido esa invitación nunca.
Llevaba cinco años sin asistir a una reunión de la Bellas, y tampoco había presenciado la graduación de Emily, ni la boda de Cynthia Rose. Todo había cambiado después de la gira por Europa, y se había dedicado a su trabajo en cuerpo y alma. Quizás debía explicaciones, sobre todo a Aubrey, pero prefirió alejarse sin mirar atrás. La historia detrás le parecía demasiado vergonzosa como para estar ventilando detalles. Claro que le pesaba no haber conocido a la pequeña hija de Stacie, o el debut de las Bellas lideradas por Emily en una competencia mundial. Pero la distancia había sido su mejor decisión luego de la última gira.
Y en ese momento el pasado la golpeaba nuevamente. Había pensado en la posibilidad (aunque remota) de recibir esa invitación, pero no en el remolino de emociones que la acompañarían. Sabía una sola cosa con certeza: no asistiría a la boda. No tenía nada para hacer ahí.
Su móvil había sonado cientos de veces esos últimos días, pero no había recibido ninguna de esas llamadas, ni había respondido a los mensajes. Cuando fue hasta su jefe y le pidió dos semanas de licencia sabía que era otra manera de huir. Huir de las preguntas, las obligaciones, las respuestas por cortesía, el contacto con la gente, la exposición completa de todo lo que sentía. Porque no podía ocultarlo. Estaba partida al medio. De eso no podía huir. Lo sentía con fuerza, la forma en que el dolor arrasaba con cada parte suya que parecía tener en orden hasta antes de recibir noticias de Chloe otra vez.
Estaba boca abajo en su cama, había maldecido unas quince veces al perro de su vecina que nunca dejaba de ladrar, y deseando poder apagar su mente por un momento. Era inútil intentarlo, así como intentar componer una canción, o ponerle música a las letras que juntaban polvo en el cuaderno arriba de la estantería en su sala de estar. Sólo pensaba en esa invitación, en la boda que se realizaría en Malibú y de la que la separaban solamente cinco días.
En ese momento las Bellas estaban en Malibu celebrando junto a Chloe su despedida de soltera, a la que por supuesto no había sido invitada. No le molestaba que nadie la hubiese llamado para preguntarle si quería acercarse, no tanto como el hecho de pensar que todas sabían por qué era mejor no hacerlo. Y ni siquiera le molestaba que no actuaran al respecto, porque ella siempre se había ingeniado para que nadie se entrometiera en sus asuntos, sino que conocieran la historia verdadera, en la que ella quedaba como una idiota sin remedio.

Después de la propuesta que Theo le había hecho, Beca fue arrojada sin aviso a un tsunami en el que se mezclaban su sueño de ser productora musical, las Bellas y sus infinitas ganas de ganar el concurso, y sus sentimientos por ese grupo de amigas al que tanto quería. Pero esa unión entre ellas siempre había sido lo más importante, incluso cuando algo tan enorme como una propuesta formal de trabajo estaba en juego, y su decisión fue clara: iba a hacerlo, pero solamente sin las Bellas participaban del show.
-Ey, ¿cómo estás?
Beca había despertado en la mañana y automáticamente supo lo que tenía que hacer. Escribió un mensaje a Theo, le pidió que se reunieran para desayunar y él aceptó al instante. Obviamente estaba interesado en Beca, y no sólo de forma profesional, ella le gustaba de una forma especial, había algo en la muchacha que lo había cautivado, pero pronto descubrió que era una chica difícil.
-¿Cómo estás, Beca? Me sorprendió tu mensaje, no pensaba encontrarte hasta mañana para el ensayo.
-Quiero hablarte de eso en realidad. Voy a hacerlo, sólo si el resto de las Bellas puede participar también.
-Sabes que estamos interesados solamente en ti.
-Sí, lo sé, y ellas también. Pero vinimos aquí a hacer esto juntas, y no puedo hacerlo si ellas están sólo mirando desde el público. Quiero que participen del show, es lo menos que puedo hacer por ellas. Sé que puedes hacerlo posible, es decir, de no ser por ti no estaría hablando sobre un show en este momento.
-Haré lo que pueda.
-¿En serio?- su gesto de sorpresa se mezcló con su desconcierto. Pensaba que iba a tener que rogarle un poco más.
-Si es tan importante para ti, puedo intentarlo. ¿Le pediste a Chicago que me lo sugiriera también?
-¿Qué? No.
-Vino anoche a pedirme que intentara hacer un show para las Bellas, y me dio una larga lista de argumentos para que lo considerara.
-Yo no le pedí nada.- se intuía un tono bastante confuso en su hablar. Estaba molesta, trataba de ocultarlo, pero no podía hacerlo.
-Ha de ser por Chloe. Está loco por ella, no deja de nombrarla.- Beca rodó los ojos y sus dedos presionaron mucho más la taza que tenía en la mano.- Y ella te gusta.
-¿De qué estás hablando?- automáticamente se puso a la defensiva, y el hecho de que él sonriera le molestó.
-Es algo que intuía, pero pensé que era imaginación mía. Algo me dice que si fuera esa taza que tienes entre tus manos, estaría completamente seguro de lo mucho que te molestó que lo nombrara.
-No me gusta la gente que cree saberlo todo, ¿sabes?- aflojó sutilmente el agarre de la taza y empezó a desviar la mirada.- Mira, sólo vine a pedirte eso, y ahora me voy, tengo cosas por hacer.
-Vamos, Beca, no lo tomes así.- no tuvo tiempo de decir ni una palabra más cuando se encontró hablando solo.
Obviamente ella iba a huir, como lo había hecho siempre cuando estaba contra las cuerdas. Hablar de sentimientos era difícil, y aterrador. Por eso nunca hablaba con las Bellas sobre eso, ni daba detalles de lo que le pasaba. Tenía la idea de que demostrar lo que sentía la hacía verse débil. Pero en ese momento no estaba segura de que eso fuera cierto. Porque se sentía débil, vulnerable, y todo tenía que ver con esos sentimientos que ocultaba hacía tiempo. Sentimientos por Chloe.
Lo supo con certeza cuando tuvo que ir en plan de rescate con Amy hasta el barco de su padre. Cuando pensó que algo podía pasarle, o que no iba a verla otra vez. Supo que, por encima de todas las demás, Chloe siempre había sido especial. Había una química diferente, algo que las conectaba de forma profunda, más allá de las palabras. Y aunque llevaba años manteniendo esa parte suya oculta, ya no podía hacerlo más. Esos sentimientos estaban reclamando ser hablados, y la sola idea de que alguien como Theo lo dijera en voz alta la puso contra las cuerdas. Porque si él lo había notado, entonces ya no era buena ocultándose, ya no podía hacer nada con todo lo que sentía y empezaba a salir de forma inconsciente.
Se concentró en el show, y apagó todas las voces en su interior.
Finalmente hubo una última reunión de Bellas sobre el escenario, cantando la hermosa y llena de significado Freedom de George Michael. Y se sintió diferente a cualquier cosa que habían hecho antes. Se sentía como un final, y los finales siempre tenían cierta tristeza. Se fundió en abrazos con sus amigas, y cuando terminó de cantar, Chloe corrió hacia ella, la apretó fuerte contra su cuerpo y la sostuvo allí como si supiera que necesitaba sentirse acogida por alguien en ese momento, como si entendiera que era un caos por dentro, y necesitaba un abrazo, una muestra de amor, un mensaje para saber que todo estaría bien.
Se encontró con lágrimas en los ojos al terminar, algo que nunca había pasado arriba de un escenario. Era una mezcla de todo, y estaba colapsada. Feliz. Pero colapsada. Miró a Chloe y supo que debía decírselo, que debía contarle lo que le pasaba, y saber si había alguna posibilidad, aunque sea pequeña, de hacer algo con esos sentimientos. La buscó cuando todo terminó, cuando las Bellas empezaban a decidir quienes iban a la fiesta y quienes no. Y antes de poder decir una sola palabra, la pelirroja pasó a su lado, decidida, como buscando a alguien. Alguien a quien encontró y besó frente a una Beca que poco entendía de la situación. Chicago.
Sí, el muchacho había sido lindo, simpático, atento, y servicial. Y sí, estaba loco por Chloe, pero ¿cuánto tiempo llevaban hablando? ¿Ocho, nueve días? Diez como mucho.
Fue a la fiesta con el resto de las Bellas, pues sería la última en Europa, pero evitó a Chloe y a su nueva conquista toda la noche. Y así el siguiente día, cuando habló toda la tarde sobre la idea loca de mantener una relación a distancia y un sinfín de otras cosas que compartió con las Bellas. La evitó al regresar otra vez a Nueva York, y finalmente evitó decirle que iba a mudarse a Los Angeles. Claro, hasta que tuvo las valijas hechas y Amy lloró en su hombro por más de una hora. Se iba esa misma tarde, y no se lo había dicho a nadie.
- Es increíble que nunca nos dijeras una sola palabra de esto.- el reclamo llegó por parte de la pelirroja, cuando Amy dejó de llorar y fue a hacer las compras.- Sé que no eres de las que comparte información con frecuencia, y que además estuviste super rara desde que llegamos de Europa, pero no pensé que podías dejarnos sin decir una sola palabra. Dijiste que ibas a trabajar aquí, que no debías mudarte.
- Surgió la propuesta, y la tomé.
- ¿Y no pensaste que nos hubiera gustado saberlo? Al menos yo.
- Lo siento, Chloe. Sabes que no me gusta despedirme y esas cosas.- estaban sentadas frente a frente en la cama, mientras Beca chequeaba algunas cosas en su laptop.
- ¿Por qué has estado tan rara estos días? Casi no me hablas, y tampoco me escuchas cuando lo hago. ¿Era por esto?
- Sí, supongo que esto influyó.- mintió.
- Yo...- hizo una pausa, bajó su mirada y trató de frenar las lágrimas que se asomaban a sus ojos.- Llevamos varios años conviviendo y esto se siente realmente mal. L. A. es demasiado lejos.
- Pero es lo que necesito hacer ahora.
- Estoy feliz por ti, Beca.- una mano suya fue a parar en la pierna de la otra, que sintió su piel reaccionar exageradamente ante el contacto.- Pero siento que hay algo que no estás diciéndome y que te está afectando.
- Todo esto de irme es muy fuerte.
- ¿Por eso has estado ignorandome?
- Chloe...
- No, sé que no te gusta hablar de eso pero es que...- cerró la laptop y obligó a su amiga a mirarla a los ojos.- Siento que si te vas ahora mismo, todo quedará así y tu distancia me está matando.
- No me hagas esto. Todo es demasiado difícil ya, no me lo hagas peor.
- Háblame entonces. Porque no has tenido esa distancia con Amy, ¿qué lo hace diferente conmigo?
- Sabes que siempre ha sido diferente contigo.
- No así. ¿Qué cambió?
- Todo, Chloe.- sus ojos azules oscuros se llenaron de lágrimas y se sintió vulnerable otra vez.- Todo cambió.
- Quisiera poder hacer algo para...
Fue interrumpida por los labios de Beca tocando los suyos de repente, con algo de torpeza, pero tornándose suave y delicado al instante. Respondió al contacto, casi inconsciente, y su móvil sonó. Era Chicago.
- Lo siento, Beca, yo...
- Está bien, voy a esperar a Amy afuera.- no la dejó terminar y se fue, avergonzada, con impotencia.
Chloe intentó hablar sobre el tema, pero ella simplemente no la dejó ir más lejos y se justificó diciendo que había sido un impulso estúpido del momento, causando una gran decepción y fuerte enojo en la pelirroja que insistió en hablar sobre lo que había pasado pero no tuvo éxito. Beca era terca, y podía ser realmente molesta cuando decidía ignorarla. Optó por despedirse fríamente, y dejar las cosas en un punto del que sabía, no habría retorno.
Ese fue el último día que la vio. Cuando marchó a Los Angeles por la tarde, supo que jamás regresaría. Y aunque recibió por más de un año mensajes de Chloe intentando recuperar algo que habían perdido, nunca aceptó sus sentimientos y terminaron por ser para la otra una más en el grupo de las Bellas.

Save the date - One Shot Bechloe Where stories live. Discover now